Durante gran parte de su infancia Draco no había tenido ningún recuerdo de su madre, al menos no de su verdadera madre.
Narcissa Black, a diferencia de lo que todo el mundo creía, no era su madre biológica, ni tampoco era la esposa de su padre. Según lo que su padre le contaba, se había casado con otro hombre nada más dejar Hogwarts y, poco tiempo después, había nacido él.
A pesar de saber aquello, Draco no había sabido quién era su otro padre, o mejor dicho, su madre, lo que el chico sí había sabido era que su padre había tenido que borrarle la memoria no mucho tiempo después de su nacimiento, según Lucius para protegerlo, aunque tampoco le había dicho de qué debía proteger a su madre.
Lo único que el joven rubio había sabido de su madre biológica era lo que su padre le contaba, lo cual, a decir verdad, no era mucho.
Le decía a Draco que se parecían mucho en cuanto a personalidad, también le había dicho que era una criatura mágica, que no estaba muy bien vista por la sociedad actual, pero que eso es lo que los había hecho estar juntos, casarse y tener un hijo.
Además, le había dicho que su madre era hermoso, el hombre más hermoso en el planeta, palabras exactas de su padre, y que Draco había sido capaz de confirmar años más tarde cuando su madre al fin pudo regresar con ellos.
Durante mucho tiempo no hubo mucho más que Draco supiera de él, pero había estado dispuesto a esperar lo que hiciera falta para conocer a la persona que lo trajo al mundo. Y esa espera valió la pena cuando por fin pudo conocer a su madre biológica a la edad de 5 años.
Sin embargo, Draco no comprendía por qué estaba pensando en eso en un momento como en el que se encontraba. Cuando debería estar centrado en el problema que se le presentaba en aquel preciso instante.
Quizás el pánico le hacía delirar.
El problema era que dos gemelos pelirrojos lo tenían acorralado en la esquina más apartada de uno de los pasillos de las mazmorras, después de haberlo pillado espiándolos.
-Y bien...-empezó Fred, levantando una ceja.
-¿Qué deberíamos hacer contigo?-continuó George, imitando el gesto de su hermano.
Draco solo podía quedarse quieto, totalmente sonrojado e incapaz de respirar correctamente, al mismo tiempo que sentía el retumbar acelerado de su corazón.
-No lo sé, George.-contestó Fred a su hermano.- ¿Qué se hace con una serpiente que lleva siguiéndote varios meses?
Draco se sintió palidecer de golpe al oír aquellas palabras.
El hecho de que los gemelos Weasley llevasen todo ese tiempo sabiendo que los seguía y que no hubiesen hecho nada al respecto lo ponía aún más nervioso.
El rubio cerró los ojos con fuerza, debería haber escuchado a Harry cuando le dijo que no los siguiera tanto, que no se obsesionara. Pero no había podido evitarlo, no después de verlos por primera vez después de gastarle una broma a un par de Ravenclaws y ver como lo habían celebrado besándose en uno de los muchos pasillos ocultos que tanto frecuentaban los pelirrojos.
Draco había estado abochornado por semanas luego de presenciar aquella escena sumamente íntima, y un tiempo más tarde se había encontrado a sí mismo ansiando volver a presenciar otra escena igual y, puede que incluso, participando en ella.
Pero ahora que los tenía frente a él, mirándolo fijamente y casi susurrándole no se sentía como creyó que se sentiría. Quizás fuera por el hecho de que lo habían pillado espiándolos desde hace tiempo, o quizás porque estaba muy nervioso, pero eso ya no contaba, pues estaba seguro de que toda oportunidad que hubiese tenido con los gemelos se había desperdiciado hace tiempo, y ahora solo había conseguido el odio de ese par.
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Gemelos
FanfictionCuando dos niños, prácticamente idénticos, nacieron el 31 de julio de 1980 y una profecía fue revelada, el destino del Mundo Mágico quedó sellado por la errónea decisión de dos padres y un director. ...