Dios, la cosa iba de mal en peor. No sé si decir que era una advertencia o iba a mandar las fotos en ese momento. Lo que si sabía es que estaba tan nerviosa que no podía pensar con claridad. Mi cabeza estaba hecha un lío en ese instante. ¿Qué podía hacer?
Barajaba las opciones en mi mente una y otra vez con tal de encontrar la solución a este problema. Un problema que sabía que tarde o temprano me enfrentaría a él.
- Sophie, ¿va todo bien? - preguntó Liam. Llevábamos unos minutos en silencio desde que el teléfono sonó. Yo estaba completamente inmersa en mis pensamientos sobre como solucionar esto. - Estás pálida - continuó mientras se acercaba a mi y quedábamos a la misma altura.
Instintivamente me separé de él despertando así del shock en el que había estado durante estos minutos. Comencé a andar hacia delante y hacia detrás mientras pasaba mis manos por mi cabello repetidas veces.
Desesperada por el momento, cogí el teléfono con las manos temblorosas y marqué el número de teléfono. Lo puse en mi oreja y al segundo toque lo cogió.
- ¡Fuera de ahí! - me exigió a voces haciendo que me separase un poco el teléfono de mi oreja. Tomé un par de respiraciones profundas con intención de relajarme.
- ¿Qué has hecho? - exigí tratando que mi voz temblorosa no se notase al otro lado de la línea. Si Josh sabía que estaba asustada, podría amenazarme y manejarme como le diera la gana.
- Nada... - dijo con una voz inocente - aún - terminó la frase y pude imaginarme su gran sonrisa en este momento.
- No hagas nada - le ordené armándome de valor. Sabía que no serviría de nada.
- No eres quién para decirme nada - dijo levantando un poco el tono de la voz. Estaba intentando retener el impulso por decirle un par de cosas contando hasta 10 varias veces.
- Y tú no eres quién para ordenarme nada - dije malhumorada después de aguantar sus voces y sus chantajes. - Eres un puto gilipollas engreído que solo sabe meterse con la primera persona que ve en frente de él. Esta vez me ha tocado a mí, pero la próxima vez ¿quién será? Búscate un hobbie, o mejor, una personalidad. - le grité liberándome de todo lo que he tenido que aguantar hasta ahora. Acababa de darme cuenta del gran error que había cometido. Me giré y pude ver a Liam con los ojos a punto de salirse de sus órbitas sorprendido por lo que había dicho.
- ¿Qué coño acabas de decir? - preguntó, o más bien gritó exigiendo la repetición de mi anterior frase. No respondí. Volví a mirar a Liam quien esta vez tenía el entrecejo fruncido y en sus ojos se mostraba un poco de sorpresa, puede que por las voces que me acababa de dar la persona al otro lado de la línea. Hizo gestos con las manos insinuando que le diese el teléfono, pero yo simplemente me giré dándole así la espalda. Hasta entonces no me di cuenta de que estaba reteniendo la respiración y lo solté en forma de un pequeño suspiro. - Ve al parque, no quiero verte...
No pude escuchar nada más. El teléfono ya no lo tenía yo, sino Liam. Traté de quitárselo pero no fue posible, él se movía haciendo que no fuese capaz de coger el teléfono o me echaba a un lado con su brazo libre.
- ¿Quién eres? - exigió Liam a la persona que había llamado. Se veía enfadado, muy enfadado. Pero no quería que se metiera en problemas.
- Liam, por favor devuélveme el teléfono. - le supliqué tratando de hacerlo entrar en razón. Era mi problema, no el suyo, y no necesita meterse en problemas por mi culpa.
- No Sophie, quiero saber quién es - exigió dándose la vuelta.
- Devuélvemelo por favor - repetí con miedo a lo que le pudiese pedir a Josh.