C31: Vuelo a Nueva York.

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El día anterior...

Me quedo observando fijamente el filo del escritorio sin saber realmente que hacer. Tengo la necesidad de hablar con Joel porque casi dos semanas de silencio entre ambos aunque no quiera aceptarlo me está matando lentamente; es una especie de tortura que todo el tiempo está presente y me lo merezco.

Inspiro profundamente tratando de hacer que mi cerebro se controle y poder pensar con claridad pero son tantos los sentimientos que tengo dentro de mí que no sé como hacerlo. Llevo mis manos hasta el teclado de mi computadora portátil encima del escritorio y justo cuando comienzo a teclear me arrepiento.

Llevo mis ojos hasta el cuaderno de bocetos y dibujos a base de carboncillos que descansa a un lado de la computadora y la tomo cuidadosamente para terminar con las manos llenas de grafito o manchar los dibujos. Lo abro cuidadosamente y mi corazón se acelera cuando me percato del boceto del dibujo de Joel.

Paso mis dedos sobre la mandíbula del dibujo y vuelvo a llenar de aire mis pulmones sintiendo como mis ojos comienzan a empeñarse lentamente por la retención de lágrimas que se están haciendo presentes Dejo escapar la primera y esbozo una pequeña sonrisa melancólica recordándolo.

...

¿Me concederías el honor de ser mi novia? ¿Me aceptarías para ser yo quién comparta contigo los momentos más importantes de nuestras vidas? ¿Me darías una oportunidad de demostrarte cuánto te quiero?

—Sé que es un poco pronto pero no tengo ninguna duda, Leidy. ¿Me aceptas?

Me pongo de pie en un salto y él hace lo mismo antes de que lo envuelva en un largo abrazo. Siento su respiración chocando contra mi cuello y me provoca cosquillas.

Pero me encanta.

—Claro que te acepto, Joelo. Claro que si...obvio que quiero ser tu novia...

...

Y entonces sé lo que tengo que hacer.

Dejo el cuaderno de lado y busco entre mis cajones hojas blancas y papel sintiendo como las puntas de mis dedos comienzan a hormiguear con anticipación. Observo de nuevo el dibujo y comienzo a escribir lentamente.

Querido Joel;

Sé que en este momento debes odiarme y sé que me lo merezco. Pero quería que tuvieses esa carta porque de alguna manera quiero explicarte como han sido las cosas. No es que esté tratando de excusarme o algo parecido, yo te hice daño; estoy completamente consciente de eso y no te lo merecías. Eres el ser más lindo, comprensivo y tierno que he conocido en mi vida: y que ha pisado la Tierra, en serio lo eres.

Siempre voy a estar agradecida contigo por haberme elegido a mí, por haberme esperado todo el tiempo que lo hiciste motivado por un recuerdo. Fue realmente un honor y fui muy afortunada compartir un tiempo contigo pero las cosas no salieron como yo esperaba y por alguna u otra razón que tú ya conoces y que no mencionaré terminamos separados.

NO ME OLVIDES|JOEL PIMENTEL|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora