XXV

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Solo faltaba que llegará uno de los comensales así que el pequeño grupo estaba reunido en la sala de música disfrutando de las melodías que la señorita Rose Stan tocaba tan bien. Todos estaban de excelente humor Jane y Lizzie disfrutaban de la música mientras que John Stan conversaba animadamente con el conde de Manchester. Era una velada amena  excepto para Alexander que se mostraba frío, apático y monosílabico. como siempre que estaba en público.

Con discreción Jane se acercó a él.

— Es una hermosa velada...gracias por hacerla posible — susurro a su lado.

— sólo por ti— replicó en voz baja para que sólo ella lo escuche.

En ese momento el mayordomo apareció en la estancia y el Duque se dirigió hacia este para recibir el mensaje.
Cuando volvió hacia Jane está pensó que le anunciaría que el último invitado había llegado a la mansión.

— Por favor Jane acompañame a la biblioteca.

— claro que si...¿Pasó algo?— estaba intranquila ante la requisitoria de su esposo.

— Nada de que preocuparse.

Cuando entraron a la biblioteca, ella lo reconoció inmediatamente,sus piernas flanquearon y su voz se quebró.

—  Charles...

— Buenas noches hermanita o debo decir duquesa de Norfolk.

Ella estaba paralizada su hermano mayor estaba frente a ella después de tanto tiempo. Quería correr a abrazarlo y decirle cuanto lo necesito durante este tiempo pero tenía miedo de ser rechazada.

—Perdóname, Yo...No quise defraudarlos...lo juro, cree en mí— las lágrimas que se agolpaban no la dejaban hablar con claridad.

Charles Devereaux se acercó a su hermana menor y la abrazo.

— Sabes que creería en ti a pesar de todo y de todos...No me pidas perdón cuando soy yo quien estuvo ausente cuando más me necesitaste.

Ella alzó su mirada hacia él y vio como corría una lágrima en el rostro de su hermano.

— Ustedes tienen que hablar en privado.Iré con los demás invitados hasta que estén listos para reunirse con nosotros— luego de estas palabras el Duque de Norfolk abandono la habitación.

Jane y Charles quedaron sólos y se sentaron en las sillas del despacho. Su hermano rompió el silencio.

— ¿Eres feliz Jane?
— Ahora si lo soy pero hubo un tiempo en el que pensé que no saldría adelante.
— ¿Por que huiste con él?...es el Duque de Norfolk nuestro padre no se hubiese opuesto al enlace...¿Acaso Te presionó para que te entregues a él?...dime necesito entender como un hombre tan honorable se comportó de manera tan despreciable.

Ella no podía permitir que su hermano pensará de esa manera de Alexander.

— El duque lo único que hizo es ayudarme cuando más lo necesite...

— ¿Acaso él no tuvo nada que ver con tú huida de la casa?

Debía ser honesta y contarle toda la verdad esa era la única opción.

—No, él es inocente. Yo me enamoré como una idiota de un hombre que me engañó haciendome creer que pediría mi mano...fui una estúpida por creerle y caí en su trampa... Cuando lo confronte para que cumpliera...él Dijo que jamás se casaría conmigo porque mi dote no lo valia y esa noche se comprometió con otra... fui tan estúpida...creí que era el amor de vida — Rememoró Jane odiandose a sí misma por haber sido tan ciega, tan crédula.

Charles no podía creer lo que estaba escuchando. Su hermanita,su orgullo; a la que había cuidado y protegido durante toda su vida, se había desgraciado con un maldito que la uso y la tiro como si fuese una cualquiera.

— Entonces te fugaste con ese desgraciado que luego te abandono — Dijo con ira.

—Yo me fui de la casa porque no tuve opción... el vizconde me repudió y expulsó mientras que mi madre me dijo que si entregaba al bebé y pasaba una temporada en el campo ella se encargaría de convencerlo para que me aceptara de nuevo...pero no podía abandonar a mi hija...nunca me lo hubiese perdonado...por eso Lizzie y yo huimos de casa.

— ¿Hija?...

— Si, tengo una niña y no me arrepiento de no haberla entregado porque ella hace que todo valga la pena.

— Ellos me dijeron que te fugaste con un hombre y que el dolor que tu ofensa causo a la familia los llevo a declarte muerta ante todos porque te consideran muerta para ellos — Estaba completamente decepcionado de sus padres, nunca los hubiese creído tan crueles.

— Hace tiempo que lo se y ya no me duele— mintió Jane.

— Yo no sabía que te echaron...¡maldita sea y yo no estuve para defenderte! — Dijo esto dando un golpe sobre la mesa.

— Dime quien fue el maldito...Te lo exijo Jane.

— No quiero que hagas una locura...si te pasa algo no podría vivir sabiendo que fue mi culpa...Solo si me prometes que no lo retaras a duelo te lo diré...

— No me pidas eso, entiendeme.

— No, entiendeme tú a mi...amo a mi esposo con toda mi alma con él forme una familia pero si esto se sabe podría perderlo todo y comenzarían las habladurías sobre el origen de sophie...por favor no me hagas esto, no ahora que puedo ser feliz.

Charles escucho a su hermana y aunque deseaba con toda su alma acabar con quien jugo con ella, comprendió que no podía arriesgar la felicidad que ella parecía tener junto al Duque.

— Te lo prometo no cometere ninguna locura que ponga en riesgo tu felicidad pero quiero saber quién fue ese canalla.

—Ahora que tengo tu palabra te lo diré...es Henry Thomas. él me dijo que era tu amigo, que estudiaron juntos pero cuando descubrí sus engaños volvió a hablar de ti con resentimiento...

Thomas y él nunca habían sido amigos sino más bien rivales y Charles se dio cuenta que  él maldito había encontrado la forma de vengarse y esa había sido Jane.

—Perdóname Jane por todo ...Perdóname.

— No Perdóname tú a mí por haberte decepcionado...tenía miedo de que también me reudiaras pero Lizzie decía que tú me comprenderías.

— Lizzie siempre fue la más inteligente de ustedes dos— bromeó Charles para distender el ambiente pero internamente estaba pensando como hacer pagar a Henry Thomas por el daño que causo sin que esto afectase a su hermana ni a la familia de esta.

— Lo sé...ahora que te vea se pondrá tan feliz.

—vayamos entonces con ella y después quiero conocer a mi sobrina además le debo una disculpa a tu esposo.

Salieron rumbo al salón para encontrarse con el resto de las personas reunidas en la mansión.
Jane estaba feliz de tener a su hermano a su lado después de tanto tiempo y sabía que este reencuentro era responsabilidad de Alexander.

Cuando ingresaron al salón y Charles fue presentándose con los demás invitados. Elizabeth no podía salir de su asombro .

— Watson es un placer ver después de tanto tiempo a una querida amiga— Dijo saludandola como todo un caballero.

— Deveraux me alegro tanto de volver a verte después de dos años...sabes que las cartas no muerden— Dijo ella sonriendole.

Mientras esto ocurría el conde de Manchester observaba la escena molesto por la cercanía que había entre esos dos y además Elizabeth no ocultaba su sonrisa a devereaux mientras que a él sólo le regalaba indiferencia e ironías...








Jane RenaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora