Me separé de Harry con toda la tranquilidad que pude y me di la vuelta para ver al diablo en persona, a mi peor pesadilla hecha realidad, al ser más ruin y rastrero que puede habitar en este planeta. Josh. Pude admirar una bonita sonrisa burlona en su cara. Odio a ese chico con todo mí ser, pero no puedo negar que tiene una bonita sonrisa. Un gran silencio nos invadió y una fresca brisa hizo que un escalofrío me recorriera la espalda.
- ¿Qué quieres Josh? – preguntó Harry de mala gana rompiendo aquel infernal silencio que se formó.
- Nada. – dijo sonriendo maliciosamente. – Solo he dicho que es muy bonito que tengas a alguien a tu lado que te quiere.
- Sí, tengo suerte de eso. – dijo Harry serio abrazándome a él.
- Me alegro de que estés de acuerdo. – dijo Josh sin dejar de sonreír. – ¿No es así Sophie? ¿No es bueno que te tenga a su lado? – dijo haciendo que me tensase.
- Eso es él el que lo debe decidir, no yo. – dije nerviosa. Harry al notar mis nervios me abrazó fuertemente.
– Me alegro de que seáis felices. – dijo sin dejar de sonreír. – Me voy.
- Todo esto ha sido demasiado raro. – dijo Harry cuando se fue Josh.
- Demasiado. – afirmó Kate. Yo en cambio estaba asustada. Pensé que le iba a enseñar las fotos. – Nunca pensé que fuese tan… simpático. – dijo pensándose la palabra adecuada con la que describir este comportamiento.
- Puede que quiera algo. – pensó Steeve.
- Eso es ridículo, - dijo Harry. - ¿Qué va a querer él de nosotros?
- Cualquier cosa. – dijo Luke. – Viniendo de él nunca se sabe.
- ¿Nos vamos ya? – pregunté a Kate deseando salir de allí.
- Claro. Adiós. – dijo a los chicos y yo me despedí también.
Nos montamos en el coche de Kate y nos fuimos al centro comercial. De camino escuchamos la radio y nos reímos de cualquier tontería que decíamos. Llegamos a la entrada del centro comercial y empezamos a recorrerlo tienda por tienda. Había miles de cosas preciosas, y si pudiese me llevaría la tienda entera, pero no puedo.
Después de tanto comprar y mirar prendas que eran demasiado caras, decidimos tomarnos un descanso mientras tomábamos un refresco.
- Últimamente estás demasiado distante. – dijo Kate. – Con Harry.
- ¿Con Harry? – dije extrañada.
- Sí. Siempre has salido con él por lo de Liam, - explicó. – pero lo querías y eras más abierta con él. En cambio, ahora eres más fría y distante. Sé que te pasa algo que no se lo cuentas a nadie, ni si quiera a tu primo. Eso me ha sorprendido porque a él siempre le cuentas todo. Sophie, yo quiero ayudarte, sabes que me puedes contar todo, que te ayudaré y que seré una tumba, no le diría nada a nadie jamás.
- Kate, te creo. – dije sonriéndole. – Créeme que lo que más necesito ahora que nunca es hablar con alguien y desahogarme.
- Hazlo, cuéntamelo. – insistió.
- Y es algo que me encantaría hacer, pero no puedo.
- ¿Por qué?
- No puedo decírtelo. – dije soltando un suspiro.
- Ni que te estuviesen espiando. – se rió Kate.
Si ella supiera…
- Simplemente no puedo contártelo por más que quisiera. – dije.