peligrosa obsesión; claumilia [EN EDICIÓN]

［ treinta y dos ］

Me desperté a causa del sonido de unas hoyas. Levanté mi cabeza y miré hacia la cocina. Anna era la que estaba haciendo ese insoportable sonido.

- ¿Qué haces? -le dije con la voz somnolienta.

-Busco mis aros-me contestó- ¿Los has visto?

- ¡Quiero dormir Anna! -la regañé y volví mi cabeza a la almohada.

-Lamento arruinar tu sueño, pero es hora de que te levantes, vamos a llegar tarde a la Universidad -dijo ella. Gruñí por lo bajo y me senté en el sillón, mientras restregaba mis ojos para poder mirar bien, me puse de pie y comencé a caminar hacia el baño -Oye, ¿Qué tienes?

- ¿Por qué? -le pregunté deteniendo mi paso.

-- Porque estas así como... renovado, como nuevo. Tienes una mirada distinta y pareces hasta contento -me dijo.
'Emilia' Pensé en ella al instante. Estaba como nuevo por lo que había pasado con Emilia. Me sentía extrañamente renovado, como si hubiese dormido unos tres días seguidos.

-Estoy haciendo yoga -le dije mientras entraba al baño.

- ¿En qué momento? -preguntó ella y pasó por mi lado hasta la habitación.
Entré al baño y lavé mi cara y mis dientes. Escuché como tocaban la puerta de baño.

- ¿Si? -dije mirando hacia la puerta. Mi prima la abrió y se asomó.

-Me voy primito, Emilia ya está abajo por mí -me dijo.
Me paré bien derecho y la miré fijo. Ella estaba abajo...

-Está bien, te veo luego -le dije.
Ella me sonrió y salió de allí dejándome bastante alterado. Emilia estaba abajo, en su auto yendo hacia la Universidad. De seguro va a contarle contentísima a Anna lo que pasó esta madrugada.
Sonreí y terminé de arreglarme para salir de casa y subirme a mi linda moto. El día estaba espectacular, un sol radiante y un cielo azul. Me puse mis anteojos y prendí marcha hacia la Universidad.
Llegué mis amigos ya estaban en el lugar de siempre. Me bajé de Betty y miré el auto de Emilia. Ellas ya estaban adentro...

- ¿Qué tal hermanos? -les pregunté contento mientras me acercaba a ellos y los abrazaba a cada uno por separado.
Ulises se alejó de mí y me miró con desconfianza.

- ¿Quién eres? ¿Dónde está Claudio? -me preguntó mirándome de arriba abajo.

-Soy yo, soy yo ¿Acaso no puedo abrazar a mis hermanos? -les dije.

-No, este no es Claudio-le dijo Gil a Ulises. Reí divertido.

-Vamos, hay que entrar, se nos hace tarde -dije y comencé a caminar. Detuve mis pasos y me giré a verlos. Sonreí por lo bajo- ¿Pueden moverse?

-No, este de verdad no es Claudio. ¡Tengo miedo Siiverio! ¡Tal vez una nave espacial rapto al verdadero Claudio y nos dejó a este que da abrazos y quiere llegar temprano a clases!
Silverio me miró fijo analizándome. Hasta que una sonrisa de idea atravesó su rostro.

-Yo sé qué es lo que le pasa -dijo Gil. Ulises lo miró.

- ¿Qué le pasa? -le preguntó Reyes.

- ¿Acaso no te has dado cuenta Ulises? Mira su cara, mira su aura, su rostro, su cara de relajación y renovación. Claudio tuvo sexo anoche, por eso está así -le dijo él.
Ulises me miró fijo y sonrió.

-Ooooh, por ahí viene la mano -dijo Reyes y ambos se acercaron a mí. Sonreí por lo bajo, estos dos siempre encontraban la manera de saber lo que me pasaba - ¿Quién fue la afortunada si se pueda saber?
Comenzamos a caminar hacia el edificio de la Universidad. Apreté mis labios y solté un suspiro. Los miré a ambos y sonreí.