Escuché como reía divertida y me reí en mi fuero interno.
— ¿Qué es tan gracioso? —le pregunté.
—Tú lo eres —me dijo entre una risa —Juro que nunca en mi vida había conocido a alguien tan, pero tan...—
— ¿Lindo? —
—Tan...—
— ¿Hermoso? —
—Egocéntrico —afirmó.
— ¿Lo soy? —
—No sabes cuánto. —
—Yo no diría egocéntrico —dije y me acosté en el sillón poniendo mi brazo libre detrás de mi cabeza —Más bien tengo un muy buen autoestima. —
—Y una gran facilidad de palabra. —
—Eso es una virtud. —
—Ya lo creo, ya lo creo —dijo divertida — ¿A qué se debe tu llamada? —
—Quería cerciorarme de mi teoría —le dije. La escuché comer algo — ¿Estás comiendo? —
—Si —dijo con la boca llena —Helado. —
— ¿A esta hora? —
—Es rutina —aclaró —Siempre antes de dormir miró alguna película con un pote de helado en la mano. Y si la película es de amor, un paquete de pañuelos descartable. —
— ¿Lloras? —
—Y si —dijo y soltó un suspiro —Hay películas que son... muy lindas. —
Guardó silencio por varios segundos, y yo también lo hice. Solo escuchaba su leve respiración.
— ¿Mañana haces algo? ——No lo sé, quizás vaya a trabajar. Tengo que sacar las fotos del mes. Y debo ver a Kevin...—
— ¿Qué? —pregunté al escuchar su nombre.
—Si, mañana iré a verlo a la tarde. Está engripado, y le prometí que iría a verlo. —
—Aja, ahora también eres enfermera. —
—No lo soy, pero debo admitir que soy muy buena cuidando gente. —
— ¿Y qué pasó con el tema del otro día? —
—Ya lo olvidé, además de que me pidió perdón. —
—Perdonas fácil —le dije.
—No, soy bastante rencorosa. Pero cuando su perdón viene de corazón, si lo hago. —
Escuché como bostezaba.
— ¿Tienes sueño? —pregunté.—Ahora si —dijo en medio de un bostezo —Bueno Claudio, me voy a dormir. Te veo el lunes. Adiós—
Colgó el teléfono dejándome con la palabra en la boca. Te veo el lunes.
¡Maldición! Tendré que darles a esos dos perros sus 400 dólares.
¡Dios! ¿Por qué tienes que ponerme a una difícil en el camino? ¿Acaso no soy un buen cristiano? Me puse de pie y caminé hasta mi habitación. Me saqué aquel molesto traje y me puse cómodo para dormir. Me acosté en la cama mirando fijamente al techo.— ¿Playa o montaña? —pregunté.
—Depende —contestó.
— ¿De qué? —
— ¿Esa es otra pregunta? —preguntó.
— ¿La vas a contar como pregunta? —le dije. Sonrió.
—Si —dijo asintiendo.
—Eres tramposa. —
—Depende de la persona con la que vaya. Si estoy con amigas, prefiero ir a la playa. Y si estoy con alguien especial, preferiría ir a la montaña. —
— ¿Por qué? —
—Van cuatro, señor Claudio. —
—Lo sé, lo sé. Pero prefiero saber. —
—Lo mejor de tener frío, es poder entrar en calor. —
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peligrosa obsesión; claumilia [EN EDICIÓN]
FanfictionElla simplemente quiere volverme loco, ella simplemente llegó para acabar conmigo o tal vez para salvarme. adaptación