Los nervios me comían. No sabía cual sería la reacción de Liam y de Harry. Iba caminando por la calle para llegar al entrenamiento, pero no atendía por donde iba. Iba mirando al suelo esperando que con un milagro, se abriese haciendo que cayese al centro de la tierra y no pasase por esta situación.
“¡Sophie, piensa en otra cosa!” – Me ordenó mi subconsciente.
Me queda todavía un largo trayecto hasta llegar al recinto. Saco mi móvil junto a los auriculares de la pequeña mochila que llevaba a la espalda. Decidí escuchar “Teenage Dream” de Katy Perry, una cantante que me gusta bastante.
Decido admirar esta maravillosa ciudad que no había pisado por años. Recuerdo que cuando era pequeña me encantaba venir aquí, pero que estaba deseando de volver a casa porque aquí no había playa. Amaba y amo la playa. Me encanta ir allí con mis amigas a pasear y a echar un partido de voley-playa. Nunca paro cuando estoy en la playa, no me gusta tomar el sol, siempre estoy nadando, paseando, jugando o descansando cinco minutos bajo una sombrilla.
- Mira por donde me encuentro a la española. – Dijo una voz que no reconocí.
Me quité los auriculares y me di la vuelta para encontrar a un indeseable. La ciudad creo que es bastante grande como para que tenga que estar conmigo y venir al entrenamiento conmigo. ¿Por qué no me deja en paz?
- Hola, Josh. – Dije seca. En verdad deseaba que el policía que estaba pasando en ese mismo instante por mi lado se lo llevase.
- Creo que te acompañaré al entrenamiento. – dijo con una gran sonrisa que me encantaría borrarla tirándole lo primero que viese a la cara.
- Creo que no. – dije con una sonrisa falsa, más falsa de lo que era Grace.
- Pues crees mal. – respondió guiñándome un ojo.
- Gané la carrera, por lo que debes dejarme en paz. O eso es lo que decidí como recompensa si ganaba, en cambio, tú decidiste coger una cita conmigo, cosa que no tendrás en tu vida. – dije seria sin mirarle a la cara.
- Ya… Creo que tenemos un problema con eso. – dijo mirándome.
- ¿Qué problema y con qué? – dije mirándolo a los ojos. Sus ojos marrones eran casi negros, eran preciosos, hipnotizaban a cualquier persona, pero no caería en sus redes.
- Yo solo cumplo lo que me interesa y siempre consigo lo que quiero. – Dijo con una sonrisa pícara y cogiéndome del brazo mientras me miraba.
- Pues esta vez no conseguirás lo que quieres. – dije sonriendo y tirando de mi brazo para que me soltase del codo.
Me alejé de él. No podía estar cerca de él sin querer matarlo. En verdad odio a este chico. Cree que puede tener a cualquier chica con solo chasquear los dedos. Pues yo no seré una de esas.
Entré en el edificio. Apenas había llegado gente, ni siquiera había llegado James. Bajé a los vestuarios para ver si estaba hablando con alguno de los chicos, nunca se sabe. No había nadie. Creí conveniente comenzar a preparar el circuito para calentar.
Fui hacia su despacho. La puerta estaba cerrada como era de esperar, por suerte me dijo donde estaba la llave de repuesto por si algún día no iba a entrenar o algo así. Abrí la puerta y busqué la carpeta en la que tomé apuntes de todos los chicos. También cogí el plano del circuito que James había decidido hacer hoy.
Por suerte, decidí venir ya preparada para el entrenamiento, solo tenía que esperar a Luke para que me trajese mi bolsa de aseo. Miré el plano y fui al almacén a coger el material que necesitaría.
Comencé a hacer el circuito. Creo que estaba bien para un entrenamiento.
- ¡Sophie! – Gritó Luke para que me girase y le mirase.