Dedicado: @Gabucha09. Sé que vas a amar este capítulo. Gracias por ser mi apoyo. Te amo❤.
......Una música rara —Árabe a mi parecer— resuena en la bocina de su celular. Él la canta por lo bajo —y su voz suena súper sexy, debo admitir— mientras mueve su cabeza al ritmo de la música.
Lleva una camisa color vino, resaltando su pálido color de piel —estoy sospechando que sabe muy bien cómo combinarse—, unos pantalones de color negro y unos zapatos blancos. Usa el delantal que le regalé a mi madre hace unos años, el cual está repleto de harina.
Está algo sonrosado por el calor y, por lo que puedo notar, tiene un nuevo corte de cabello. Está más precioso que hace cinco días, ¿acaso eso es posible?
Mi pulso se empieza a acelerar.
Al terminar de verter la mezcla, él alza la mirada y me recorre lentamente con sus iris aceitunas.
Me siento completamente patética bajo su mirada. Él luce tan pulcro, divino, un Dios bajado del templo y yo parezco una prostituta recién salida de un burdel. Mierda.
— Nat —me sonríe encantadoramente, limpiando sus manos en el delantal.
Lamo mis labios y me esfuerzo en sonreír. Estoy nerviosa. Supongo que no siempre puedo dejar sus encantos a un lado. Este chico sí que tiene ese don cautivador que pocos chicos tienen.
— Mikhail —las palabras se me atoran en la garganta—. ¿Qué...haces aquí?
Él vuelve a barrerme con la mirada, haciéndome sentir más incómoda que nunca. Su mirada no es lujuriosa ni nada parecido, solo es su mirada y eso es suficiente para ponerme a temblar.
— Tú madre me dijo que estabas enferma —responde, comenzando a trenzar la tarta con una facilidad enorme.
Trago saliva.
— Tenía días sin saber de ti. Estaba algo preocupado —admite, metiendo la tarta en el horno—. ¿Le pasó algo a tú teléfono?
Niego, para luego aclarar mi garganta.
— No. Solo —carraspeo—... quise alejarme de las personas por unos días.
— ¿Pasó algo? —pregunta, con un deje de preocupación.
Niego nuevamente, suponiendo que mi madre no le mencionó lo del castigo. No era conveniente.
— No. Solo no quería hablar con nadie —le dejo saber.
— ¿Me estabas evitando? —pregunta, arrugando sus preciosas y definidas cejas.
Siento mi estómago encogerse. Este chico me pone nerviosa con tan solo una mirada.
— ¿Debería evitarte por algo? —lo reto mientras me cruzo de brazos.
Frunce sus labios.
— Yo no he hecho nada malo —se cae de hombros—, tú fuiste la que huyó despavorida el sábado cuando nos besamos.
Mi boca se convierte en una perfecta «O».
Ruedo los ojos.
— ¿Estás molesto por lo del beso?
Arruga sus cejas.
— No. ¿Tú lo estás?
Niego.
— No.
— ¿Y por qué me evitabas entonces? —cuestiona, sentándose frente a la barra de la cocina, mirándome acusatoriamente.
ESTÁS LEYENDO
Estrella Fugaz © [Completa ✔]
Novela JuvenilEstoy sentada en la cafetería junto a Rachell y María quienes hablan de lo deliciosa y apetitosa que está la hamburguesa que sirvieron en el almuerzo de hoy, intentan incluirme en la conversación pero me es imposible prestarles atención, no puedo de...