IX

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Jane y Lizzie quedaron solas en la habitación para recoger sus cosas antes de partir con el Duque y apenas la puerta se cerró, Jane se dirigió a Lizzie mirándola seriamente porque suponía que su amiga reaccionaria ante la decisión que acababa de tomar

- Antes de que digas nada déjame explicarte Lizzie.

Sin decir palabra Liz asintió con la cabeza dándole permiso para que prosiga.

- mi familia me repudia, no tenemos como subsistir porque seamos realistas las joyas no valen mucho.

Si bien jane tenía razón. Lizzie sentía que se rindió muy fácil pero entendía que eso se debía a que Jane como toda joven de sociedad fue criada de tal manera que era incapaz de sentirse capacitada para subsistir por si misma. En cambio ella siempre tuvo que luchar para sobrevivir y estaba orgullosa de que a pesar de no tener casi nada era una mujer libre. Miro a la futura madre y lo más calmada posible se dirigió a ella.
- Pero te estás entregando a Norfolk...¿Tu entiendes lo que acabas de aceptar?
Jane sabía que acababa de atarse a un hombre que apenas conocía y toleraba pero estaba tan herida y resentida con la vida que no iba a cambiar de opinión.
- Si lo sé pero otra cosa no se espera de mi, o te olvidas que soy una cualquiera .

Soy una zorra que se entregó como una idiota al primer hombre que le dedicó unas palabras de amor y un par de caricias. Pensó Jane que se maldijo a si misma por haber sido tan idiota. Pero le dolía profundamente haber sido marginada por su familia de una forma tan violenta...
-Sabes que no es así Jane.

- Ellos me dan por muerta antes de perdonar mi error y soy su sangre Lizzie...además yo no voy a condenar a este niño a pasar penurias por mi culpa por el soy capaz de todo... y Norfolk es el único que puede ayudarme. Su posición social está muy por encima de todos...no te olvides que es el Duque Mariscal de Inglaterra y nada nos faltara a ninguno de los tres... no soportaría que tu o el bebé sufran por mi culpa.

Toda su vida había sido una niña mimada,egoísta y caprichosa pero ahora debía madurar y comportarse como una buena madre. Ella ya no importaba.

- Estas entregando tu libertad. El no te ama no sabes lo que te espera a su lado.- Dijo Lizzie

- tampoco necesito su amor sólo su protección mira como estoy por seguir ideas románticas.ademas nunca fui libre, liz. Por asegurar el futuro de mi niño soy capaz de todo.

Protección a cambio de mi cuerpo...mi padre tiene razón soy una meretriz pero todo lo vale si logro que mi bebé no sea un bastardo,pensó Jane mientras terminaba de empacar.

- Cómo tu digas sabes que cuentas conmigo. - Afirmó su amiga resignada y mirándola con pena .

-Mi bebé y tu hermana del alma son lo único que tengo.- Dijo Jane dirigiéndose a la puerta

- Ahora lo tienes a Norfolk también.

- Sabes que no es así.

Las jóvenes recogieron las pocas pertenencias que tenían y partieron junto con el Duque.

Dentro del carruaje, la mente de jane no podía dejar de repasar lo sucedido momentos antes. Si bien quiso parecer segura ante Lizzie la verdad era que aceptó la propuesta de Norfolk por la impotencia de sentirse humillada y abandonada por las personas que más amaba en el mundo. Ella era realista y sabía que en el mundo real solo sería una carga para Lizzie ya que no tenía ni idea como iban a subsistir...sabía que elegía el camino más fácil que era venderse a los caprichos de un aristócrata que parecía peleado con el mundo pero que era aceptado en la sociedad por su título superior y por tener a la monarquía comiendo de su mano. Jane lo miraba y si bien era un hombre de cierto atractivo,su seño constantemente fruncido,su mirada como si todo le resultase insoportable y esa forma de hablar tan agresiva hicieron que ella nunca se interesase en él. Sus ojos oscuros la miraban como si fuesen capaces de leer sus pensamientos y eso hizo que la joven bajase la mirada y se concentrará en analizar sus manos.

El viaje hacia Norfolk House,la residencia del duque en Londres fue incómoda y silenciosa. Para cuando llegaron a la imponente mansión. El duque mando a preparar dos habitaciones de huéspedes para que el servicio las instalé y el se retiró a su despacho.

En su habitación Jane comió y se dio un largo y delicioso baño mientras pensaba como sería su vida de ahora en adelante y se decía a si misma que la decisión que había tomado era la mejor.

Mientras tanto en su despacho Alexander repasaba lo sucedido y se convencía de que había cerrado un excelente negocio con Jane. Él la deseo desde la primera vez que la vio en la calle mientras la joven caminaba despreocupada con su madre y su doncella por Hyde Park semanas antes de su encuentro accidentado en aquel salón de baile y quería que fuera suya pero el no actuaría tan descaradamente como el idiota de thomas seduciendola y haciendo falsas promesas porque sencillamente él no era así. Alexander siempre dejaba en claro lo que deseaba y si bien podía reprocharsele el haberse aprovechado de la situación desesperada de la joven caída en desgracia el estaba convencido de que era una oportunidad que no iba a desperdiciar.

Necesitaba una esposa y un heredero para que su título no muera con él y ella le aseguraba eso... aceptaría al niño inocente porque él sabía lo que se sentía ser despreciado y a ella nunca le faltaría nada. Patrick seguramente le hubiese dicho que en el fondo tenía un corazón honorable por salvar a esa joven cuya historia le recordaba a ella y seguramente él lo mandaría al diablo pero Patrick se encontraba fuera del país y no podía actuar como su conciencia así que por una extraña razón él hacia uso de la suya. Se obligó a dejar de darle vueltas al asunto y revivir fantasmas del pasado y sirviéndose una copa de brandy se convencía a si mismo de que actuó para satisfacer sus deseos.luego de terminar la Copa procedió a tocar la campanilla de servicio para pedirle a su mayordomo que mandase a llamar a Joseph su hombre de confianza y a John stan su abogado. Todo debía estar listo y a más tardar en una semana Jane sería oficialmente su duquesa.

Jane RenaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora