Después de mi pequeño incidente con Nomar, me fui a casa.
Le conté sobre eso a West —después de golpearlo mil veces por haberme dejado sola con él —, se rió de mí todo el camino a casa después de decirme: «aprovechalo, no todos los días tu crush dice que te ves bien».
No es uno de los mejores consejos que me ha dado a lo largo de mi vida pero sí tiene un poco de razón.
Jamás hubiese imaginado que esas palabras podrían salir de los labios de Nomar, ni siquiera en mis mejores sueños.
West me dio un par de consejos para seducirlo —los cuales no voy a tomar en cuenta porque básicamente quedaré como desesperada y no es lo que quiero hacer—, me dijo que por la noche me ponga algo provocador y me ponga sexy para él lo que no me parece buena idea; no soy de esas chicas que se ponen algo sexy para llamar la atención de un chico, prefiero llamar su atención de manera sutil, con una ropa normal, con mi carisma, con mi humor negro y mis ocurrencias.
Rachell quedó en venir por mí dentro de una hora con las chicas y yo ni siquiera sé que ponerme. Usualmente me pondría una camisa de las que siempre uso —holgadas y nada sexys —, con unos jeans no tan ajustados para tener movilidad a la hora de bailar...el problema está en que Rachell y las chicas insisten en que me presentarán a uno de sus amigos hoy —creen que es hora de conocer a otros chicos ya que piensan que superé a Nomar. Pues no, cariño—. Me recuesto sobre la cama, pensando en qué ponerme.
— Bien... —me levanto de la cama con pereza.
Decido activar mi cuerpo poniendo música en los altavoces de mi celular.
Luego de pensar en muchas opciones de vestimenta decido caminar al antiguo cuarto de Nathan, quizá una de las veinte novias que algún día trajo a casa hayan olvidado algo.
Encuentro un vestido blanco con pliegues muy lindos —las ex's de Nate no tienen malos gustos por lo que veo—, lo tomo y lo llevo conmigo para probarlo. No me gusta mucho así que busco otro posible candidato.
Al final encuentro como tres vestidos más y me decido por uno de color azul marino con corte recto, escote y de mangas largas, lo acompaño con unos tacones color plateado y un maquillaje básico.
Término de arreglarme y me miro en el espejo, convenciéndome de que estoy lista.
— ¿Soy el único que está viendo que Natalie Blake está usando vestido? —oigo un grito desde la ventana de mi vecino.
Me doy vuelta y miro en esa dirección, la ventana del cuarto de West está abierta y él está mirándome desde ahí. Lo detalló brevemente; lleva una camisa gris que le queda perfecta y me mira de arriba a abajo con la coquetería que siempre tiene presente en su personalidad.
— Así es, soy yo y en un vestido —sonrío volviendo la vista al espejo, me digo a mi misma que estoy hermosa.
Luego de responder, cierro la ventana para que no me siga viendo.
— Deja de hacer eso, no me dejas nunca admirar el paisaje —se queja con una nota de diversión —. ¡Estás súper sexy, Nat! Vestida así Nomar no se resistirá a ti.
— ¡Ya cierra la boca, West!
Mi cabello chocolate cae por mi espalda hasta llegar a la mitad de ella, me gusta como se ve suelto. Me veo preciosa.
Rachell no dura mucho más en llegar, todas están en el auto. Los hombres quedaron en llegar a Amnesia de una vez.
Cada una de nosotras está preciosa, algunas más exhibicionistas que otras pero hermosas siempre. Naza conduce el auto y tiene la música a todo lo que el equipo de sonido del auto puede dar. Nos reímos, bailamos y cantamos hasta que por fin llegamos a Amnesia.
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Estrella Fugaz © [Completa ✔]
JugendliteraturEstoy sentada en la cafetería junto a Rachell y María quienes hablan de lo deliciosa y apetitosa que está la hamburguesa que sirvieron en el almuerzo de hoy, intentan incluirme en la conversación pero me es imposible prestarles atención, no puedo de...