C A P I T U L O F I N A L.
Segunda parte.
.....
Camina rápido y de manera sigilosa mirando por los pasillos a ver si no hay nadie observándonos. Soltamos risitas bajas mientras corremos por un pasillo, yo siendo arrastrada por él. Poco a poco nos acercamos a una puerta, Mikhail la abre y se muestran unas escaleras.
— Ven —sin soltarme, comenzamos a subir los peldaños de las escaleras.
Sentir su mano sobre la mía me da una especie de seguridad que no puede nadie igualar, además de que sus dedos largos siempre encajan a la perfección con los míos.
La escalera parece una de esas que hay en los hoteles, la verdad me canso de subir en el tercer cruce, y es obvio, estos tacones no son para subir escaleras.
— Falta poco —asegura Mikhail al ver que me detengo a respirar.
— Amo estos tacones pero en serio están matándome —alzo uno de mis tobillos y comienzo a moverlo circularmente. Mi respiración se hizo un poco irregular.
— Sube —Mikhail me ofrece su espalda para subirme sobre ella.
Niego inmediatamente.
— Mi vestido...
— No hay nadie más y debajo de él no hay nada que yo no haya visto —se cae de hombros, sonriendo de manera divertida. Mis mejillas vuelven a teñirse de carmín.
— Eres un idiota, Mikhail Gadaff —lo acuso, acomodándome para subir a su espalda.
— El idiota que amas, pero sí —se mofa, sujetando mis piernas las cuales ya se enrollan en su cintura.
— Eso no te da derecho a decir cosas que me avergüencen.
— Eso no dices cuando estamos en la habitación —sigue con su torcido juego, haciéndome jalarle un poco el cabello en venganza.
— Es diferente.
— ¿Por qué?
— Es intimidad.
— Esto también es intimidad. Cuando estamos solos —termina de subir un par de peldaños y nos encontramos con una puerta—...somos sólo tú y yo, el mundo se resume al nuestro.
Mikhail abre la puerta la cual está cerrada con una par de cintas.
Vaya manera de seguridad.
Luego de abrirla, salimos a lo que posiblemente será la terraza del colegio. Me suelta apenas salimos. Sobre nosotros hay un enorme techo que no deja que los tenues rayos de sol nos cubran; hay muchísimas plantas, parece un vivero —por un momento me siento dentro de High School Musical—, además de eso hay un ¿mini refrigerador? Estoy segura de que él director no está enterado de nada de esto; hay un par de sofás viejos, un televisor también algo desgastado y una hermosa vista. Es lindísimo.
— Los chicos y yo lo descubrimos —me explica, acomodando mi vestido—. Quizá es el legado de estudiantes pasados.
— ¿También el refrigerador estaba aquí? —ríe bajito, haciéndome saber que no es así.
— Caleb insistió en comprar uno y traerlo, acepté porque beber cerveza caliente no es buena idea —me explica, para luego acariciar mis nudillos. Mientras él me mira yo me encargo de observar todo lo demás.
— ¿Para qué venían aquí? —inquiero, tomándolo de la mano y caminando por el lugar.
— Veníamos a ver los partidos de fútbol cuando no teníamos clases, también charlábamos. Puedo definirlo perfectamente como una guarida —habla tras de mí, yo me encargo de oler un par de flores que hay en una planta. Huele delicioso.
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Estrella Fugaz © [Completa ✔]
Ficção AdolescenteEstoy sentada en la cafetería junto a Rachell y María quienes hablan de lo deliciosa y apetitosa que está la hamburguesa que sirvieron en el almuerzo de hoy, intentan incluirme en la conversación pero me es imposible prestarles atención, no puedo de...