Parte 68

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—Al llegar a la alcoba George bajó el cierre del vestido, me quita el brasier liberando mis pechos y comienza a chupar y mordisquear

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—Al llegar a la alcoba George bajó el cierre del vestido, me quita el brasier liberando mis pechos y comienza a chupar y mordisquear. Lo busco con mi boca y no me la permite. Rueda mi panty  —doy gracias porque no la rompió.

Masajea mi clítoris y se da cuenta que estoy más que lista, introduce un dedo y mi cuerpo reacciona a su tacto, luego otro dedo estoy al borde de mi orgasmo, mis piernas me fallan, aflojando mi agarre, él lo nota —me agarra por la cintura con su mano libre—, hasta que exploto en un satisfactorio orgasmo.

Saca sus dedos de mi interior y se lo lleva a su boca, ese gesto hace que me caliente aún más, si es posible, lo beso saboreando mis fluidos de su boca. Bajo mis piernas temblorosas y mi vestido cae a mis pies.

—No me sueltes, le digo —porque, creo que voy a caer.

—Que tienes nena, no te he hecho nada y mira como estas.

—Si, no me has hecho nada... JA

Solo dejaste mis piernas como gelatina.

—Apenas estamos comenzando. —me recostó en nuestra cama, siento las sábanas de seda fría o es que mi cuerpo está muy caliente.

Está demás describir lo que hicimos en la cama, basta con resumir que me beso hasta la sombra. Este hombre, me lleva a lo más alto del placer.

—Miró a George que va a la parte de abajo de la casa, ¿tendrá sed?, pero aparece con una bandeja con frutas, galletas, mermelada y jugos, traje comida, -me dice-.

—Comenzamos a comer y una vez terminado fui al baño, donde él con la excusa de llevarme se unió a mí en la ducha, que se convirtió en otro encuentro de placer. Al salir me pongo ropa interior y mi pijama, realmente estaba agotada, me acuesto y mis ojos comienzan a cerrarse, siento como me sujeta de la cintura pegándome a él y dándome un beso en mis labios, después de eso le pertenecí a Morfeo, ya que no recuerdo nada más.

—Despierto desorientada, luego recuerdo y veo al lado donde debería estar George, pero no está. Miro a todos lados del cuarto y hay una nota con una rosa roja, la tomó y la llevo a mi nariz para deleitarme de su exquisito aroma.

Escucho ruido en la parte de abajo, me baño rápidamente, como el día hoy esta hermoso, me coloco el bikini con un pareo, y voy a buscarlo, lo encuentro en la cocina, intentando hacer el desayuno, no me aguanto y suelto una risa, él se da la vuelta y viene a besarme.

—Hola como estas, "intentando hacer el desayuno", deja que yo te ayudo, corte frutas en un plato, saque el cereal y la leche, prepare café, bueno acá tiene su desayuno alteza, no te burles o te llevo a la cama de nuevo, nada de eso, el día está increíble, así que muévete para poder ir al mar, o ha la pileta.

—Me iré a poner el short para ir a la pileta, ok te espero afuera, mientras esperaba a George me puse protector solar y me tire un clavado, comencé a nadar, pero algo chocó conmigo, era él, que se lanzó justo en mi trayecto, lo quería matar, nos quedamos un largo rato en el agua, miman donos, luego teníamos sed, salimos y nos sentamos en unas reposeras, mientras tomábamos jugo, le pregunté si quería jugar al póker, pero con la condición del pierde tiene una apuesta, el aceptó gustoso, ya que su apodo era, "el rey del póker", al terminar la partida, yo salí triunfadora y él tenía una apuesta que cumplir.

El secreto del futuro heredero.(Terminada y editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora