Estrella Fugaz © [Completa ✔]

Capítulo 42- Primera Parte: Dulce Venganza.

Bien.

Teniendo un infarto en 3...2...1.

Mikhail viene caminando con los chicos a su lado —Caleb, Ryan y Shawn—. Parecen unos jodidos DIOSES caminando entre plebeyos.

Nomar suelta un bufido y se pone de pie.

— Iré por mi cita —informa, dejando el vaso que sostiene sobre las gradas—. Qué se diviertan con Mustafá y sus camellos.

Ruedo los ojos ante sus comentario —solo está celoso— y sigo observando a Mikhail.

Tiene una sonrisa digna de patrocinador de pasta dental y todas las miradas se posan en ellos.

— ¡Están para comerse con los dedos! —Naza parece desmayarse ante la presencia de aquellos chicos.

— No seas indiscreta —susurro mientras Mikhail se acerca.

— Hola —saluda a todos, acercándose a mí.

Tiene una túnica —bata, como sea que se llame— color blanco que le llega hasta los tobillos, unas sandalias color marrón y un velo de color rojo con pequeños cuadros blancos amarrado de una extraña manera sobre su cabeza. Se ve jodidamente irresistible, exótico. La verdad es que nunca había visto a alguien vestir así.

Se acerca a besar mis labios.

— Hey, hey, hey —Nate se interpone entre nosotros sin dejar que nuestros labios se unan—. Espacio personal, campeón.

Le coloca una mano sobre el pecho a Mikhail.

Mikhail le sonríe y asiente.

— Como digas, cuñado.

Nathan lo fulmina con la mirada.

— Para ti soy Nathan.

Sí, mi hermano es un celoso. Aunque Mikhail y yo cumplamos un mes dentro de unos días, él sigue siendo tan sobreprotector.

— Hola, chicas —se acerca Shawn, comenzando a besar la mejilla de cada una de las presentes.

¿Dónde estará María? Tiene que venir a verlo.

Shawn tiene un traje vampiro que le queda sin dudas a la medida. Tiene lentes de contacto color rojo y el cabello bien peinado.

— Pero que hermosos están todos —comenta Naza saludando a Ryan. Éste está vestido de vaquero.

— Gracias —responden la mayoría al unísono.

Rachell mira cautelosa a Caleb, quien sí la escanea con la mirada.

— Uh, tú estás muy lindo —opino mirando a Caleb; está sin camisa con un par de equis dibujadas en el pecho con sangre falsa, tiene cuernos saliendo de su cabeza, sus pantalones son negros al igual que sus zapatos. Todo en él se ve tan armonioso y complementario.

— Gracias —responde, dedicándome una media sonrisa—, tu estás muy guapa.

Le sonrío de lado.