Estrella Fugaz © [Completa ✔]

Capítulo 20: Alguna u otra forma.

Al separarnos, veo a Nomar rígido en su lugar.

— Se ven preciosísimos —chilla mamá emocionada. No sé da cuenta de que Nomar está a punto de estrellarle la cabeza a Mikhail contra los sartenes.

Carraspeo con notable incomodidad.

— Gracias, mamá —agradezco mirando a Nomar de reojo quien ya se ha puesto de pie.

— Buenas noches, creo que es hora de irme —Nomar sale de la cocina hecho una furia, incluso cuando pasa por nuestro lado choca con su hombro a Mikhail quien lo ignora en su totalidad.

— ¿Está bien? —pregunta mamá mirando en la dirección en la que Nomar acaba de desaparecer.

Sonrío fingidamente.

— Sí. Iré a despedirme.

Miro a Mikhail, él me sonríe y asiente, así que salgo corriendo —a todo lo que me dejan los tacones— detrás de Nomar.

Cuando llego a la sala, él está abriendo la puerta.

— Nomar, espera —pido, él hace caso omiso a mis palabras.

Salgo de la casa y él ya está unos metros lejos. Termino de llegar a donde está y lo tomo por el brazo.

— ¿Puedes dejar de comportarte así? —pregunto con molestia.

Él rueda los ojos.

— Deberías ir con tu novio.

Sonrío. Este chico es muy celoso y me encanta.

— ¿Otra vez estás celoso? —me burlo.

Me fulmina con la mirada.

— ¿Podrías dejar de preguntar cosas que ya sabes? Hay veces que eres súper irritante —escupe. Está molesto.

— Bien.

— ¿En serio son novios?

— Sí, lo somos —afirmo. No puedo decirle a todo el mundo que esto es falso— ¿Te molesta?

Sonríe, una sonrisa maliciosa, y presiento que lo que va a decir me dolerá.

— ¿Debería molestarme? — cuestiona divertido—. No lo hace, tú y yo no tenemos nada. Solo tenemos diversión y ya.

Y volvió el maldito Nomar del principio.

Yo creí que ese Nomar había muerto y que ahora estaba el dulce y celoso, pero veo que nada se va por completo, solo finge haberse ido para luego regresar con más fuerza.

Trago grueso. Un nudo se forma en mi garganta.

Aun me cuesta procesar sus palabras. Sé que es un bipolar, un idiota, pero ¿es en serio? ¿Diversión? ¿Eso soy para él?

Suspiro y contengo las ganas de ponerme a llorar. Así que esto se siente ser utilizada.

Lo miro, luce divertido y en lo mínimo afectado mientras yo siento un gran vacío en mi estómago y tengo ganas de llorar.

— ¿Qué? —inquiere con una ceja alzada— ¿Te lastimé?

No respondo, puedo jurar que mis ojos están rojos y llenos de lágrimas, solo falta una palabra dolorosa para quebrarme.

— No es mi intención lastimarte, Natalie —asegura mientras me escanea de arriba abajo—, solo quiero dejarte las cosas claras.

— ¿Qué hay de lo que me dijiste ayer? —logro articular la pregunta, mi voz comenzando a quebrarse.

Mis latidos se desenfrenan de solo pensar en su respuesta.

Su comisura se curva.

— Nat ¿has oído que para conseguir lo que quieres debes decir cosas? Pues yo te quiero a ti y necesitaba convencerte de alguna u otra forma.