El olor a su perfume, un beso en la mejilla, una fotografía y una pequeña promesa que pienso mantener hasta el último de mis días. Eso es todo lo que tengo de ella.
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—¿Cómo van las cosas? ¿Te están gustando las clases?—cuestiona Elizabeth sin dejar de mirarme a través de la pantalla de mi computadora portátil.
—Sí. Los profesores son...amables, mis compañeros...parecen buenas personas y todo va bien...estoy adaptándome bien...—respondo simplemente pero ella parece no convencerse.
—Dime la verdad—ordena entornando los ojos—Ya sabes que le puedes mentir a todo el mundo si quieres pero a mí no— demanda con voz firme.—Así que dime de una vez que es lo que está pasando...
—Extraño Miami...siento que no voy a encajar nunca aquí...me siento completamente tentada en ir a comprar un boleto de avión para poder volver a casa...—explico y Elizabeth comienza a negar firmemente.—¿Entonces qué hago...?
—Tienes que quedarte en Nueva York y seguir con el plan inicial que es terminar con el curso de fotografía y listo—hizo una pausa—¿Qué más pasa, Leidy? Porque es más que claro que eso no es todo lo que te está pasando...
—Joel me llamó—suelto de inmediato y una pequeña sonrisa se instala en sus labios de inmediato.—Esta mañana pero no pude hablar con él porque estaba en la ducha...después se me hizo tarde para la primera clase y cuando finalmente el periodo escolar terminó, le envié un mensaje...
—¿Y qué te dijo?—cuestiona con un deje de emoción en su voz—¡Habla, Leidy! ¡Por dios!—chilla desesperadamente.
—Leyó el mensaje pero no respondió—en su boca se forma un pequeño círculo y me observa fijamente sin decir una sola palabra.
—¿Qué? ¿Es en serio?—pregunta anonadada.
—Sí, no sé que fue lo que pasó pero hasta el momento sigo sin obtener respuesta...—susurro y ella niega.
—Pues estoy completamente segura que algo no anda bien porque cuando te fuiste él llegó al aeropuerto, Lei...pero llegó tarde y tú ya te habías ido...parecía realmente desolado—explica lentamente como si estuviese tratando de que yo y mi lento cerebro comprendamos cada una de sus palabras.
—¿Qué? ¿Joel fue?—cuestiono con el corazón latiéndome a mil por hora dentro de mi pecho.—pero ayer en la tarde hablé con Silvana y no me dijo nada...—agrego con las cejas fruncidas.
—Tal vez lo olvidó, sabes que tu hermana vive con la cabeza metida en las cosas que un señorita de alta sociedad haría...capaz que ni siquiera lo considera un acto de amor verdadero o algo parecido...el punto es que tú lo supieras y listo, no le des más vueltas—hace una pausa—tal vez Joel vuelva a llamarte más tarde, tranquilízate, no hay porque alterarse...
La puerta de la habitación se abre dejándome ver a Harmony y su peculiar cabello de unicornio delante de mí. Me lanza una sonrisa y luego pasa de largo para sentarse en el filo de su cama con la mirada perdida en la pantalla de su celular.—Tal vez si... eh, dame un segundo—pido a Eli que asiente de inmediato—Har, ¿te pasa algo? Luces un poco extraña—observo y ella me mira un momento. Me preparo mentalmente para las miles de palabras que están por salir de sus labios pero eso no pasa. Se queda en silencio un par de minutos y luego se encoje de hombros.
