[ nueve ]

1.3K 92 3
                                    

La divisé a punto de subirse en el ascensor. Apresuré mi paso y puse mi mano frente a la firme puerta de acero, haciendo que se volviera a abrir. Me miró con ojos venenosos. Me metí y dejé que la puerta se cerrara. No dije nada y ella tampoco lo hizo. Llegamos a planta baja y sin siquiera mirarme salió. La seguí. Salimos fuera del edificio y vi como levantaba su brazo para tomar un taxi. Me acerqué a ella.

-Vamos ¿estás enojada? -le pregunté.

-Déjame en paz -dijo sin mirarme.

Tomé su brazo con cuidado e hice que me mirara.
- ¿Qué es lo que te molesta? -

-Que mi madre se comporte de esa manera -dijo nerviosa -Y que personas como tú le sigan el jueguito estúpido. Ya no tiene 17 años, creo que es una mujer adulta con varias décadas encima. -

-Eres cruel -dije divertido.

-No, soy realista -me dijo.

-Bueno, señorita realidad, no creo que sea necesario que te tomes un taxi. Yo voy a llevarte. -

-No quiero. -

-Eres caprichosa. -

-Si, y a mucho orgullo. -

- ¿Vas a dejar que te lleve? -pregunté.
Me miró fijo por unos cuantos segundos.

-Está bien -dijo soltando un suspiro.

Nos subimos a la moto y pronto llegamos a la puerta de su casa. Se bajó y se giró a verme.
-Sana y salva -dije.

-Muchas gracias por todo, Claudio -me dijo.

-No, no tienes por qué. Ahora me debes la salida del viernes. -

Arrugó levemente la nariz y me miró.
- ¿Tú crees Claudio, enserio? -dijo como queriendo que eso no pasara -Esta bien, acepto. -

-Y si, no te quedaba otra. -

- ¿Y a dónde vas a llevarme? -

-Podemos ir al cine, luego a cenar y luego...-

- ¿Y luego qué? -

-Y luego te dejo en tu casa. -

-Ah, me parece bien. -

-Perfecto, entonces mañana arreglamos todo cariño -dije y le guiñé un ojo.

-Me parece bien -repitió. Sonreí al darme cuenta de que ya no chillaba cuando le decía cariño.

-Oye, ¿ya no te molesta que te llame cariño? -pregunté.

-Si me molesta, pero creo que es una pérdida de mi tiempo decirte que no lo hagas, cuando igualmente vas a hacerlo -me dijo.

-Estás en lo correcto. -

Rió por lo bajo y comenzó a caminar hacia su casa. Vi como entraba y decidí prender marcha hacia la mía. Llegué y entré, eso era lo mejor de vivir solo, nadie estaba allí para molestarme y reprocharme cosas. Me senté en el sillón y prendí la tele. Mi teléfono comenzó a sonar.

- ¿Hola? -dije al atender.

- ¿Dónde estabas? -me preguntó. Me tensé al escucharlo.

-Haciendo unas cosas -contesté.

-Bueno, no importa. Llamo para decirte que el viernes tenemos una fiesta muy importante a la que debemos ir los dos. -

- ¿Es necesario Bernie? -

-Muy necesario Claudio, necesito que la sociedad te vea como el futuro heredero de la firma. Tienes que estar ahí. -
Recordé lo de la cita con Emilia y maldije por lo bajo. Suspiré levemente.

peligrosa obsesión; claumilia [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora