El móvil brillaba en la mesilla. Lo ignoré, pero la luz no se apagaba y además, el móvil no paraba de vibrar. Cansada del móvil, miré qué era lo que hacía brillar al móvil. Con los ojos entrecerrados introduje la contraseña y al instante se abrió un mensaje.
"Asómate a la ventana.
Liam"
Miré la hora en el reloj de la mesilla y vi que marcaba las dos y cuarto de la mañana. El mensaje había sido enviado hace tres minutos, así que me levanté de la cama y comencé a buscar mis zapatillas. Resoplé y me las puse para caminar hacia la ventana. Corrí las cortinas y vi a Liam vestido de traje mirándome con una sonrisa.
Me froté los ojos y abrí la ventana. Una pequeña pero fresca brisa chocó contra mi cuerpo haciendo que un escalofrío me recorriese de pies a cabeza.
- ¿Qué haces aquí a estas horas, y así vestido? - dije con la voz un poco adormecida. Me senté en el banco que tenía en la ventana y lo miré esperando una respuesta.
- No podía dormir - alzó los hombros mientras sonreía. Parecía resultarle graciosa la situación. Él vestido con traje y corbata y yo con un pijama violeta -. ¿Vienes a dar una vuelta?
- Claro, no tengo nada mejor que hacer a las dos de la mañana - dije con sarcasmo soltando una pequeña risa.
- Venga, Sophie. Sé que ya no vas a ser capaz de dormir hasta dentro de un rato - rió acercándose -. Además, ¿cuándo volverás a tener la oportunidad de caminar conmigo por la noche vestido con un traje? Yo si fuese tú no desaprovecharía la oportunidad.
Reí, pero la verdad es que el traje le sentaba genial.
- Creído - reí -. Debes de estar más que loco para pensar que me voy a escapar a estas horas. Escucharían el ruido de la puerta.
- ¿Quién ha dicho nada de puerta? Salta al árbol que tienes al lado - lo señaló, yo lo miré -. No hay mucha distancia.
- Estás loco, Payne - sonreí.
- Solo por ti.
Me sonrojé y comencé a sonreír como una tonta.
Salí por la ventana con cuidado de no resbalarme y caerme. Salté a la rama más próxima del árbol y me apoyé. Fui pasando entre las ramas hasta llegar a la capa más baja. Allí me dejé caer y Liam me cogió entre sus brazos. Apoyé los pies en el suelo.
- Corre - me ordenó Liam tirando de mí. Sonreí y comencé a correr a su lado sin saber cual era nuestra dirección, pero confiaba plenamente en Liam. No necesitaba saber una dirección o un lugar, porque con él iría hasta el fin del mundo si era necesario.
La carrera estaba llena de risas y bromas. Yo tirando de él y él tirando de mí. Wolverhampton a esas altas horas de la noche estaba callada, no existía nada que pudiese romper ese silencio que lo habitaba.
La carrera nos llevó hacia el parque, exactamente hacia el estanque. Las farolas alrededor del estanque se reflejaban en el agua junto a la luna casi tapada por nubes. Los dos estábamos jadeando sentados en un banco.
- Definitivamente estás loco - reí como pude mientras recuperaba el aliento -. A ninguna persona se le ha ocurrido sacarme de mi habitación y correr de madrugada para venir al parque.
- Simplemente soy ingenioso e inteligente a la hora de llevarte a algún lado sin que nadie nos vea - me miró sonriendo.
- Pero como me pillen mis tíos, esta será la primera y última vez.
- Puede, pero si les digo que estuviste conmigo, no pasará nada.
- Te tomaran como un irresponsable.