Parte 28

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-Mientras caminábamos a nuestros cuartos, le dije a George que esperara media hora y fuera al mío, que encontraría su regalo, George, -sonrió de lado y sus ojos tenían un brillo especial, el cual lo hacía ver hermoso-, buenas noches George -dije e...

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-Mientras caminábamos a nuestros cuartos, le dije a George que esperara media hora y fuera al mío, que encontraría su regalo, George, -sonrió de lado y sus ojos tenían un brillo especial, el cual lo hacía ver hermoso-, buenas noches George -dije en un tono bastante alto, para que los empleados cerca de nosotros escuchen-, lo miré y le guiñé un ojo sensualmente, chau Lady Sharon, y cada uno entró a su cuarto.

-Al entrar me saque la ropa y me di un baño, luego me puse el conjunto de lencería que me compré,-es un vestido super corto, de encaje ajustado, con portaligas y medias negras-, apague todas las luces, menos la de la mesita de luz, me apoye en la mesa del cuarto, esperando a que entrara George, la puerta se abrió lentamente y él entró como un rayo, buscándome por todos lados, ¡Hasta que me vio!, "su mandíbula cayó al piso, me miraba con pura lujuria, me comía con la mirada", "WOW princesa, estas cautivadora", estás provocando a hacerte sentir gran placer, se acercó a mí, tomando mi cara entre sus manos y habló rozando de mis labios -dime como puedes provocar tantos sentimientos solo con verte-, me besó, su lengua provocando a la mía, e invadiendo mi boca por completo, yo respondí de la misma forma, lo escuché gruñir. Sus manos dejaron mi cara y bajaron hasta el dobladillo de mi vestido, donde se metieron y tocaron mi desnuda piel, -la cual necesitaba sentirlo-, gemí, con su cálido toque, sacó sus manos y comenzó a acariciar mis piernas desde los muslos hasta llegar a mis pies, agarró las portaligas y medias, de un solo movimiento quedó mi piel al descubierto, -tu Princesa no necesitas medias, tu piel es perfecta-, dicho esto comenzó a besar y masajear, con sus manos de Dios, se levantó, comenzó a besar mi cuello mientras me susurraba, con su voz seductora, varonil y cargada de pasión, -te necesito y quiero estar contigo de todas las formas que sean posibles Sharon-, me beso profundamente, sus manos se deslizaron a mi espalda bajando la cremallera del vestido, quitándoselo ágilmente, besando mis hombros, mi vientre, piernas, hasta quedar en sujetador y bragas, me miraba,- como un leopardo mira a un conejito-, se sacó rápidamente su pijama, quedando en bóxer.

-Se acercó y me agarró con sus manos fuertemente mis muslos, levantándome del piso, nuestros cuerpos unidos, mis piernas se sujetaron de su cintura, mis manos acariciaban su cabello sedoso, y nuestros labios se fusionaron en uno. Caminó y se sentó en la cama, yo quedé a horcajadas de él, sus manos se colaron debajo de mi sujetador, tocando mis duros pezones, yo comencé a mover mis caderas contra su miembro, él gimió y gruñó de placer.

George, comenzó a besar, mordisqueando y lamiendo cada milímetro de lóbulo, mandíbula, cuello, hombro, tiro de mis breteles bajandolos y desabrochando mi sostén para dejar libres mis pechos.

-Acarició suavemente con sus manos, casi rozandolos nada más, mis pezones se pusieron duros y mi centro urgía por él, sus caricias eran lentas y suaves, -me estaba llevando al borde de no poder aguantar más-, -George-, tranquila princesa, quiero conocerte y saborear cada rincón de tu hermosa y sedosa piel, te llevaré al límite una y otra vez. Al decir eso me saco las bragas, se alejó unos centímetros y me miraba detenidamente, contemplaba todo mi cuerpo, me sonrojé, él me miró penetrantemente a los ojos, no tienes por qué sonrojarse, "eres hermosa por fuera y por dentro".

Me besó lenta y exquisitamente, su lengua moviéndose vivaz por toda mi boca, me tomó de la cintura y me colocó en la cama delicadamente, se cernió sobre mí, posicionándose entre mis piernas. Comenzó a besarme la boca, pasó su lengua por mis labios y adentro su lengua recorriéndome todo, después dejó mi boca y fue hasta mis pies, dónde iba besando, lamiendo toda la piel, comenzó el camino en viceversa hasta llegar a mis pechos, se concentró en un pecho, besando, tocando, pellizcando y dando uno que otro mordisco, involuntariamente mi espalda se arqueó de placer, con su boca experta, pasó al otro pecho, para darle el mismo placer, comenzó a bajar por mi vientre sin dejar de mirarme fijo los ojos, hasta llegar donde él quería, sin aviso metió su lengua apasionadamente, mis caderas se movían pidiendo más, sus dientes dieron un pequeño mordisco en el clítoris,- un audible gemido y jadeo, salieron de mi-, él siguió hasta que llegué al clímax, moviéndose rápidamente, subió a mis labios y me susurro,- Princesa hoy no harás nada, yo seré tu esclavo, quién te dará todo el placer a ti-.

Se sacó los bóxer, su gran erección quedó muy visible, -me tentaba y lo detuve-, me coloqué de rodillas, tocando su miembro en un ir y venir, - es realmente grande y suave-, "quería meterlo en mi boca, pero tenía vergüenza", - sé que es tonto, pero así me sentía-, lo metí en mi boca, -una parte por lo menos-, y comencé a subir y bajar, me tomó de mi cabello, yo iba cada vez más rápido, el me detuvo,-con sus ojos brillosos, me pidió que lo soltara, y su liberación llegó-.

-Luego me recostó y se posiciono entrando en mí, sus embestidas al principio fueron lentas y profundas, luego tomaron un ritmo vertiginoso, haciéndome gritar una y otra vez su nombre, mis uñas se enterraron en su espalda, el gimió fuertemente, y ambos llegamos al clímax, cayó pesadamente en la cama, después de una ronda de sexo candente, mi Príncipe y yo, nos quedamos dormidos.

-A la mañana siguiente, el tono de mi móvil me despertó, George no estaba a mi lado, no me agradaba despertar sola, pero sabía que era lo más sensato para ambos, me incorporé, preparé la ropa para ir a desayunar, fui a bañarme, al terminar mi baño, me cambié y salí al corredor, golpeé en el cuarto de George, -pero no se encontraba", me pareció extraño, siendo que él, siempre me espera para que bajemos juntos-, "Sharon, deja de darle importancia a estas pequeñeces", llegué al comedor saludé a todos, me senté en mi lugar, -desayuné por tres por lo menos, tenía mucho hambre-, la reina le pidió a George hablar en privado, eso me dejaba, sola hasta el almuerzo, fui a la biblioteca, abrí la puerta de vidrio y me senté en el exterior, aprovechando el magnífico día que hacía, me senté en el suelo con mi espalda apoyada a la pared, estaba viendo las redes sociales, cuando de pronto sentí la inconfundible voz de George y de la reina, ambos tomaron asiento y comenzaron a platicar, al principio no era ningún tema específico, sino que charlaban de la Gala, de la novia de George, de sí extrañaba Inglaterra, hasta que la reina me hizo poner mis cinco sentidos alertas, la sangre se heló, la respiración se aceleró, y mis manos sudaban, ya había escuchado la pregunta, pero lo que más me interesaba era la respuesta de George.

-A la mañana siguiente, el tono de mi móvil me despertó, George no estaba a mi lado, no me agradaba despertar sola, pero sabía que era lo más sensato para ambos, me incorporé, preparé la ropa para ir a desayunar, fui a bañarme, al terminar mi baño...

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El secreto del futuro heredero.(Terminada y editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora