Un día más de esta infernal semana. El tiempo avanza, y yo no termino con Harry. Las cosas con Liam se han arreglado, ahora ya no estoy tan molesta como estaba antes por culpa de aquel estúpido y doloroso beso entre un supuesto Liam y Grace. Por suerte Liam me ayudó, si se le puede llamar ayudar, a mantener las distancias entre nosotros. Tanto Liam como Harry, quieren respuestas. A pesar de que les diga que no puedo dárselas, insisten igualmente, y no pararán hasta conseguirlas.
Mi vida últimamente no tenía sentido, siempre era todo igual. Todo era una rutina y hacía lo mismo: levantarme, ir al instituto, evitar a Liam, estar sola, vivir con las advertencias de Josh y dormir. Todo era así. Estaba cansada de esto, de Josh, de las advertencias, de evitar a Liam, de todo. Solo podía desear que todo esto terminase cuanto antes.
- Sophie. – me llamó una voz femenina tras mi.
Cerré mi taquilla y me di la vuelta. Allí pude ver a mi amiga de pelo negro con unos enormes ojos café. Mi mejor amiga aquí en Wolverhampton.
- Hola Kate. – La saludé esbozando una sonrisa.
- ¿Vienes a la cafetería? – preguntó con cierto entusiasmo.
- No puedo… - contesté en un tono de voz más bajo y más triste al tener que rechazar la invitación de mi amiga.
- ¿Por qué? – preguntó exigente. – Hace días que no te vienes con nosotros, apenas hablas conmigo fuera de las clases.
- Lo siento, pero tengo que ir a la biblioteca. – mentí. – No tengo nada en contra hacia ir con vosotros a comer.
- Entonces te vienes y punto. – dijo agarrándome del brazo y tirando de mi hacia la cafetería. – La biblioteca puede esperar, no se irá el libro que tengas que coger.
- Kate, tengo que ir a por ese libro urgentemente. – dije tratando de que me soltase y se diese por vencida, cosa que me extrañaba ya que era muy testaruda.
- Pues luego te acompaño a por él, sigo pensando que el libro no se va a ir. – dijo tirando de mi.
La cosa mejoraba por momentos. Llegamos a la cafetería y nos servimos la comida. En la mesa, como es normal, estaban Luke, Steeve y Harry. Cogí mi bandeja y me senté al lado de Luke. Les sorprendió un poco que no me sentase al lado de Harry. Lo tenía enfrente pero solía sentarme a su lado.
- ¡Por fin te dignas a aparecer por aquí! – dijo Steeve rompiendo el incómodo silencio que se formó cuando llegué a la mesa.
- Todo gracias a mí. – dijo Kate.
- Por lo menos ha venido a sentarse a comer con nosotros. – dijo Steeve.
- Por lo menos ha venido a sentarse con nosotros. – lo corrigió Luke al ver que en mi bandeja solo había una manzana y una botella de agua. – Apenas come estos últimos días, y no me dice el porqué. – dijo Luke sin darle mucha importancia.
- Luke, cállate. – dije enfadada.
- ¿Qué es eso de que no comes? – dijo Harry serio.
- Si que como, Luke lo exagera demasiado.
- Hoy no has desayunado. – dijo Luke enfadado.
- Íbamos tarde, no tenía tiempo de pararme a desayunar.
- Ayer no merendaste.
- Tenía mucho que estudiar, por la tarde comí un melocotón.
- Tampoco cenaste.
- Comí un yogurt.
- ¿Y eso es una cena? – rió Luke.
- ¿No has escuchado que hay que cenar ligero?