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El viaje a gretna green fue el viaje más tenso que la joven había tenido en su vida, se sentía sofocada con un nudo en la garganta.
«No puedo hacerlo, me equivoque al aceptar...no lo pensé bien...Dios... no quiero ser su esposa ¿Ahora que haré?» la mente de jane no podía dejar de pensar que lo estaba por pasar dentro de unas horas era un error. Los días pasados le habían servido para pensar fríamente las cosas y ya no estaba tan segura de que casarse con el Duque fuese una buena idea. Por un lado después de su charla en el despacho casi no habian cruzado palabras ya que él o estaba en sesiones parlamentarias o encerrado en su despacho por el otro lado descubrió que todos los empleados de la casa le tenían terror ya que era terriblemente malhumorado y sus gritos eran un constante recordatorio de su carácter endemoniado. Ella sólo podía pensar en si podría soportar ese estilo de vida y lo peor si arriesgaba a su hijo a vivir con un monstruo que tal vez lo maltrate y siempre lo haga a un lado. Esto último no la dejaba en paz y creía que era mejor dejar en claro que ella defendería a su hijo con uñas y dientes .

—  disculpe pero quisiera hablar unas palabras con usted.

— ¿Acaso ya se arrepintió Jane?— pregunto rápidamente Alexander .

Ante estas palabras Jane mirándolo seriamente y con voz firme replicó:

— Necesito saber que estoy tomando la decisión correcta.

— No tienes muchas opciones para  elegir y lo sabes.

«Maldito bastardo» pensó ella que se sintió insultada y dolida por las palabras pero por sobre todo por la ironía que escondían las mismas.

— Es usted un...un... grosero, poco caballero.

—shhh sólo soy sincero. Ademas tu no te has comportado como una dama de sociedad.

Ella le dejaría en claro que fue él quien la busco a ella jamás se le hubiese ocurrido pedir su ayuda.

— Si tiene ese concepto de mi entonces ¿ porque me propuso ayuda? Y si no recuerdo mal yo no lo busque usted lo hizo cosa que todavía no logro comprender.

—  Dejé en claro el porque...te deseo y eso me basta para tenerte en exclusividad yo no comparto— Dijo seriamente y mirándola seriamente.

—  Pero casarse con alguien que tiene una reputación por el suelo reconociendo a un niño que no lleva su sangre solo por cumplir un capricho masculino es difícil de entender.soy el peor partido de Londres.

—Mientras yo lo entienda me importa un cuerno lo que piensen tú o la sociedad de mi persona.

Esa respuesta la desoriento, este hombre era un enigma y por lo que sabía de él era uno de los mejores sino el mejor partido de Inglaterra pero nunca se interesó en ello.

— Me ha quedado claro yo sólo quiero pedirle que respete a mi hijo y no lo haga sentir diferente, si usted puede asegurarme que puede tratar con buenos tratos, respeto y cariño a mi bebé yo tratare de cumplir mi papel de la mejor manera pero debo estar segura de que usted no lo maltratara de ninguna forma...porque si hago esto es por mi bebé que es inocente y puro de todos mis pecados...Por favor si usted no está dispuesto a esto yo no puedo seguir adelante con esta farsa...Puedo entregarle mi cuerpo y mi libertad pero sólo si se que mi hijo será un niño o niña feliz...Sólo así este sacrificio valdrá la pena.

Alexander escuchaba atentamente las palabras de la muchacha y no podía evitar pensar en el pasado «yo nunca voy a ser como él».Si de algo estaba seguro era de que nunca maltrataria a un niño inocente y lo trataría como si fuese propio. Él pudo ver la angustia y dudas de Jane y quería tranquilizarla.

— Si aún lo deseas dentro de unos instantes tu serás mi esposa y ese niño o niña será mi hijo y como tal será criado puedo darte mi palabra  de honor de que jamás lo tratare de forma diferente y dentro de mis posibilidades tratare de ser un buen padre... ¿Aún deseas seguir adelante?

Jane se sorprendió por el tono de su respuesta era la primera vez que se dirigía a ella de una forma tierna dándole entender que había sinceridad en sus palabras y eso la hizo creer en su promesa.

— Si... espero que comprenda que necesitaba estar segura de lo que le espera a mi bebé, es lo más importante que tengo en mi vida y solo quiero que sea feliz.

«será una gran madre»se dijo a sí mismo Alexander quien no quería ponerse sentimental y volvió a  retomar su formalidad característica.

— Lo entiendo Jane créeme que lo hago.

El silencio se apoderó de ellos y continuaron el resto del viaje sumidos en sus pensamientos. Cada uno de ellos con sus fantasmas y a la vez conscientes de que todo cambiaría entre ellos.

Gretna Green

Jane esperaba en la pequeña salita donde terminaba de darse los últimos toques. Todavía recordaba las indicaciones de Lizzie antes de partir. Como hubiese querido que ella la acompañase en este momento pero el Duque había decidido que la joven se dirigiera directamente a sussex para preparar todo para la llegada de Lizzie.
Mientras terminaba de acomodarse el vestido de seda amarillo pastel descubrió que este tenía una pequeña herradura   escondida en las costuras internas obra de liz que no se resistía a respetar las tradiciones.se dirigió al espejo para colocarse el sencillo tocado con flores de Azahar y retocarse el peinado no pudo evitar mirar su reflejo y pensar que no era así como lo había imaginado, ella siempre había querido una boda fastuosa con un vestido de ensueño. No pudo evitar que una lágrima se derramara pero respiro profundamente para no ser invadida por el llanto «Henry te odio y me odio por haber sido estúpida»

Recomponiendose terminó de ultimar los detalles y al verse nuevamente en el espejo se dijo a sí misma:

— Adiós Jane Deveraux.

Y susurrando esa frase se dirigió a la capilla de la cual saldría convertida en la condesa de Norfolk.

Jane RenaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora