La hermana de Ryoma Echizen I~[Prince of tennis]

Los problemas amorosos de los Echizen ¿doble cita?

Capítulo 14. Los problemas amorosos de los Echizen ¿doble cita?

Luego de las palabras de Ryoma, Kaos se tendió en la cama y se quedó dormida rápidamente. Al día siguiente todo parecía normal en la casa de los Echizen. Kaos se despertó temprano como de costumbre y fue a desayunar con su madre.

—Hija, buenos días—saludó amablemente Rinko.

—Buenos días mamá—contestó la de ojos azules, sentándose frente a su progenitora.

—Tu hermano me comentó que había pasado en el juego ¿estás bien? —preguntó la mujer, interesada en saber qué le había sucedido a su hija.

—No tienes de qué preocuparte, me encuentro bien. Papá no lo sabe ¿verdad? —consultó la muchacha, que odiaba que su padre se enterara de sus problemas.

—No le dije nada para no causarte problemas—aseguró la mujer de cabellos cortos.

—Muchas gracias por no decirle nada mamá—contestó aliviada Kaos, terminando de comer una tostada.

— ¿Vas a jugar hoy? —preguntó la mujer

—Por lo que sé, la profesora Sumire nos dará un descanso—acotó la de ojos azules, para calmar a su madre.

—Cuídate el hombro hija—pidió la señora Echizen.

—Nos vemos, adiós mamá—contestó la muchacha, saliendo de la casa.

Mientras la muchacha dejaba la casa, Nanjiroh bajó las escaleras para poder hablar con su esposa tranquilamente. El hombre sabía que las dos habían conversado, por lo que se acercó a Rinko para saber qué estaba sucediendo.

—Buenos días—saludó la mujer, dándole un beso en los labios a Nanjiroh.

—Buenos días amor—respondió sonriendo el vestido de monje.

— ¿Te fijaste? —consultó la mujer de cabellos castaños.

—Esa estúpida hija mía nunca cambiará. Si no fuera porque Ryoma habló, ni siquiera sabríamos que tiene esa herida—comentó algo molesto el de cabellos cortos.

—No tienes derecho a quejarte, después de todo ustedes dos son iguales—acotó riendo Rinko.

—Si esa chiquilla fuera como yo, ya tendría novio—respondió haciéndose el ofendido.

—Di lo que quieras, pero al momento de que ella aparezca con un novio aquí arderá Troya—contestó la mujer, dirigiéndose hacia la cocina.

Por otro lado, Kaos se encontraba en dirección a la escuela cuando fue interceptada por Syusuke, quien también se dirigía al mismo lugar.

—¡¡Kaos!!—exclamó el de cabellos castaños, haciéndole señas para que lo viera.

—Hola Syusuke ¿Cómo estás? —preguntó la muchacha.

—Muy bien ¿Cómo estás tu? —consultó el tensai de Seigaku, refiriéndose a la herida del hombro.

—Sinceramente me siento un poco preocupada—respondió la de ojos azules.

— ¿Y por qué? —cuestionó el de los zafiros.

—Por la llamada de ayer. No entiendo aún por qué me llamó—confesó algo confundida.

— ¿Ya sabes quién es? —preguntó el jugador de Seigaku.

—Sí, es por eso mismo que me parece extraño que lo haya hecho—contestó la de ojos azules.