Parte 60

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—Ya estaba cambiada y lista para ir a la sala con los demás, mientras me estaba bañando lloré como en estos dos días no lo había querido hacer delante de nadie, pero esta era la prueba de fuego, si la superava, podría seguir adelante por mí y por ...

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—Ya estaba cambiada y lista para ir a la sala con los demás, mientras me estaba bañando lloré como en estos dos días no lo había querido hacer delante de nadie, pero esta era la prueba de fuego, si la superava, podría seguir adelante por mí y por ellos, —pero antes tendría que volver a levantar mi armadura, mi coraza, la cual me hacía frágil, y no me mantenía a flote.

Al llegar a la sala mi rostro era inexpresivo, sin mostrar ninguna emoción, —se que todos lo notaron, pero decidieron callar—, fuimos saliendo al jardín, donde un camino de pétalos blancos nos conducían, donde estaban las respectivas sillas también blancas, a los costados veía las coronas de Beatrice y Albert (refiriéndose a sus nietos), de Charlotte y Harry (las cual no despedían a sus sobrinos, ya que siempre ocuparían un lugar en su corazón), de George (hijos míos, los extrañaré, pero quiero que sepan que mi corazón está dividido en tres amores ustedes mis angelitos y su madre), una de Cedric ( queridos sobrinos, tuve la dicha de tocarlos a través del vientre de su madre, ahora cuidenla, cómo lo haremos todos, chau mis angelitos), una lágrima rebelde, se escapó de mí, vi una bonita lápida de mármol perla, en forma ovalada y a cada lado un ángel en color blanco, uno tenía una corona delicada celeste y la otra era rosa. Con una inscripción.

Si nos aman no nos lloren, nos encontrarán en el cielo. Sabemos que nos echarán de menos, porque nos aman y amarán, como nosotros a ustedes, sus angelitos —esto decía la inscripción—Recuerden, no, nos perdieron, el cielo tiene dos nuevos angelitos.

—Al sentarnos el sacerdote dio una breve misa, pidiendo por mis hijos y por todos, nosotros que con el tiempo curemos nuestras heridas, que hasta las más profundas sanarán, bendijo a los bebés, rezo algo que no llegue a escuchar, todos rezamos para que llegaran bien al cielo y descansen en paz, se bajó del pódium, dejando lugar a alguien para expresarse, me levante, acomode mi vestido y me dirigí al pódium, todos se miraban entre sí, ya que nunca dije que escribí una carta para mis bebés.

Saque un papel de unos de mis bolsillos, aclare mi voz, y comencé a hablar. Anoche no podía dormir, entonces tomé de mi bolso una lapicera y escribí en un papel que encontré.

Mis queridos bebés:

—Mis niños, mis angelitos, mis vidas, se me parte el alma al dejarlos ir. No sé muy bien, qué decirles, pues me siento vacía de expresiones o de palabras, pero lo intentare, ya que han sido lo más bonito que la vida me dio.

El día que los perdí, en la noche cayeron dos estrellas fugaces, me detuve a mirar el cielo, recordaba las estrellas, y quería con todo mi ser que fueran ustedes, que me hablaran, que patearan mi vientre, o me dieran antojos —porque pensaba que eran ustedes.

Qué difícil es dejarlos ir mis ángeles, no se imaginan cuanto los extraño.

Ustedes vivieron conmigo nueve meses, en mi vientre los siento pidiéndome de comer, los antojos, escuchar sus corazones, verlos a través de las ecografías.

¡Hay angelitos, díganme porque me dejaron sola nuevamente!

Me contaron dos personas muy sabias Beatrice y Charlotte, que la Virgen los vio especiales, únicos y los quiso llevar con ella, pero mi corazón está quebrantado, acá en la tierra sin mis bebés.

Hijos les pido que apacigüe mi dolor, ayudándome con las grietas en mi corazón y alma, calmen este inmenso vacío, que me han dejado tan profundo — sin poder más, las lágrimas se deslizaban por mi mejilla.

Angelitos les hubiera encantado formar parte de esta familia, son personas maravillosas, que tan solo tocando mi vientre ya se les veía en sus rostros el amor que les darían y como los amarían.

Mis angelitos, me tengo que despedir de ustedes, los dejaré partir, a pesar del dolor y desgarro que hay en mi ser, tienen que ir a su nueva casa el cielo, con su madre la Virgen. Ángeles de mi guarda, dulce compañía, no me dejen sola porque me perdería.

Descansen por toda la eternidad en paz, mis vidas.

Los amo y amare, hasta que nos reencontremos MAMÁ.

—Al terminar Sharon, Beatrice, Charlotte, Albert, Harry y George fueron dándoles el último adiós a mis ángeles, y cada uno colocando una rosa blanca a ambos para que tengan paz y pureza.

—Al tocar mi turno me puse de rodillas tomé en mis temblorosas manos y saqué de las cajitas las cadenas con el dije en forma de cruz y lo puse sobre el cajón de cada uno de mis bebes, mis amores esto es para que los protejan también coloque la rosa blanca, una que otra lágrima rodaba por mi mejilla George me ayudo a levantarme me agarro de la mano y de la cintura, para que comenzara a caminar— aunque realmente no quería moverme lejos de mis ángeles, el dolor me partía el corazón en mil pedazos —, todos nos retiramos acercándonos a la sala principal, yo quería estar sola así que me fui a mi cuarto.

Ese día no quise almorzar, ni cenar, lo único que tomé fue un té que me llevo Leah a mi cuarto.

Estuve pensando mucho recostada en la cama, y era la decisión correcta, sí que lo era, me levanté abrí la puerta saliendo al corredor, comencé a caminar a la habitación que sería la que ocuparían mis ángeles, agarre el conejo celeste y el conejo rosa, estos se los había obsequiado George, su primer regalo, llamé a Leah le pedí que empacara toda la ropa, pañales, biberones, mantas, etc. Me retiré nuevamente a mi cuarto, mientras Leah comenzaba con la labor —sin preguntarme nada.

—A la mañana siguiente bajé a desayunar, todos estaban ya en sus lugares, hablaban de cualquier tema, luego nos levantamos el Rey Albert y George, tenían una reunión que quedó inconclusa y Harry tenía universidad, me quiso llevar a mí por todos los medios, —pero no se di a su petición quería estar tranquila.

—A la mañana siguiente bajé a desayunar, todos estaban ya en sus lugares, hablaban de cualquier tema, luego nos levantamos el Rey Albert y George, tenían una reunión que quedó inconclusa y Harry tenía universidad, me quiso llevar a mí por todos lo...

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El secreto del futuro heredero.(Terminada y editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora