C29: Oferta tentadora.

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—De verdad que esto es una mierda—masculla Richard de mal humor—Una gran mierda—agrega entornando los ojos sin dejar de mirarme un solo segundo.

—Dime algo que no sepa—susurro a modo de respuesta y él de inmediato niega rotundamente.

—Creo que tenías que quedarte y hacerle entender a Leidy que no se va a deshacer de ti tan fácil como ella cree...—indaga Erick jugueteando con un bolígrafo de mi escritorio

—¿Podemos dejar de hablar de Leidy, por favor?—pido entornando los ojos sintiéndome incapaz de seguir hablando del mismo tema por más tiempo como lo hemos estado haciendo desde hace cuarenta y cinco...cuarenta y seis minutos.

—¿Por qué estás tan tranquilo, eh?—pregunta Richard lanzándole una mirada llena de confusión.

—No es que este tan tranquilo, es sólo que...son las decisiones de Leidy...y tengo que respetarlas...—susurro sin mirarlo.—Además, ella pronto va a irse a estudiar fotografía a una universidad de Nueva York, realmente no tiene mucho sentido que me aferre a algo que sé de antemano que no va a pasar...—explico en voz baja.

—¿Qué pasa con el Joelo que nunca se rinde? —cuestiona Erick ofreciéndome un intento de sonrisa.

—Se rindió.

—Que pesimista eras, de verdad—protesta de inmediato. Lo observo un momento para darme cuenta que su ojo derecho ya no está morado, ahora se está tornando amarillo –casi verde- y la herida en su labio ya no parece tan inflamada pero aun así se sigue viendo completamente jodido.

—No es ser pesimista, es ser realista—inquiero en medio de un suspiro.

—¿Entonces te vas a quedar así tan tranquilo sin hacer absolutamente nada?—cuestiona Erick de nueva cuenta.—De verdad este Joel no se parece para nada al Joel que se aferró al recuerdo de la chica de la luna una año completo...—masculla sin dejar de mirarme a los ojos.

—Erick tiene razón, este Joel no se parece para nada—lo secunda Richard mirándome fijamente.—¿Qué pasa con ese Joel que motivado por un recuerdo esperó tanto tiempo por ella? ¿En dónde está, eh?

—Basta, no me van a hacer cambiar de opinión ninguna de los dos.—decido.

—No estamos intentando hacerte cambiar de opinión, Joel—susurra Richard—Sólo estamos recordándote que nuestro Joel nunca se rinde...

—¿De verdad vas a dejar que el estúpido de Matías se salga con la suya?—pregunta Erick.

—No depende de mí, chicos ¿Por qué no entienden eso?—estallo mirándolos a ambos.

—Bien, tampoco te hagas el ofendido—masculla Richard de mala gana.

—¿Por qué no vamos a tomar algo?—ofreció Erick y ambos lo miramos—¿Qué? Era sólo una oferta—musita en voz baja.

NO ME OLVIDES|JOEL PIMENTEL|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora