Me desperté más temprano de lo que en verdad estoy acostumbrado. Me pegué una refrescante ducha y comí una quemada tostada antes de salir de mi departamento, a un agotador lunes en la Universidad.
El domingo se me había pasado rápido hablando con mi nana y recordando cosas de cuando era niño. La hice desistir de la absurda idea de que yo me estaba enamorando de Emilia.
Ese concepto no está incluido en el diccionario de mi vida.-Uno nunca sabe cuando el amor le llega, pequeño -me dijo Rose -Pero de que llega, llega. Sin avisar y sin permiso, y hay veces en las que se va de la misma manera de la que vino...
Sacudí mi cabeza y me subí a mi moto para prender marcha a las tareas del día. Llegué y me encontré con Ulises y Silverio.- ¿Qué tal Meyer ? -me preguntó Reyes.
-Bien, ¿Tú? -le dije.
-Excelente -contestó. Lo miré atentamente.
- ¿Realizada la hazaña? -dije al ver su rostro de autosuficiencia.
-Realizada -contestó. Chocamos nuestras manos. Ulises anotaba otra más a su lista de mujeres. Una lista larga y morbosa. Yo nunca hice una lista, y tampoco pienso hacerla.
- ¿Y tú, Gil? -le hablé a mi otro amigo.
Él estaba serio y parecía molesto. Miré a Ulises y me hizo un gesto con los hombros.-No sé qué le pasa, así está desde que llegué -dijo Ulises.
Ambos nos giramos a verlo.- ¿Qué pasa hermano? -le pregunté algo preocupado, nunca lo había visto tan serio.
Él terminó de fumar su cigarrillo y lo tiró hacia un costado.-No pasa nada -contestó secamente. Otra vez con Ulises nos miramos extrañados.
Pero mi atención fue llamada por un auto que acaba de entrar al estacionamiento. Era nuevo, pues nunca lo habíamos visto antes.-Un Audi S4 Cabriolet, ¿de quién es esa belleza? -habló Ulises sin dejar de mirar el auto.
Hasta que una pequeña figura se bajó de allí.-Emilia -dije sonriente.
-Mira como se le iluminó la cara -habló Silverio. Me giré a verlo.
- ¿Estás vivo? -Dije y palmeé su hombro -Pensé que no.
Volví mi vista a Emilia. Ella cerró la puerta de su auto y con una sonrisa de oreja a oreja se acercó a nosotros.-Hola muchachos -nos dijo.
- ¿Cómo estás Emilia? -le preguntó Silverio. Ella lo miró bien.
-Creo que mejor que tú -dijo ella.
-Si, no sabemos qué le pasa -dijo Ulises.
-No me pasa nada -soltó exasperado - ¿Acaso nunca tuvieron un mal día?
- ¿Estrenando auto? -le pregunté y logré al fin obtener una mirada fija de su parte. Sonrió mostrándome todos sus dientes.
-Si -dijo contenta -Al fin me trajeron mi auto. Ya no voy a depender de chóferes celosos y de chóferes aprovechadores...
- ¿Eso último fue una indirecta para mí? -le dije. Ulises rió.
-Más que indirecta, diría directa amigo -me dijo y palmeó mi espalda.
-Exacto -agregó Emilia y nos miró consecutivamente a los tres - ¿Han desayunado?
Los tres negamos con la cabeza algo confundidos.-Comí media tostada quemada -le dije.
-Yo no tuve tiempo -dijo Silverio.
-Y yo ganas -le dijo Ulises.
-Son de terror -se acercó a nosotros y sin decir nada nos quitó el cigarrillo a Ulises y a mí, y le quitó a Silverio el que estaba por prender.
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peligrosa obsesión; claumilia [EN EDICIÓN]
FanfictionElla simplemente quiere volverme loco, ella simplemente llegó para acabar conmigo o tal vez para salvarme. adaptación