El olor a su perfume, un beso en la mejilla, una fotografía y una pequeña promesa que pienso mantener hasta el último de mis días. Eso es todo lo que tengo de ella.
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—Trae tu bolso que iremos a comer juntos—demanda Matías sin dejar de mirarme a los ojos.
Lo observo en silencio pero no muevo ni un solo musculo. Todo lo que deseo en este momento es estrellar su cabeza contra la pared más cercana y el hecho de que se encuentra demasiado cerca de la pared realmente no me ayuda en mucho. Harmony a un metro detrás de mi suelta un pequeño gemido de sorpresa pero tampoco dice nada. Sólo se limita a observar la escena sin saber realmente como actuar.
—¿Qué haces aquí?—vuelvo a preguntar todavía sin moverme.
Su rostro se torna tenso como si estuviese tratando de mantener la calma y entonces me doy cuenta que realmente eso es lo que está haciendo. Está tratando de ser paciente conmigo.
—Ya te lo dije, te echaba de menos...y nunca respondiste a mis llamados. Realmente esa no es la manera en la que una persona trata a su novio—inquiere con la mandíbula apretada. Quiero protestar, gritarle y decirle que lo odio con toda mi alma y que él no es mi novio.
Pero técnicamente sí lo es así que prefiero guardar silencio mientras mi cerebro torpe termina de procesar lo que está diciéndome.—¿Y no pensaste que si no atendía a tus llamados es porque realmente no quiero hablar contigo?—cuestiono cruzándome de brazos.
Matías lleva sus ojos hasta Harmony antes de mirarme a mí de nueva cuenta—Trae tu bolso que iremos a comer juntos—repite simplemente.
—No voy a ir contigo a ningún lado porque en primer lugar yo ya tengo planes para ir a comer con Harmony—le espeto apretando mis dientes.
—Pues estoy completamente seguro que a tu amiga Harmony no va a importarle que le canceles el día de hoy porque vas a ir a comer con tu novio—me dice lo suficientemente alto para que Harmony lo escuche.—Así que no te lo voy a repetir otra vez, ve por tus cosas para poder irnos—hace una pausa—si sabes lo que te conviene a ti y a tu adorado Joel...—susurra acercándose a mí.
Siento como mi corazón de inmediato comienza a latir descontroladamente dentro de mi pecho y no me queda más que obedecer porque realmente soy lo suficientemente cobarde para aceptar o imaginar si quiera que ese ser despreciable que está delante de mí pueda dañar a Joel.
—Har...—me giro lentamente para encontrarme con la mirada curiosa de Harmony—de verdad lo lamento...¿cenamos juntas, de acuerdo?—susurro y ella asiente de inmediato.
—No te preocupes, Leidy...ve con él...—inquiere apretando sus manos nerviosamente.
—Te cuento cuando vuelva ¿de acuerdo?—murmuro y ella asiente de nueva cuenta pero se mantiene en silencio.
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