Capítulo 16: Él siente algo por mí.

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Los labios de Mikhail se sienten suaves y delicados, es un roce de labios debido a que ninguno de los dos se atrevería a profundizar el beso.

No puedo terminar de definir nuestro extraño primer beso porque alguien me separa de Mikhail, jalándome por el codo.

Me doy vuelta con brusquedad y me encuentro con la mirada furiosa y confundida de Nate.

Mierda, olvidaba que él estaba aquí. Nos alejamos unos metros de la camioneta.

— ¿Qué fue todo eso? —pregunta con notable molestia.

— Un beso ¿no te parece? —respondo con ironía.

— No estoy bromeando, Nat. Quiero la verdad y la quiero ahora —exige, hablando bajo para que nadie pueda escuchar.

Muerdo mi labio. Será mejor decirle la verdad —que en realidad es una mentira— para que no hayan mal entendidos.

— ¿Quién es él? —mira por encima de mi hombro a Mikhail, quien está tras de mí.

Miro de reojo y casi se me acaba el aire de los pulmones. Mikhail y Nomar están discutiendo. A estos dos no los puedo descuidar un minuto porque ya están peleando.

Devuelvo la vista a Nate.

— Se llama Mikhail y es mi novio.

Su cara se convierte en un poema bastante divertido.

— ¿Tú qué? —pregunta, incrédulo. La verdad entiendo cómo se siente, nunca he tenido novio y debe estar realmente confundido.

— Novio, Nathan. N-o-v-i-o —deletreo.

— Sé lo que es un maldito novio, Natalie —me aclara—. Lo que no sé es como ocurrió esto.

— Las personas salen, se conocen y terminan en una relación.

Como si de verdad eso hubiera pasado entre Mikhail y yo en vez de una propuesta inesperada y extraña que nos enredó en todo este lío.

— ¿Desde cuándo es todo esto? ¿mamá lo conoce? ¿Por qué no me habías dicho nad...

— Nathan, si no me dejas hablar con tantas preguntas ¿cómo crees que responderé alguna de ellas? Tranquilo, te lo diré todo pero hoy no, de verdad tengo mucha hambre y quiero irme.

— Te llevo —se ofrece.

— De hecho iré a almorzar con Mikhail. No te preocupes, él me llevará a casa.

— No confío en él —por fin admite, sonando un tanto receloso. Sonrío.

— No lo conoces, Nate. Es todo un amor.

— Solo quiere tener sexo contigo, Natalie —dice de manera muy directa. Río en mis adentros. Lo último que quiere Mikhail es acostarse conmigo, creo.

— No es cierto, Nathan. Deja de inventar películas en tu cabeza.

— Todos los hombres tienen sexo con sus novias. ¿Tienes sexo con él? —pregunta serio. Los colores se me suben al rostro y siento que la cara me va a estallar.

— ¡No! —niego con rapidez—. Solo nos estamos conociendo, Nathan. Es todo.

— No puedes tener sexo con él, Nat. Eres una niña.

— Puedo tener sexo con quien quiera —digo a la defensiva—, además, te recuerdo que tengo diecisiete años.

— Eso no tiene nada que ver, eres una niñita.

Ruedo los ojos.

— No quiero seguir hablando de esto.

— Es importante que estés informada, Nat, y…

Estrella Fugaz © [Completa ✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora