Extra #4

12.2K 663 618
                                    

Natalie:

Ay, vaya mierda.

Todavía no me acostumbro a tener mi vientre tan hinchado como un balón de básquet —bien, solo estoy exagerando. Mi vientre aún está pequeño pues apenas llevo cinco meses—.

Me levanto del sillón del departamento que Mikhail compró para ambos —sí, decidió dejar el departamento que antes compartía con Matt para rentar otro y vivir conmigo— mientras dejo la computadora sobre el sillón donde hacia un trabajo de marketing para una página sobre viajes.

Ambos mantenemos la casa —o mejor dicho, el departamento que ambos comenzamos a sentir como un hogar—. Él trabaja los fines de semana en el restaurante de su tío por medio día y yo por mi parte siempre soy solicitada para hacer marketing digital para distintas páginas webs.

Hoy es viernes así que Mikhail debe estar por llegar de la universidad. Recién acaba de pasar a quinto año de Medicina y cada vez sus clases son más intensas, yo por mi parte acabo de pasar a tercer año en mi carrera universitaria.

Ya que Mikhail llega hoy, hemos decidido preparar comida casera entre ambos esta noche. Ahora que Mikhail sabe de mi embarazo no quiere dejarme ni un minuto sola, de hecho cada vez que ambos estamos acostados no deja de besar mi vientre y de decirle cosas. Está muy convencido de que Elliot es quien crece allí, yo siento que será niña.

Hemos hecho un trato con respecto al sexo de nuestro bebé, no sabremos que sexo es hasta el día del baby shower —el cual será en un de mes, justo un mes antes que la boda—. Mikhail decidirá el nombre de nuestro bebé si es niño, yo no sabré como se llamará hasta el día del nacimiento —aunque estoy muy segura de que será Elliot— y yo si es niña. Llevo algunos días buscando un nombre para nuestra bebita, pero aún no encuentro alguno que me convenza. Debo tomar en cuenta que el padre —y familia— del bebé que estoy gestando tiene descendencia árabe, por lo que quizá busque un nombre proveniente de su cultura —nada alocado, claramente—. Mi madre por su parte insiste en que se llame Emma si es niña —ni idea de dónde sacó ese nombre— y si es niño quiere que se llame Damon.

Estoy en medio de sus peticiones y la de los chicos. Shawn quiere que se llame Luke, María quiere que se llame Delanie, Caleb opina que Logan queda bien, Matt quiere que se llame Matthew —sí, igual que él. Dice que si le pongo ese nombre de seguro será hermoso y exitoso como él—, Rachell dice que Charlie también es un bonito nombre, literalmente mi cabeza y pansa explotarán en cualquier momento con tantos nombres.

Suelto un bostezo mientras me dirijo hacia la heladera en busca de helado —los antojos no dejan de aparecer a medida que crece el embarazo—. Abro el refrigerador encontrándome de todos los sabores posibles —sí, Mikhail es un exagerado y tiene una reserva de cada sabor. Siento que estoy más gorda y no es por el embarazo, sino por lo mucho que Mikhail me consiente con los antojos— menos el que yo quiero en este instante.

Mierda, no sé porque ahora me gusta mucho el helado de pistachos —eso que antes no me gustaba—. Pienso en llamar a Matt y pedirle un delivery de su tienda, pero aunque soy extremadamente floja, ahora que estoy embarazada la doctora me ha recomendado —ya que mi embarazo ha estado muy sano— mantenerme en movimiento.

Tomo mi teléfono y veo la hora:
04:56 pm.

Tengo dos mensajes de Mikhail.

Desbloqueo el móvil y una foto que Rachell nos tomó desprevenidos hace unas semanas está de fondo de pantalla. Consiste en una de esas muchas veces en las cuales Mikhail besa mi vientre y yo acaricio su cabello en medio de una carcajada.

La verdad es que estos últimos meses —y todos los que he estado a su lado para ser sincera— junto a Mikhail han sido como un sueño —aunque claro que no todo ha sido perfecto, sobre todo gracias a los cambios de humor que me dan debido a mi embarazo. Todo me molesta, por todo dudo, realmente soy insoportable. No sé cómo Mikhail lo hace—. Si antes era atento y meloso, pues podrán imaginárselo ahora. Apenas tengo cinco meses y ya tiene una maleta con pura ropa de niño —que no sé para qué está comprando si estoy segura de que será niña—, está emocionado, bueno emocionado es poco para cómo se encuentra Mikhail.

Estrella Fugaz © [Completa ✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora