Capítulo 21: El que juega con fuego, se quema.

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Cada una de las miradas de los presentes en el comedor se dirigen hacia mí.

La chica —la cual estaba sentada al lado de Matthew— se levanta y camina hacia nosotros.

Tiene un vestido corto y ajustado color blanco que deja a la vista todos sus perfectos atributos. Su cabello largo, negro como la noche, está suelto al lado izquierdo de su cara. Está perfectamente maquillada y luce espectacular. Debo admitir que a su lado me siento patética.

— ¿Así que tú eres Natalie? —pregunta, escaneándome con sus ojos negros perfectamente delineados.

Su mirada es profunda, casi tan profunda como la de Matt quien tiene los ojos de igual color. Me intimida, esta chica me intimida.

— Sí —respondo, dudosa.

No lo sé, pero justamente ahora no sé cómo actuar.

Una sonrisa se pinta en sus labios color rosa pálido. Esa sonrisa es suficiente para perderle la intimidación, su sonrisa es sincera y parece feliz de conocerme.

— Mucho gusto. Mi nombre es Aisha y estoy realmente encantada de conocerte, Natalie —habla rápidamente sin dejar de sonreír.

Le devuelvo la sonrisa. Ella me hace sentir menos nerviosa.

— Mucho gusto, Aisha, también es un placer conocerte —le extiendo mi mano y ella la toma.

Tiene un tatuaje en su muñeca, letras árabes tal vez.

— En serio no creí que Mikhail iba a traer a una chica a la cena familiar —admite impresionada.

— Me debes cincuenta dólares —habla el chico que anunció nuestra llegada. Ella se da vuelta y le saca el dedo medio.

— Nada de groserías, Aisha —la reprende una de las señoras en la mesa—. Y tú siéntate, Zed.

Ella rueda los ojos y devuelve la vista a nosotros.

— Lo siento, es que apostamos. Como dije antes, nunca pensamos que el idiota de Mikhail iba a traer a una chica a la cena —Mikhail rueda los ojos y yo medio sonrío—. Hace años que no trae a ninguna. Normalmente siempre trae a Enmy pero ella no cuenta como novia ¿cierto?

— Mucha charla —interrumpe Mikhail—. Voy a presentarla.

Bien, los nervios se vuelven a apoderar de mí en segundos. Respiro con un poco de dificultad y tengo un gran nudo en el estómago.

Me aprieta un poco la mano y nos conduce al centro del comedor. Suspiro mientras nos acercamos a mis falsos suegros.

Ellos se encuentran de pie conversando con una de las parejas de señores. La madre de Mikhail luce un reluciente vestido color azul metálico, es largo y cubre sus pies. Es ajustado y deja ver la muy buena figura —a pesar de los años— de su cuerpo. Trae el cabello suelto y le cae hacia atrás. Tiene un maquillaje espléndido y luce muy imponente.

Su padre lleva una camisa blanca abotonada hasta el cuello, acompañado de un saco color negro. Está bien peinado y huele muy bien. Creo que es de familia el usar perfumes que actúan como una droga para mí.

— Tíos —habla Mikhail, abriéndose paso en el semicírculo que estaban formando sus padres y sus tíos—. ¿Podrían dejarme hablar con mis padres un momento?

Estrella Fugaz © [Completa ✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora