Viernes. Último día. La infernal semana que me dio Josh estaba a punto de terminar, y con ella firmaría mi sentencia de muerte. Todo estoy es una forma de suicidarse muy dolorosa y lentamente. Maldigo ese día en que conocí a Josh, pero lo que quiero saber es: ¿cómo consiguió las fotos? Eso es una cosa que no sabré aún, pero estoy dispuesta a averiguarlo.
Esta mañana sí que había desayunado, así Luke no se enfadaría conmigo. Después de una noche entera sin dormir, aproveché gran parte del tiempo en reflexionar, y una de las cosas sobre la que reflexioné fue esta. Llegué a la conclusión de que si esto duraba mucho y yo seguía sin comer, no sería bueno para mi salud. Además, no quiero preocupar más a mi familia de lo que la he preocupado desde que llegué a Wolverhampton.
Aunque haya meditado sobre todo, hoy no me he sentado con mis amigos a comer, he vuelto al roble a escuchar música de mi móvil. La mayoría del tiempo he estado reproduciendo la canción Beautiful de Christina Aguilera. Es una canción cantada con mucho sentimiento, y me encanta.
Todo el día pasaba lentamente, y cada vez se acercaba más la hora…
- Sophie. – me llamó Harry.
- Dime. – dije apartando la mirada del profesor y mirando a esos ojos esmeralda. Estábamos en clase de español, que yo supiese español no es razón para no dejar estudiar a los otros.
- Te preguntaba que si querías quedar esta noche. – dijo ansiando una respuesta.
- ¿A qué hora te refieres con noche?
- Sobre las nueve y media o diez. – dijo en un susurro al ver que el profesor nos estaba mirando.
A las nueve y media no era una buena hora. Josh vendría a por mí a esa hora.
- ¿Podemos quedar por la tarde a las… ocho? – pregunté esperanzada.
- Claro, pero ¿por qué tan temprano? – preguntó extrañado.
- Hoy quiero llegar antes a casa, quiero ver una película con mi tía, y si Luke se une, pues la veremos los tres juntos. – mentí lo mejor que pude.
- Como tú quieras. – dijo sonriendo remarcando sus hoyuelos. Al parecer se creyó la excusa de la película. - ¿Qué película veréis? – preguntó interesado.
- Pues… supongo que alguna romántica, pero como venga Luke, elegirá alguna de miedo o algo así. – dije algo nerviosa.
- Es decir, Luke es un aguafiestas.
- A veces. – dije soltando una pequeña risa.
- Bien. – dijo el profesor Jefferson poniendo unos folios en la esquina de su escritorio. – Quedan unos diez minutos para que se termine la clase, pero es suficiente como para escuchar una de las redacciones. Así que… - dijo pensando y paseando su mirada entre cada alumno de la clase. – Liam, ¿por qué no empiezas?
Liam buscó algo en su mochila y sacó una pequeña caja roja. Se levantó enfrentándose así a la clase.
- Mi historia girará entorno a un objeto, - dijo hablando ya en español. – un objeto que lleva en mi familia generaciones. –dijo abriendo la cajita que tenía en sus manos. – Es un anillo de plata que hizo el abuelo de mi bisabuelo. Con él, pidió matrimonio a la que fue su esposa. El anillo tiene un gran valor sentimental. Ha ido pasando de generación e generación, pero siempre se le daba al primer varón que se casase en la familia Payne. Ha ido pasando por mis abuelos, por mi padre, hasta llegar a mí. – dijo sacando el anillo de la cajita y agarrándolo con los dedos índice y pulgar. – Mi abuela siempre me dijo que no dese este anillo como un regalo a una novia a la que he querido, que no perdiese este anillo. – miró a alguien en concreto en la clase. A… ¿mí? Me sorprendí al saber que me estaba mirando. Sentí como el corazón se me paraba al ser eso cierto. Solo éramos él y yo, no estaba Harry, ni Kate, ni nadie de la clase. – Siempre quiso que le diese este anillo a la persona que amaba. Quería que me arrodillase en el lugar más bonito que pueda existir para ella, o un lugar especial para nosotros, y le pidiese matrimonio. El amor no llega de un día para otro, tienes que ser paciente. – paró y sonrió ampliamente. – Y eso es lo que haré.