[ cincuenta y nueve ]

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Volví a mirarla a los ojos. Esto no podía estar pasando por dios, esto no puede estar pasando. ¿Qué demonios voy a hacer?

-¿Claudio? -su voz llegó a mis oídos como si estuviera lejos.

-Dime que es una broma -le pedí.

-¿Cómo crees que voy a bromear con algo así? -me dijo y la miré -Por favor, Claudio. Necesito que estés tranquilo.

-¿Cómo es posible, Emilia? -dije nervioso -Nos cuidamos, siempre que estuvimos juntos nos cuidamos.

-Lo se, lo se. Por eso tienes que estar tranquilo... No creo que esté embarazada, es literalmente imposible -dijo no muy convencida.

-¿Y si lo estas? -le pregunté.

Ella me miró fijo y entonces sus vidriosos ojos soltaron las lágrimas que habían acumulado. La tomé de la nuca y la acerqué a mí. Ella escondió su rostro en mi pecho.

-Tranquila, mi amor, no llores -le susurré al oído.

-Aaay, Claudio, tengo mucho miedo. No sé que voy a hacer si es que... estoy embarazada ¿Cómo voy a hacer para tener un bebe a los 19 años?

-Como 'vamos' a hacer -la corregí -No estás sola, mi amor, yo estoy contigo. Si es que estás embarazada vamos a salir adelante. Estaremos bien.

-Pensé que te ibas a poner como loco -dijo mientras se alejaba de mi pecho y con sus manos secaba sus lágrimas.

-Estoy como loco... pero no voy a perder el control hasta no estar seguros. ¿Cuánto tienes de atraso? -le pregunté y acaricié su mejilla.
Me di cuenta de que mi mano temblaba levemente ¡Por dios, esto es una locura!

-Una semana -dijo. Asentí y respiré profundamente.

-¿Vamos a hacerte un test? -le dije. Ella negó con la cabeza.

-Yo creo que lo mejor y lo más seguro es un análisis de sangre -me dijo -Tengo una amiga que la madre es obstetra. Hablé con ella ayer y hoy a la tarde iré a verla.

-Iremos juntos -dije y me puse de pie. La ayudé a levantarse y al instante la abracé contra mí. Ella me apretó como si su vida dependiera de eso. Cerré los ojos y traté de demostrarle que todo estaba bien -Iremos juntos... -volví a repetir.
Ella asintió y se quedó pegada a mí. Estuvimos así por unos cuantos minutos, no sé exactamente cuantos. Me alejé de ella y tomé su rostro con mis manos. Me acerqué más y la besé despacio.

-Gracias -me dijo cuando me alejé.

-¿Por qué? -le pregunté.

-Por estar aquí -susurró.

-Estamos juntos en esto y en todo -le dejé bien claro.
Ella asintió y la besé cortamente. Tomándola de la mano caminamos de nuevo hacia la Universidad.
El almuerzo había terminado y con ello la clase de derecho comenzó. Me senté despacio al lado de Ulises. Mi cabeza estaba completamente colapsada.
Si Emilia llega a estar embarazada mi vida va a cambiar extremadamente. ¿Qué sucede si de verdad lo está? Eso significaría que voy a tener un hijo. Un hijo...

-Oye, ¿Qué te pasa? -me preguntó mi amigo. Lo miré.

-Nada, ¿Por qué? -dije reaccionando rápidamente.

-Estás como pálido -dijo él.
Mi mirada se posó en Emilia. Ella jugaba nerviosa con el lápiz que tenía en la mano. Está pensando en lo mismo que yo. Volví a mirar a Ulises.

-Nada - 'solo que mi novia tiene un atraso' -Estoy bien.

-¿Seguro? -preguntó.

-Si, hermano -palmeé su hombro y volví a mirar al frente.
Lo más seguro es que ella no esté embarazada. Nos cuidamos, siempre nos cuidamos.
Pero ¿Qué pasa si en algún momento la protección falló? ¿Y si no es solo una falsa alarma? ¿Qué voy a hacer si Emilia está embarazada?
Por dios, quiero gritar. Pero tengo que estar tranquilo, tranquilo. Nada es seguro... solo necesitamos ir y sacarnos la duda. Solo eso, solo eso...
El resto del día se me pasó interminable. Mi cabeza no dejaba de sacar teorías sin sentido y mi corazón se sentía cada vez más acelerado. Divisé a Emilia en el estacionamiento y me acerqué a ella.

peligrosa obsesión; claumilia [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora