— ¿Éste está lindo? —pregunta María, alzando un vestido color celeste con estampado de pequeños ángeles sobre nubes.
A pesar de parecer algo infantil el diseño, a María cualquier vestuario le queda bien. Tiene piernas grandes, alta, buen busto, buen trasero y caderas anchas, además de un lindo rostro tímido y aniñado.
— Está bien —responde Rachell, subiéndose las botas altas color negro que le llegan hasta un poco más arriba de las rodillas.
Ella se decidió por un pantalón alto de mezclilla color negro con un suéter de igual color, algo casual y al mismo tiempo elegante, tiene cinco botones dorados en cada manga —en el dorso del antebrazo— y una línea horizontal en el pecho color rojo. Está terminando de maquillarse frente a mi tocador.
— ¿Y tú nunca piensas vestirte? —me pregunta Nai al verme tirada sobre la cama, sin ningún ánimo de vestirme.
Tiene una falda ajustada color vino que le llega por los muslos —un poco corta para mi gusto—, una camisa —también ajustada y por dentro de la falda— color blanco, tiene unos tacones de aguja color negro que contrastan a la perfección con sus ondulados cabellos color azabache.
No respondo.
¡No sé qué ponerme!
Además de no saber que ponerme, el complejo me tiene amarrada, atada y me está hundiendo. Todas se ven tan hermosas y yo...
Eres hermosa. Te dije que dejaras de compararte con lo demás, eres perfecta, a tu modo, a tu manera, y eso debería ser suficiente para ti.
Las palabras de Mikhail el día de la cena hacen presencia en mi cabeza.
— ¿Y? —Rachell, quien ya está lista, me mira de manera acusadora— ¿Cuándo te vas a vestir?
Me pongo de pie con mucha flojera.
— Ni si quiera sé que ponerme —refuto, caminando hacia mi closet.
Antes de que pueda llegar, María me toma por los brazos y me sienta sobre la cama.
— Rachell, encárgate de la ropa —ordena María, dándole paso a mi mejor amiga para que revise mi closet.
Rachell se adentra en mi pequeño closet y comienza a rebuscar. Yo bufo, resignada, y me tumbo sobre la cama otra vez.
— ¿Qué tal esto? —Nai saca de su bolso un body color negro de una sola manga larga. Uh, lindo.
Rachell se asoma y lo escudriña con una mueca.
— Lindo pero ¿Qué le pondremos abajo? —vuelve a meter su cara en mi closet, removiendo las perchas con violencia.
María se acerca a ayudarle a buscar.
— ¿Qué tal esta falda? —pregunta María, alzando un gancho el cual sostiene una falda alta color rojo con unas rayas en vertical y horizontal, haciendo rectángulos de ángulos perfectos; las líneas son blancas y azul marino, tiene una pequeña apertura en el muslo izquierdo.
— Esa falda es como de hace tres años —digo, mirando la prenda de arriba abajo. Creo que había olvidado que tenía eso ahí—, debe quedarme pequeña.
— Póntela —Rachell me la arroja— y apúrate. Shawn no tarda en llegar.
Me pongo de pie y entro al baño.
Cuando por fin estoy vestida, como dije, la falda me queda algo pequeña pero no lo suficiente como para verse mal, me queda justo a la medida y con el body se ve perfecto.
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Estrella Fugaz © [Completa ✔]
Teen FictionEstoy sentada en la cafetería junto a Rachell y María quienes hablan de lo deliciosa y apetitosa que está la hamburguesa que sirvieron en el almuerzo de hoy, intentan incluirme en la conversación pero me es imposible prestarles atención, no puedo de...