18. Cambiar

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Luego de salir del club nos fuimos a mi casa, bueno, Kyle se fue a la suya después de dejarnos a mí y a Melanie en mi departamento.

Después de que Kyle me dijera que su tío quiere hablar conmigo no dejaba de pensar en eso. Sabía que consecuencias como esa me pasarían algún día si seguía siendo entromometida como lo soy con la vida de Kyle y Scott, pero no me importó y seguí siendo terca y ahora estoy metida en problemas. Ese tipo no me agrada en nada.

Una sombra pasó de mi puerta a mi cama y en cuestión de segundos ya tenía a Lilo en mi regazo. La bola de pelos se había metido como si nada y casi me mata del susto al aparecer así. La tomé por los costados y la bajé de la cama, no quería limpiar pelos antes de dormir, como respuesta Lilo maulló y salió corriendo. Quizás iba al cuarto de mis papás.

Tres toquidos en la puerta avisaron la llegada de mi mamá.

Ella tiene la costumbre de tocar mi puerta y entrar aún sí yo no le doy permiso.

Ya estaba en pijama y su cabello estaba suelto. Una de las cosas que me más me gustan de ella es su cabello; es muy largo y sus ondas se forman perfectamente. No como el mío que parece enredadera.

- ¿A penas llegaste? - Preguntó sentándose a un lado de mí.

Yo me eché hacia atrás y recosté mi cabeza en las manos.

- No, ya tiene casi una hora.

- ¿Melanie?

Mi mamá echó una rápida mirada a mi habitación, asegurándose de que la rubia no estaba.

- Parece que su mamá llegó temprano hoy y se fue a su casa. - Empecé a jugar con mis pies, moviéndolos de un lado a otro.

- ¿Qué tienes?

Su pregunta me tomó desprevenida e inmediatamente dejé de jugar con mis pies y me levanté apoyándome sólo con mis codos.

- Nada. - Contesté con simpleza.

- ¿Tienes problemas con Kyle? - Su cara estaba seria y me miraba directo a los ojos. - ¿Te ha hecho algo? ¿Qué pasó con ese "tiempo" que se dieron?

Me quedé un momento callada, vaya que había hecho mucho Kyle, pero no me había lastimado, a veces creo que yo lo lastimé al terminar con él, aunque solo fue por dos o tres días. Ocultarme lo que verdaderamente era quizás contaría, pero no con mi mamá.

- Nada, simplemente siento que ya no es igual que antes. - Me encogí de hombros.

- ¿Cómo era antes?

- Mmmh, no lo sé, ¿más atento? - Alcé una ceja.

Mi mamá me miró divertida y negó con la cabeza.

- ¿Me lo preguntas a mí? - Se acomodó en la cama y con su mano acomodó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. - No lo sé, Ven. ¿Cómo puedo yo saberlo? Es tu relación, querida, si él ya no es tan atento como antes ¿por qué no lo discuten juntos?

Sabios consejos de madres. Cómo me gustaría decirle toda la verdad y que me ayudara con sus palabras.

- Gracias. - Sonreí de medio lado.

* * *

Caminé presurosa tratando de llegar temprano a la clase de la señorita Aurand.

En la mañana me había despertado más tarde de lo común, me había dormido hasta tarde y como consecuencia me levanté con una ojeras enormes y tarde. Ya me había perdido de mi primera hora de clase y no quería perderme de la segunda.

DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora