XXI

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Tres semanas después Alexander estaba casi recuperado y Jane había vuelto a su rutina luego de la maternidad. Como todavía no podían volver a Inglaterra el Duque había decidido arrendar una casa de campo en Brujas para tener más comodidades y privacidad.
Por otro lado el conde de Manchester había regresado a Londres para retomar sus negocios y anunciar la aparición de Alexander en el Parlamento.

Lizzie acunaba a la pequeña sophie mientras se escuchaban de fondo la discusión de los Duques. La joven reía y le decía a la niña
— Tus padres son tan obstinados y caprichosos que ninguno quiere dar el brazo a torcer...mejor nosotras nos vamos al jardín.

Mientras tanto en la sala contigua un furibundo Alexander no soportaba más que Jane lo tratara como un niño que no podía valerse por sí mismo.

— Estoy cansado de descansar...¡¡¡Por el amor de Dios!!! Ya estoy recuperado.

Ella se levantó del sillón en donde se encontraba y hecha una furia fue hacia él y lo enfrentó.

— Casi perdiste la vida. Estuviste inconciente muchísimo tiempo y ahora porque hace dos semanas comenzaste a andar crees que ya puedes hacer lo que quieras...no es así, tienes que cuidarte.

— Estoy harto de que me traten como un niño.

— Entonces haz caso y no me grites— Diciendo esto sumamente enfadada Jane abandono la habitación de Alexander de un portazo dejándolo con la palabra en la boca.

Jane evitó por el resto del día a Alexander concentrandose  en sophie y Lizzie Mientras que este paso su día encerrado en el pequeño despacho ofuscado al sentirse tratado como un niño inútil.

Al anochecer la puerta de la habitación de jane se abrió. Un Alexander cabizbajo entraba para hacer las pases con su esposa.

Él se acercó a ella que lo ignoraba totalmente. Alex con un tono suave y casi susurrando se dirigió a ella.

— Perdóname Jane.
Ella ni siquiera lo miro. Pero en un tono que demostraba  enojó procedió a responderle.
—¿Por ser grosero?¿Por gritar?¿Por no ver que sólo quiero que estés bien?

—Por todo eso. No estoy acostumbrado...me siento un inútil ,una carga .

Ella lo miro y con firmeza respondió.

— Una carga jamás Alex. Sé que puedo ser un poco sobreprotectora pero es porque te amo y quiero verte bien. Tengo temor a que recaigas...Cuando te encontré estabas tan mal..tan débil...

Él la interrumpió para dejarle en claro que lo peor ya había pasado y que ahora Jane y sophie eran su razón de vivir.

— No pienses más en eso ahora estoy aquí con ustedes y por nada del mundo pienso dejarlas y mucho menos que ahora tengo lo que siempre soñé...una familia con la mujer que amo.

Estas palabras hicieron que Jane esfumara su enojo.

— Ven aquí y siéntate a mi lado—  dijo ella con una sonrisa en los labios señalando el rincón de la cama que estaba a su lado.
Haciendo caso Alexander se sento a su lado mirándola a los ojos.

—  ¿Así el duque me ama?— Le pregunto con picardía.

—  La ama, la desea y sólo quiere hacerla feliz— Le dijo tomandola de las manos para entrelazarlas.

—  Entonces duque de Norfolk Beseme y firmemos la paz.

Él la tomo por la cintura y la sentó sobre sus piernas y sin darle tiempo a nada la beso apasionadamente, sus lenguas se saciaban. En un beso que era cada vez más profundo, más íntimo. Ninguno de los dos quería romper ese beso que desde hace  tanto tiempo necesitaban sentir pero el deseó que ambos sentían en ese momento no sería saciado sólo con un beso. Jane sabía que todavía no debían ceder a sus impulsos pero deseaba tanto a su esposo y en ese momento podía sentir como él se encontraba en el mismo estado así. Con un gran esfuerzo ella rompió el beso.

— Te deseo tanto pero todavía no es tiempo.

— Te necesito tanto Jane...hace tantos meses que no te siento ...quiero hacerte el amor de nuevo.

— Nunca me hiciste el amor— Dijo recordando palabras de él.

Él pegó su frente a la de ella y mirándola fijamente a los ojos, abrió su corazón.

— Fui un tonto cuando creí que sólo quería tu cuerpo que esto que vivimos sólo era deseo sexual...una obsesión, un capricho...me enamoraste desde la primera vez que te vi...así que hermosa no digas nunca que no te hice el amor.

— Quiero que sepas que nunca ame a nadie como te amo a ti. Alexander nunca dudes de mis sentimientos por ti y de este amor — con estas palabras Jane buscaba dejarle en claro que él era el único hombre de su vida.

Ella llevo sus manos al cuello de su esposo,inclinó ligeramente la cabeza para luego acercar sus labios a los de él para comenzar a rozarlos suavemente y cuando sintió que él quería tomar el control del beso , lo miró y sonriendo separándose brevemente de su boca le dice —No,no déjame a mí— luego de esta pícara advertencia volvió a retomar su beso esta vez más profundamente, su lengua comenzó a tomar el control  marcando el ritmo mientras su mano derecha bajaba  casi imperceptible para a continuación desabrochar los botones del pantalones para sacar su erección a la que comenzó a acariciar  Con sus manos mientras iba depositando besos por el cuerpo de Alexander mientras se agachaba hasta quedar de rodillas frente a la creciente y dolorosa erección a la cual
timidamente comenzo a besar y probar ,masajeandolo con su lengua primero en forma lenta para luego comenzar a tomar ritmo más rápido cuando  siente que el cuerpo de Alex cae a la cama rendido al placer . Para ella escucha a Alexander gemir de prepitiendo su nombre una y otra vez le brindaba aún más confianza para Seguir avanzando en él para cuando sintió que  este no resistiria mucho más dio los últimos embates desesperados con su boca para luego sentir como su esposo había alcanzado el máximo pico de placer.

Alexander tardó unos instantes en recuperarse cuando se reincorporó vio a Jane aún de rodillas en el piso como sorprendida por lo que había hecho y no resistió la tentación de arrodillarse junto a ella para besarla.

— Se que una dama no debería hacerlo  pero quiero que sepas que lo hice para entregarte algo que jamás hice con nadie más ya que no pude...

El duque la interrumpió porque sabía a lo que se referia y si bien él hubiese deseado ser el primer y único hombre en su vida sabía que ahora ella era suya.

— Shhh no digas nada más..el pasado no lo podemos cambiar además no cambiaría nada de lo que viviste porque eso te trajo hasta mi lado...somos una pareja y en la intimidad no debes preocuparte solo por complacerme sino Porque ambos disfrutemos de los momentos compartidos...¿Entendido?

—Entendido.Entonces ¿No te gustó?—pregunto confundida porque ella juro que lo había hecho disfrutar...tal vez debería leer más novelas al respecto.

— Me fascino, eres perfecta pero la pregunta aquí es si tu disfrutaste.

— Si, me gusto... Me sentí, no se como explicarlo con palabras...pero no me arrepiento para nada sino todo contrario

— Entonces mi querida duquesa soy muy afortunado por tenerte a mi lado y aunque desearía hacerte el amor en. este mismísimo instante se que todavía no es el momento pero te advierto que a partir de esta noche duermo contigo y no aceptó un no.

— Sólo tengo una cosa para decir.
— Por favor Jane te dije que estoy prácticamente recuperado...

— Dejame terminar y después te quejas...te iba a decir ¿Si dormimos en tu habitación o en la mía?

— Mientras duerma a tu lado hasta en el mismísimo infierno Jane.



Empieza una nueva etapa en donde ambos van a enfrentar sus pasados y  ahí llegan los verdaderos problemas...porque su felicidad va a molestar a muchos

 

Jane RenaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora