Yo siempre intenté ser auténtica, ser yo misma, pero tuve miedo y no pude decirle a la gente, ni siquiera a mis padres, quién soy en realidad.
Me llamo Verónica y tengo 17 años, mi historia no es muy interesante, pero es algo que le pasa a mucha gente y aún no sabemos cómo enfrentarlo. Estoy en último año deseando acabar ya, graduarme y alejarme de todo esto. Mis padres siempre han sido muy comprensivos en ciertas cosas, pero con esto no creo que lo sean. Sé que os estaréis preguntando de que estoy hablando, pues bien estoy hablando de que hace unos dos o tres años cuando tenía 14 o 15 me di cuenta de que no sólo me gustaban los chicos sino que también me gustan las chicas, y que por desgracia me acabé enamorando de una.
Esta chica y yo siempre hemos estado en la misma clase y llevamos juntas desde pequeñas, pero nunca hemos sido muy amigas que digamos. La cosa es que cuando éramos más cercanas, hará cómo cinco años empecé a notar que había algo en mi que no estaba bien, algo que me estaba confundiendo, pero en ese momento no le di importancia.
Todo iba bien aunque yo seguía pensando y dando vueltas a lo que me pasaba, porque en verdad no sabía que me pasaba con ella, no sabía que era lo que sentía. Al año siguiente ni siquiera hablábamos y ahí me di cuenta de que echaba de menos pasar tiempo con ella, hablar con ella, verla sonreír, escucharla contarme anécdotas... Y entonces caí en la cuenta de algo, todo aquello que sentía era parecido a lo que se siente cuando estás enamorado o alguien te gusta, pero entonces creí que eso era imposible, aquello no me podía estar pasando.Dos años después por alguna circunstancia de la que yo no era conocedora ella empezó a hablar conmigo y a acercarse a mi, y todo aquello que intenté dejar atrás volvió de golpe, pero entonces no intenté negármelo era obvio lo que me pasaba, pero no sabía que hacer al respecto, no podía decírselo a mis padres, me matarían, y a mis amigas tampoco tenía miedo de como pudiesen reaccionar o lo que me pudiesen decir, así que me lo guardé para mí e intenté alejarme de ella lo más que pude para no pensar en nada de eso, necesitaba apartarlo de mi cabeza, eso no hacía más que dolerme, sólo pensar en que si mis padres lo supiesen creerían que les había defraudado y yo no podía dejarles pensar aquello.
Al año siguiente cuando tenía 15 por desgracia tuve que acercarme a ella, no porque quisiese sino porque los queridos profesores tuvieron la gran idea de ponernos en todos o casi todos los trabajos que hacíamos en grupos con ella, algo que no me hacía mucha gracia, pero me gustaba tenerla cerca, hablar con ella, y mirar sus hermosos ojos, en los cuales me quedaba pérdida y no hacía nada de nada y luego ni siquiera sabía de qué estábamos hablando. A estas alturas ya ni siquiera intenté alejar mis pensamientos sólo me dejé llevar por lo que sentía. No tuve otra elección, le acabé contando a mis amigas lo que me pasaba, lo que sentía, todo, y para gran alivio mío se lo tomaron muy bien, mejor de lo que yo me esperaba, cosa que agradecí.
Sólo me faltaba contárselo a mis padres, pero eso no iba a ser tan fácil, ni de broma.
A día de hoy ellos aún no lo saben y todavía no sé cuándo se lo diré. No sé cómo hacerlo, no quiero que me odien ni que piensen cualquier cosa de mi.
Hemos empezado el curso hace dos semanas y desde entonces cada vez que mis amigas me ven cerca de ella me empiezan a hacer bromitas. Saben perfectamente que me molesta y que odio que lo hagan es por eso que lo hacen, y en realidad ya estoy acostumbrada y no me molestan, lo que me molesta es que no disimulen y sean tan obvias. Pero las quiero igual, no lo puedo evitar.
Mis amigas son: Ashley, Ally, Jessica, Anne, Rebeca, Julia. La chica de la que os he estado hablando se llama Olivia.
No os preocupéis, ya os contaré mi historia más detalladamente, y también lo que pasa en este curso, espero que nada nuevo, pero habrá que esperar para saberlo.
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La Verdad
FanfictionEn la vida siempre hay circunstancias que hacen que dejes de ser tú misma para convertirte en alguien a quién si te miraras en el espejo no reconocerías. Pero tarde o temprano la verdad es descubierta.