1. Comienzo

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Nueva York. 7:00 a.m. 02 de noviembre, 2013.

Los pitidos de mi alarma me arrancaron del sueño con aquel vampiro sexy que estaba teniendo. Extendí mi brazo para apagarla, un golpe, dos golpes, ¡pum! accidentalmente la alarma cayó al suelo. Sonreí ampliamente.

Venus - 1. Alarma - 0.

Ahora tendría que comprar una alarma nueva. Grandioso.

Me levante pesadamente de mi cómoda cama y estiré mis extremidades a todo lo que daban, dando un gran bostezo. Miré a mi alrededor. Las bolsas de palomitas estaban tiradas por todas partes, ayer había sido una gran noche de películas de terror con mi mejor amiga Melanie. Mierda, Melanie.

Me avente a mi cama, quedando así mi cabeza fuera de esta, del lado opuesto al que estaba. La chica de cabello lacio y rubio cenizo estaba acostada en la colchoneta en la que durmió anoche. Dormía placidamente, con los brazos extendidos y sus pies se asomaban afuera de la colcha con la que se había tapado en la noche, después de casi orinarse del miedo cuando vimos "Detrás de las paredes"

Sonreí maliosamente y me levante de la cama sin hacer el más mínimo ruido. Entré en el pequeño baño de mi habitación y cogí un recipiente para después llenarlo de agua. Salí pocos segundos más tarde, rodeando la cama y quedando de frente a la colchoneta. Tomé un poco de agua con mi mano derecha, haciendo un hueco con ésta para que cupiera más líquido. Sonreí y avente el agua dando exactamente en la cara de mi mejor amiga.

Ella dio un brinco en la cama, quedando completamente parada en la colchoneta. Malditas clases de gimnasia, si no me hubiera saltado la mitad de esas clases yo podría hacer lo mismo. Pero vamos, ¿quién no se las hubiera saltado para ir a jugar basquetbol en la cancha de la escuela? Y no me arrepiento.

La rubia frente a mí me fulminó con la mirada y yo empecé a reír a carcajadas. Tomé mi estómago entre mis manos, agachándome, riendo sin parar.

- Estúpida Venus. - Gritó la chica y lo siguiente que sentí fue un líquido que iba desde mi cabeza hasta mis pies. Me empapó con el agua que había traído.

Esta vez fue su turno de reír mientras yo me enderezaba lentamente y fruncia el ceño.

Okay, esto no me había parecido tan gracioso. Pero aun así no pude evitar sonreír y soltar una risita. Su risa era contagiosa.

- ¿Qué hora es? - Preguntó, desenredando sus pies de las sabanas y caminando descalsa hacia mí.

- No lo sé. - Me encogí de hombros.

Melanie caminó hacia la mesita de noche que estaba a un lado de mi cama, donde se supone que estaba mi reloj-alarma. Me volteó a ver, en su cara se veía que estaba confundida. Me señaló el suelo.

- La alarma quería despertarme, interrumpió mi sueño con aquel vampiro sexy. No tenía otra opción.

Melanie soltó otra carcajada y aplaudió con ambas palmas, le divertía que la estúpida alarma me despertara de mis hermosos sueños. Tome una almohada que estaba a mi alcance y se la lancé a la cara para que dejara de reír, sin embargo, ella rio aun más fuerte y tomó la almohada para aventarla hacia mí, benditos sean mis reflejos que esquive la almohada con facilidad y la miré sonriendo ampliamente. Ella negó divertida con la cabeza y tomó su bolso para checar su celular, yo me senté en la esquina de mi cama y la miré. Su pijama rosa con estampados de ositos la hacía ver como una niñita. Me miré a mí y fruncí el ceño, mi pijama (azul con estampado de conejos, mi favorito) estaba empapado de agua.

- ¿Tus papás están en casa? - Preguntó.

Negué con la cabeza. - Supongo que no, es sábado, todavía tienen que trabajar.

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