—¿Se puede saber qué demonios es lo que te pasa?—cuestiona Eli lanzándome una mirada a través del espejo del peinador.
—¿A mí?
—No, al presidente—reprocha entornando los ojos.—Es obvio que a ti—agrega de mal humor—De verdad que no te entiendo, Ulloa. Primero dices que odias a Matías pero a la primera que viene a hablarte ahí vas atrás de él como un perrito faldero...
—No me tortures más, por favor—pido cerrando mis ojos con fuerza.
—Pareciera como que has visto un fantasma—decreta cruzándose de brazos.
—Matías me amenazó—suelto de golpe y los ojos de Elizabeth se abren con sorpresa. Parpadea una par de veces como sí con ese fuese a entender el mensaje.
—¿Qué? ¿Cómo demonios...? ¿Qué te dijo ese maldito imbécil de mierda?—cuestiona furiosa poniéndose de pie.
—Me dijo que quiere que vuelva con él...que tengo que elegir entre mi papá o Joelo...—informo en voz baja tratando de evitar echarme a llorar.
—¡Ay joder!—masculla en medio de un suspiro.—¿No vas a creerle, cierto? Sabes que Matías todo lo que quiere es ponerte a pensar y lo está logrando, Leidy. Está haciendo que le tengas miedo, eso es lo que busca—agrega firmemente—No puedes caer en sus juegos, amiga. Lo conoces mejor que nadie y sabes la manera en la que juega con la mente de las personas—explica mirándome.
—Es que de verdad que no puedo dejar de pensarlo, Eli...tengo una sensación extraña en el pecho—anuncio y ella niega un poco de manera lenta—además si a eso le sumamos que Joelo esta mañana salió corriendo luego de una llamada de Richard....le he enviado varios mensajes para preguntarle qué fue lo que pasó pero no me ha respondido...encima no puedo recordar donde demonios deje el celular—murmuro y ella suspira.
—De verdad que eres un caso perdido, Leidy...—se mofa mi mejor amiga en medio de una sonrisa genuina—No pierdes la cabeza solamente porque la tienes pegada a la cabeza—se queja y yo me rio.
—¡Suenas como a Silvana!—protesto lanzándole una mala mirada.
—Vi el dibujo que le regalaste a Joelo, de verdad que tienes talento, Leidy—comenta sin apartar sus ojos de mí.
—El primer boceto que hice lo hice a través de los fragmentos de recuerdos que tenía sobre él...por meses pensé que era un sueño hasta que me di cuenta que eran recuerdos.—explico lentamente.
—Pues realmente tienes talento—pestañeo un par de veces—¡Leidy reacciona!—protesta lanzándome un cojín que se estrella en mi estómago.—¡Estás en la luna, por dios!
—Lo lamento—susurro.—Lo que pasa es que de verdad estoy tratando de hacer memoria y recordar donde rayos puse mi teléfono...estoy muy segura que hace un rato lo tenía—declaro y ella niega.
—Toma el mío.—responde tendiéndomelo. Lo tomo cuidadosamente y tecleo el número telefónico de Joel. Espero un par de minutos hasta que el su voz penetra mis tímpanos.
—Joel—murmuro.
—¿Eli?—cuestiona y yo niego aun sabiendo que él no podrá verme.
—No. Soy yo, Leidy—anuncio y escucho un suspiro por parte suya—¿Qué es lo que pasó con los chicos? Me quedé realmente preocupada por ellos ¿Está todo bien?—pregunto abruptamente sin darle si quiera oportunidad para responder.
—Erick se inmiscuyó en una pelea con un tipo que estaba con Rubí, terminaron su relación y él terminó tan ebrio en un bar que a duras penas puede recordar su nombre pero fuera de ahí, todo está en orden—explica y suelto un largo suspiro.
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NO ME OLVIDES|JOEL PIMENTEL|Completa.
FanfictionEl olor a su perfume, un beso en la mejilla, una fotografía y una pequeña promesa que pienso mantener hasta el último de mis días. Eso es todo lo que tengo de ella.