Capítulo 41: Dios Griego Arrogante y Árabe Ardiente.

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Capítulo dedicado a: @LaReyinaDramatica. Gracias por las cosas tan lindas que escribiste sobre mí y la historia. Gracias por leer, votar y comentar (comentarios que me hacen reír muchísimo), espero que te guste el capítulo, tqm💗.

Pd: Lean la nota final.

......

— Dime que no te arrepentiste de esto —Nomar besa mi mejilla cariñosamente y acaricia mi abdomen descubierto. Sólo tengo un sujetador en la parte de arriba.

Suelto un suspiro. Esta noche ha sido magnífica, jamás me arrepentiría.

Le acaricio la espalda desnuda con tranquilidad, él está recostado sobre mi pecho.

— Nunca me arrepentiría de lo que hicimos, Nomar —me pongo de pie, lista para vestirme. Estamos en su cuarto—. Iré al baño.

Entro al baño y me aseo rápidamente. Me coloco el pantalón y la camisa y salgo del pequeño cuarto.

Está de espaldas poniéndose la camisa. Lo veo tenso.

— ¿Estás bien? —me acerco a él y le toco el hombro.

— Excelente. Estoy contigo y eso me hace feliz —se da la vuelta y entonces es Mikhail el que está frente a mí.

¿¡Qué mierda!?

Me despierto sobresaltada por el sueño, o mejor dicho: pesadilla.

¿Qué fue eso?

Miro el reloj sobre mi mesita y son las 05:00 AM. Excelente. A madrugar se ha dicho.

Froto mis ojos con rapidez intentando olvidar lo de mi pesadilla. Creo que lo que siento por Nomar y por Mikhail se está saliendo de control. No se imaginan lo que ha pasado ¿o sí?

Bueno, hoy es 31 de octubre, día de brujas y día del baile de Halloween. Han pasado dos semanas en las cuales no he tenido contacto con Nomar, bueno sí pero no. Hemos cruzado un par de palabras pero no demasiadas. Me temo que aún no se ha vengado del escupitajo y no quiero correr riesgos estando cerca de él.

También han pasado dos semanas desde el beso en la piscina con Mikhail, y la verdad es que la cosa se tornó un poco más rara entre nosotros. Creo que literalmente dejamos de fingir que somos novios y ahora en serio salimos, o no sé, ni siquiera he hablado de eso con él, no tenemos etiquetas, digo, ahora nos besamos cada vez que nos provoca —sin importar si hay gente o no—, andamos tomados de la mano cada vez que estamos juntos, miradas cómplices, halagos, todo lo que una relación de verdad implica, pero el problema es que ya no fingimos, ya no mentimos, o al menos ya yo no lo hago.

Sí, es hora de sincerarme: creo que me gusta Mikhail. Aunque aún no confirmo mis sospechas.

¡No seas idiota! Te gusta y mucho.

No es cierto.

Díselo a las mariposas estúpidas que vuelan en tu estómago cada vez que lo ves.

Bien, cómo sea. Me gusta Mikhail.

Pero...hay un pequeño detalle: Nomar aún sigue presente. ¿Por qué? Ni yo misma lo sé, solo sé que me siguen gustando sus cabellos y su linda sonrisa, me sigue gustando su mirada insinuante, sus juegos torcidos, sus besos —no me malentiendan, también me gustan los besos de Mikhail, son tan suaves, tiernos, pero en serio a veces necesito mi adrenalina—, me sigue gustando él y eso ¿por qué? Ni puta idea.

Me pongo de pie y me dirijo al baño. Después de quitarme toda la ropa entro a la regadera, las gotas tibias me relajan y me ponen a pensar.

Debo buscar alguna manera de sacar a Nomar de mi cabeza. El problema es: ¿cómo? He salido con Mikhail, lo he besado, he bailado con él y no saco a Nomar de mi jodida cabeza. Supongo que no puedo tirar ocho años de enamoramiento así como así a la basura.

Estrella Fugaz © [Completa ✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora