Scott miró hacia el cielo y suspiró, acomodándose de nuevo su cabello con la mano. Yo seguía mirándolo esperando por su respuesta. Tenía casi dos semanas de conocerlo y dentro de estas dos semanas me las había ingeniado para poder conseguir información que sirviera de algo, sin embargo lo único que había conseguido eran problemas. Muchos problemas. Uno de ellos estaba casi a la vuelta de la esquina y yo no podía evitar encontrarme con él.
- No fue el único, ni mucho menos el primero. - Habló Scott, sacándome de la peor manera de mis pensamientos. - ¿Era lo que querías saber, Venus?
Apreté mis labios intentando no salir corriendo y gritar como loca. Todavía no. Sabía que Scott ha matado a más personas aparte del hombre del callejón, era obvio, ni siquiera se había sorprendido la primera vez que le dije que lo había matado.
- ¿P-Por qué lo haces? - Maldita sea, tartamudeo.
Scott rió levemente. - Es obvio, ¿no?
Vi como un niño se tropezaba con la raíz de un árbol y su mamá corría hacia él, el pobre estaba llorando y se tallaba la rodilla, expandiendo toda su sangre.
- ¿Por qué los obliga? - Hablé despacio, aun mirando a aquel niño y su madre como motivo para no verlo a él.
- Porque puede. - El rencor se notaba en su voz. - Él puede hacer lo que quiera con nosotros si se lo propone, cualquiera de nosotros puede hacer trizas a un humano, pero a él no. Simplemente no podemos.
Jugueteé con un hilillo suelto de mi suéter, estaba realmente nerviosa; Scott y Kyle dañaban a gente solo porque una sola persona se los pide, o los obliga a hacer y esa persona quería verme pronto...
- Pero no más, - dijo Scott, llamando mi atención y logrando que me girara para mirarlo. - no quiero seguir con esta mierda.
- ¿Qué harás?
Esta vez agarré mi cabello y lo dejé caer sobre mi hombro derecho, parecía una cascada de rizos.
- No lo sé, si tengo que matarlo para lograr que se detenga, lo haré. - Se encogió de hombros, como si el simple hecho de matar fuera tan normal e inocente.
Instintivamente me eché hacia atrás, quedando más alejada de Scott y en la esquina del banco.
Él me miró, alzando una una ceja.
- Ven, él estaría mejor muerto, ha matado a muchas personas para sacrificarlas, ¿crees que merece seguir viviendo? - preguntó, asustándome aún más.
Abrí los ojos de par en par. Respiré hondo, tratando de tranquilizarme.
- ¿Los sacrífica? - Me paré de un salto y caminé hacia atrás. - ¿Cómo que los sacrífica? - La parte trasera de mis parpados escocian, quería llorar, llorar de nuevo; como siempre lo he hecho. - ¡Scott, tu psicópata tío te manda a por personas para sacrificios y tú simplemente vas! ¿Qué rayos te pasa? ¿Qué rayos les pasa? - Corregí.
- Por favor, Venus. - Scott se levantó también y caminó hacia mí. - Simplemente, no podía hacer nada para detenerlo. - disminuyó su paso. - Quiero dejar esto, quiero desaparecer cada recuerdo de las idioteces que hice. Todo. Maldita sea, Venus, deja de retroceder. No me gusta.
Paré en seco por lo que dijo y me le quedé mirando, aún asustada.
- Me gustas, ¿sí? parte por lo que estoy haciendo esto es por ti. Quiero salir de esta mierda para tener una mínima oportunidad contigo. No huyas, por favor.
Me quedé sin habla y lo único que pude hacer fue soltar el aire que retuve desde hace unos segundos.
¿Él enamorado de mí? Definitivamente no era cierto. Scott no podía estar enamorado de mí, simplemente no podía. Me rehusaba a creerle. ¿Por eso había intentado besarme la última vez?
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Dark
FantasyÉl; un ser de oscuridad. Diferente a los demás, pero con el mismo objetivo. Siempre tratando de salir de la mierda en la que está metido pero sin ningún resultado. Ella; una chica normal, estudiaba la universidad y ahorraba para su propio auto. Sin...