#EF😏🌠
#Etapafinal.
...
Ok.
¿Alguien me enseña cómo respirar? Creo que olvidé hacerlo desde el pequeño incidente de Mikhail y yo en el baño el cual fue interrumpido por un grito de Shawn diciendo: ¿Acaso están haciendo el sin respeto en el baño?
Sí, salir con los amigos y hermano de Mikhail implica pasar vergüenza con sus comentarios casi siempre.
Aunque después de casi un minuto escupiendo indecencias logró decir algo importante: que cenaríamos pronto en la terraza del hotel.
Después de nuestra extraña y calenturienta escena en el baño, me di un baño con agua fría para disipar el calor en mi cuerpo, dejé a un lado mi pijama holgado con estampado de cerditos y lo cambié por una camisa sencilla color blanco y shorts de mezclilla súper lindos. Cuando Mikhail y yo estuvimos listos, salimos al encuentro de los chicos, listos para cenar.
La terraza es lindísima, hay un jacuzzi y una mesa amplia con un mantel celeste donde la cena se llevaría a cabo.
Pensé que la pizza era deliciosa pero nada mejor que la pizza hecha en Italia. ¡Qué delicia!, tienen una manera diferente de amasarla, de darle el toque italiano, tal vez en la salsa, que supo cómo volverme loca e incrementar el deseo de comer muchísimas más pizzas.
Ahora Mikhail y yo nos encontramos de regreso a nuestra respectiva habitación.
Y bien, no sé cómo se supone que debo actuar. ¿Normal? Sí, pero en serio presiento que no podré pegar el ojo en toda la noche de solo sentirlo ahí, a mi lado, respirando con tranquilidad mientras remueve con lentitud los mechones de mi cabello. ¡Simplemente no puedo!
Creo que eso se debe a que jamás —y cuando digo jamás, es jamás— he dormido con un hombre en la misma cama, salvo por la vez que dormí con Mikhail ayer o hoy, bueno como sea, pero creo que no me preocupé por eso porque literalmente estaba más dormida que despierta en ese instante.
Mis pensamientos se interrumpen al escuchar a Mikhail pedirme que pase, así que sin mediar palabras lo hago.
Doy una respiración honda mientras que me apresuro a tomar mi anterior pijama —la cual dejé sobre la cama— para ir al baño a colocármela.
— ¿Aún quieres que durmamos juntos? Te veo algo tensa —escucho a Mikhail a mis espaldas. Sí, estaba a punto de huir de él metiéndome en el baño.
Doy media vuelta y lo encuentro quitándose la camisa.
No ha empezado la noche y ya estoy babeando.
Suspiro.
— No estoy tensa.
Mis afirmaciones son nada más y nada menos que: mentiras.
Claro que estoy tensa. No sé qué pueda pasar. Confío en él pero no confío en mí con las hormonas alborotadas. Puedo cometer un error del que posiblemente me arrepentiría después, o quizá no.
Él y yo, besos, calor y luego...
¡Maldita sea! Sí quiero que pase.
Mikhail alza una ceja con diversión.
— ¿Ah, sí? Díselo a tu postura. Tienes los hombros levemente tensos y caminas como un robot, eso sin contar que no puedes ni verme dos segundos a la cara sin colorearte como un tomate.
Analítico de mierda. Odio que me lean como si fuese un papel.
— Bien, solo estoy nerviosa —me caigo de hombros.
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Estrella Fugaz © [Completa ✔]
Roman pour AdolescentsEstoy sentada en la cafetería junto a Rachell y María quienes hablan de lo deliciosa y apetitosa que está la hamburguesa que sirvieron en el almuerzo de hoy, intentan incluirme en la conversación pero me es imposible prestarles atención, no puedo de...