C24: La voz de la razón.

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Apenas entro en la discoteca el olor a alcohol inunda mis fosas nasales. Me quedo quieto escudriñando el lugar tratando de localizar a mis amigos hasta que lo hago. Erick se encuentra apoyado en la barra libre y Richard está de pie a su lado como si le estuviese hablando al oído.

Camino lentamente atravesando el lugar que está casi completamente vacío a expresión de algunas personas del personal que están supongo yo ordenando todo para ofrecer sus servicios esta noche.

—¡Al fin llegas!—masculla Richard apenas sus ojos se encuentran con los míos. Me observa fijamente y suelto un pequeño suspiro.

—Había demasiado tráfico—anuncio avanzando lentamente a ellos. Erick se encuentra inclinado sobre la barra libre apoyando su cabeza encima de su antebrazo. Da la impresión de que está llorando porque cada dos segundos –o menos- su espalda tiembla un poco—¿Qué fue lo que le pasó?—cuestiono sin apartar mis ojos de Richard.

Los ojos color chocolate de mi mejor amigo se encuentran con los míos y automáticamente una mueca de confusión se dibuja en su rostro. Se rasca la nuca con la mano derecha y suelta un suspiro.—La verdad es que no le entiendo...balbucea muchas cosas y no logro entender claramente el mensaje—me espeta y yo niego automáticamente.

—Vamos, Erick.—inquiero acercándome a él. Coloco mi mano en su espalda y automáticamente se incorpora lanzando un golpe a al aire que claramente tenía como objetivo mi cuerpo—¡Soy yo, Erick! ¡Soy Joel! ¡Uno de tus mejores amigos!—señalo sin apartar mis ojos.

Un golpe rojizo e inflamado comienza a tonarse morada encima de su pómulo, su labio inferior sangra y un hilillo de sangre baja de su nariz hasta sus labios. En la ceja derecha tiene un corte que no deja de sangrar un solo segundo pero lo que más llama mi atención es sus ojos verdes cristalizados. Parece como sí en cualquier momento pudiese echarse a llorar.

—¿Joel?—cuestiona lentamente y yo asiento de inmediato—¿Qué haces aquí?

—¡Eso es precisamente lo que yo quiero preguntarte a ti! ¿Qué es lo que estás haciendo aquí?—hago una pausa—Es demasiado temprano como para estar tan ebrio como lo estás tú—pestañea un par de veces y aparta la mirada. Lleva ambas manos al cabello tratando de tirar de él y es entonces cuando me percato que sus nudillos están heridos.—Parece como sí te hubiese metido en una pelea realmente fuerte—añado y niega.

—¡Sólo con el idiota con el que Rubí me engañó!—me espeta con sorna y llevo mis ojos hasta Richard que se mantiene de brazos cruzados y negando firmemente.

—Pues sea como sea tu madre no puede verte en este estado. ¡Ni siquiera puedes mantenerte en pie por sí solo!—le espeta el rubio a mi lado y Erick lo mira un momento en completo silencio.

—Rubí me engañó...—susurra con la voz quebrada y ambos negamos.

—Vamos, Erick.—lo anima Richard—Tal vez ella no es para ti en realidad, seguro llegará otra chica en menos de lo que piensas y entonces el recuerdo de Rubí no va a ser más que eso, un recuerdo—le explica lentamente tratando de hacerlo comprender cada una de sus palabras.—Ahora por favor, vamos a casa. Te quedarás conmigo hoy porque si tu madre llega a verte en este estado seguro mañana por la mañana amanecerás en una escuela militar—bromea Richard pero sólo a medias.

NO ME OLVIDES|JOEL PIMENTEL|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora