Estrella Fugaz © [Completa ✔]

Capítulo 10: Simples suposiciones.

Mis ojos se abren enormemente sin creer que él acaba de decir eso.

Es una broma ¿no?

Lo miro con desconcierto. Debe estar bromeando.

Mientras lo observo intento buscar alguna expresión que me indique que está jugando conmigo, pero...nada, solo hay seriedad en su expresión.

— ¿Es en serio? —me encuentro preguntando sin creer en lo que dice.

Él solo asiente, mirándome con atención, supongo que esperando una respuesta.

En ese momento llega el mesero, deja las órdenes y desaparece después de nosotros agradecerle.

Tomo un sorbo de mi malteada. Uh...está deliciosa. Vuelvo a verlo para no desviar el tema.

Da una probada a su batido sin despegar sus ojos de los míos.

— ¿Por qué yo? —cuestiono con cierta desconfianza.

Es un chico lindo, podría conseguirse mejores si quisiera. ¿Por qué elegirme a mí?

Rueda los ojos con exasperación.

— Sabía que ibas a preguntar eso, por eso es que ya tengo la respuesta —asegura, para después sorber por la pajilla otro poco de su batido. Hago lo mismo—. Te elegí a ti porque no te conozco.

Sus palabras me dejan aturdida, habla como si fuese lo más obvio.

— Eso no tiene sentido —aseguro—. Se supone que deberías proponerle esto a alguien que te conozca, que sepa todo de ti para que no cometa errores.

— Buen punto, pero no puedo proponérselo a alguien cercano porque estoy seguro de que terminarían enamoradas y tan solo es un... —busca la palabra para definir la locura que me está proponiendo— ¿un trabajo con fecha de despido? ¿Qué se yo?

Alzo las cejas mientras tomo el brownie que decora mi malteada para llevármelo a la boca. Mastico y trago para luego responder.

— ¿Y qué te hace pensar que yo no me enamoraré de ti o algo así? —cuestiono con fingida curiosidad.

La verdad es que no me enamoraría de él si llegase a aceptar, pero quiero ver que tiene para decir.

— Qué estás enamorada del chico que empujó a mi hermano y no te fijarías en mí ya que estás muy ocupada detrás de él —responde sin vacilación muy seguro de lo que dice.

Lo miro, extrañada. ¿Cómo sabe que me gusta Nomar? Pero principalmente ¿Cómo esta tan seguro de lo que dice?

— ¿Cómo estás tan seguro de lo que dices?

Se cae de hombros.

— Simples suposiciones.

Se excusa y yo lo fulmino con la mirada.

— Pero por tu reacción parece que es cierto —se burla para después beber de su batido.

— Cállate si no quieres que me levante y me largue a mi casa —escupo colérica. Hablar de Nomar a veces hace que me ponga de mal humor.

Alza las manos en señal de rendición y guarda silencio. Aprovecho esos minutos para pensar mientras degusto mi malteada.

¿Qué pasa si acepto? No sería una locura ¿o si?

Pero...¿qué hay para mi si lo hago? Todavía no entiendo en que me conviene esta propuesta.

Tomo un respiro para no parecer alterada, dejo mi malteada a un lado lista para hablar. Mikhail deja su vaso vacío junto a él y me mira.