Subo con rapidez en el auto de Nathan despidiéndome con la mano de mi madre ya que recién nos vamos al colegio. Sonríe, eufórica, lanzándonos besos efusivamente.
— Adiós, ma. Nos vemos más tarde —se despide Nathan sacando la mano por su ventana y arrancando el auto.
Coloca la emisora. Nos sumimos en un silencio...que a mi parecer es incómodo.
Nathan y yo tenemos una fuerte comunicación a pesar de que no vivimos juntos, ni convivimos las veinticuatro horas del día...pero raramente esto se tornó algo forzoso.
Carraspeo.
— ¿Qué tal las prácticas? —pregunto antes de que el muro de hielo que empezaba a formarse entre nosotros se endureciera.
Sonríe y me mira de reojo.
— Todo muy bien, pronto tendremos un partido. Estaría encantado si mi hermanita fuera a apoyarme —comenta, sonriendo. Nunca he ido a uno de sus partidos.
— Estaría encantada —acepto, jugueteando con las manos sobre mi regazo.
Y de nuevo, el frío y helado silencio...
— ¿Qué tal los novios? —pregunta un poco incómodo pero a la vez intrigado.
Trago saliva, buscando palabras para definir mi estado actual.
¿Soltera porque nadie me quiere o enamorada sola de una persona que ni pendiente conmigo?
Eso es lo que se me pasa por la cabeza, el problema es que no le puedo responder con ninguna de esas dos oraciones.
Sonrío para no parecer nerviosa al no saber la respuesta de su pregunta.
— Em...es bastante complicado.
Alza una ceja, curioso. Por más que no pasemos tiempo juntos sigue siendo un hermano sobreprotector y celoso. Sobre todo celoso.
— ¿Bastante complicado? —repite confundido—. Explícate.
Exige, esperando una respuesta concreta. Hubiese salido mejor sólo haber respondido: no tengo, ¿las tuyas?
Sí, no hubiese sido tan complicado.
Ruedo los ojos en busca de las palabras correctas.
— No estoy con nadie.
— ¿Y quién te gusta? Debe haber alguien, digo, a todos nos gusta alguien.
No puedo creer que en serio le interese la vida amorosa de su hermana menor.
Bueno, no le diré: llevo una linda obsesión por tu amigo y compañero de fútbol: Nomar Davis.
Así que improviso.
— Me gusta Shawn Mendes, Cole Sprouse, Jacob Elordi...uh Zayn Malik... —cuento mis amores platónicos, pero a él no le parece nada gracioso mi chiste. Dejo de sonreír e intento pensar en una respuesta concreta—. No me gusta nadie, hermano.
Alza una ceja sin creerme nada.
— No me mientas.
— No lo hago —miento, aspirando lucir firme y segura.
Entrecierra los ojos poco convencido pero por fin deja de preguntar. Suelto un suspiro por lo bajo.
— ¿Y las novias? —es mi turno de preguntar, esta vez él ríe.
— El de las preguntas era yo.
Río.
— Pues ahora intercambiamos papeles.
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Estrella Fugaz © [Completa ✔]
Novela JuvenilEstoy sentada en la cafetería junto a Rachell y María quienes hablan de lo deliciosa y apetitosa que está la hamburguesa que sirvieron en el almuerzo de hoy, intentan incluirme en la conversación pero me es imposible prestarles atención, no puedo de...