Capítulo 6: Solo un beso.

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Antes de que estas personas aparecieran no me había tomado el tiempo de pensar en Nomar, ahora sí.

Ya está de vuelta mi más terrible pesadilla, el chico que me atormenta, del cual no tengo ni el más mínimo escape. Me atrapa, me envuelve, me tiene para él...soy suya aunque así no lo quiera, me tiene en sus manos de una manera tan increíble que ni yo misma sé como le di el control de eso, el control de mis emociones, mis ideas, mis acciones, él me controla y en serio odio eso.

— Bien... —la voz de Edinson nos inunda—. ¿Cómo que sexo en el cine?

— ¿Donde estaban? —pregunta Naza, señalándole a Nai disimuladamente que deje de reírse.

— Nomar está consiguiendo una mesa para los chicos, no quería dejarlos solos.

— Ah, ya —responde Naza asintiendo—. Amor, ¿podrías conseguirle una mesa a Nomar aquí arriba? no queremos que nuestros amigos estén de pie allá abajo.

Moisés sonríe y le da un beso que me hace apartar la vista.

— Seguro, pueden sentarse en una mesa aquí arriba —acepta, dándole otro beso casto en los labios a mi amiga—. Edinson, hazlos subir —esta vez le habla a Edinson. Toma una servilleta y escribe un par de cosas—...debes mostrárselo al guardia de seguridad cuando vayan a subir ¿ok?

— Está bien. Voy por los chicos entonces —dice, tomando la carta improvisada para después retirarse.

— Bien...gracias a Dios que los chicos no estaban aquí mientras hablábamos de cosas comunes como lo son: sexo casual en lugares públicos —habla West, haciendo comillas en la palabra cosas comunes.

— Tienen que aceptar que fue divertido —mi amiga se cae de hombros—. Otro día podemos hablar de fetiches. Un tipo una vez tenía uno con mis pies.

— Oí sobre eso, algo como de bañarlos en miel —opina Moisés mirando pícaramente a Naza quien se sonroja de inmediato. Creo que no oyó sobre ese fetiche sino que lo tiene.

— ¿Ven? Hablando de sexo todos aprendemos —dice Nai, orgullosa por sacar a la luz dichos temas de conversación. Ella es demasiado pervertida.

Ujum, ya suenas como toda una terapeuta sexual, Nairobi —habla Rachell, mezclando su cóctel con una pajilla.

— Sí, ni me lo digan, he escuchado cosas así y peores —interrumpe María negando, parece asqueada, cosa que causa gracia.

— Sí, una vez tuve sexo en un baño portátil —confiesa Nairobi.

Eso es muy privado y jamás se me hubiera ocurrido decir eso en una mesa donde hay cerca de seis personas.

— ¿Qué? —niego, asombrada. Eso es demasiado—. Parece que haz hecho de todo, lo que falta es que digas que...

En ese instante llegan los chicos junto a los amigos de Nomar, noto que entre ellas está Danielle. Todos nos saludan rápidamente para ir a una de mesa que está a dos de la nuestra.

— Buenas noches —saluda Nomar.

Lleva una camisa color negro, pantalones de mezclilla y zapatillas deportivas color negro.

Está hermoso como siempre. Nunca ha estado distinto ante mis ojos, siempre perfecto.

Me mira de arriba a abajo y luego saluda a los demás, no hago contacto visual con él hasta que se acerca a saludarme.

— Nat —me saluda, se acerca y deposita un beso en mi mejilla. Mi piel se calienta ante su contacto y eso me molesta.

— Hola.

Estrella Fugaz © [Completa ✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora