- Llévame a casa Josh. - Le exigí.
- Te llevaré cuando hagas algo. - dijo quitando las llaves a la moto y bajándose de ella.
- Tienes un gran problema en la cabeza. Me has traído a las afueras de Wolverhampton por algo que quieres que haga. ¿Qué persona en su sano juicio haría eso? - dije sin bajarme de la moto. Tenía miedo de que si me bajaba de esa cosa con ruedas, Josh aprovecharía la oportunidad para irse y dejarme allí tirada.
- Cállate. - dijo haciendo que me sobresaltara.
- No me hables así. - Le dije tratando de controlar mi mal genio.
- Que bonito es usar a la gente para dar celos a otros ¿verdad Sophie? - dijo andando alrededor de la moto con una gran sonrisa, mientras yo seguía sentada en ella.
No respondí.
¿Cómo sabía eso?
- No sé de qué estás hablando. - dije seria.
- Yo creo que sí Sophie. Está muy mal usar a la gente para dar celos. Y sobre todo si te lías con alguien a escondidas de tu novio en un callejón de mala muerte en una calle perdida de Wolverhampton. - dijo con riendo.
- ¿Qué? - lo miré sorprendida. - Yo nunca he hecho eso, no te inventes las cosas. - dije riendo falsamente.
- Eso era lo que todos pensamos de la inocente española que llegó a esta ciudad hace apenas unos meses. - dijo levantando los brazos mostrándome la ciudad. - Pero de inocente no tienes nada.
- Josh calla. - le ordené seria.
- No me canso de ver estas fotos de Liam y tú besándoos como si la vida os fuese en ello. - dijo pasando las fotos de una en una en su móvil - Y lo mejor fue como actuaste tú. La verdad es que envidio a Liam en ese momento, pero conmigo hubiese sido... diferente. - dijo dándole un doble sentido a sus palabras.
- Eres un...
- Di algo más y envío a Harry estas fotos. - me cortó. - No creo que le siente bien a Harry decirle que lo has usado para dar celos a Liam y que después de ser su novia has besado a Liam todo lo que has querido ¿verdad?
- ¿Qué quieres? - dije cortante.
- Veo que me entiendes. - dijo sonriendo ampliamente.
- Calla y contesta. - dije enfadada.
- A ti.
- ¿A mi? - dije extrañada.
- Sí, ¿es que no escuchas? - dijo volviendo los ojos. - Quiero que dejes a Harry y te olvides de Liam.
- ¿Qué?
- Saldrás conmigo y harás lo que te diga. Serás como una sirvienta, como Cenicienta, pero sin la parte del baile, el príncipe azul y el zapato de cristal. O una muñeca, te usaré para lo que quiera y tú no pondrás nada en contra.
- Creo que la adrenalina que consigues al ir a toda velocidad por la ciudad no te hace bien. - dije riéndome. - No seré nada tuyo, y menos una sirvienta o lo que sea eso que quieres que haga.
- Te deseo suerte con recuperar la amistad de Liam y de Harry. - dijo mientras pulsaba varios botones en su teléfono.
- Espera. - dije tomando una profunda respiración. - Si lo hago, ¿cómo sé que no las enviarás? - dije después de pensarlo unos minutos.
- Confía en mí, no te queda otra.
- Confié en ti hace quince minutos para que me llevases a casa y estoy a las afueras de la ciudad. - dije riendo. - No creo que eso sea lo mejor que hayas pensado en tu vida. Sinceramente, no creo que hayas pensado mucho.