Capítulo 49 (Editado)

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Ya había pasado una semana desde la llegada de las escuelas invitadas a Hogwarts. Durante esa semana varias personas, mayores de 17 años, habían metido sus nombres en el Cáliz de Fuego. Incluyendo Krum, a quién Draco había dejado de prestar atención desde la primera noche para centrarse en los gemelos, cosa sorprendente para todos los miembros del círculo. Hasta un poco sorprendente para los gemelos. Pero, eh, ellos no se quejaban. Aunque de vez en cuando Draco se perdía un poco observando de más a Krum, pero bastaba con que los gemelos tosieran un poco para que Draco les volviera a prestarles atención.

Draco se preocupó mucho cuando los gemelos acabaron con el cabello largo y blanco, al igual que sus barbas, después de intentar engañar a la línea de edad de Dumbledore con una poción envejecedora, mientras que Harry y el resto del círculo interno, incluyendo a Abraham, no paraban de reírse. Snape, que fue a quién Harry llamó una vez fue capaz de calmar su risa, tampoco pudo evitar reírse un poco de ellos mientras los llevaba a su despacho, donde les preparó un antídoto.

En ese momento, se encontraban en el Gran Comedor, era la hora de la cena, y también el momento de anunciar a los tres campeones. Krum se encontraba sentado en el mismo sitio en el que se había sentado cuando había llegado, delante de Draco, que se distrajo un poco observando su perfil antes de prestar verdadera atención a Dumbledore, quién había hecho que volvieran a traer el Cáliz al Gran Comedor como la primera noche para la elección de los campeones.

En el momento en el que se giró, Draco vio que Harry se comportaba extraño, pues parecía que tratara de evitar mirar hacia el Cáliz fijamente, pero el rubio no le dio importancia, Harry siempre actuaba de forma extraña.

Dumbledore, al igual que en el día en el que llegaron las escuelas de Beauxbatons y Durmstrang, se encontraba dando un discurso. Discurso que nadie escuchaba, verdaderamente. Hasta que empezó a emanar una luz azul del Cáliz, antes de dejar salir un papel, que acabó en manos de Dumbledore.

-La campeona de Beauxbatons es...-Dumbledore hizo una pausa para leer el nombre escrito en el papel.-¡La señorita Fleur Delacour!

Una chica rubia, que Draco reconoció como una mitad veela, igual que él y su padre, se levantó entre aplausos de la mesa de Ravenclaw y caminó hasta Dumbledore, quien le dio el papel y luego la hizo ir hacia una sala que había detrás de la mesa de profesores.

Otra vez salió una luz azul del Cáliz antes de que otro papel saliera volando hacia las manos de Dumbledore.

-El campeón de Durmstrang es...-leyó el nombre en el papel.-¡El señor Viktor Krum!

Krum se levantó de la mesa de Slytherin, también entre aplausos, e imitó las acciones de la chica de Beauxbatons.

Y una última vez el Cáliz se iluminó de azul antes de dejar salir el último nombre del último campeón, el de Hogwarts.

-Y el campeón de Hogwarts es...-las cuatro casas estaban en completa tensión debido a los nervios. Necesitaban saber quién era el campeón de Hogwarts, y precisamente por eso Dumbledore alargó la espera un poco más que en los demás campeones, impacientando a los alumnos de su colegio.-¡El señor Cedric Diggory!

La casa de Hufflepuff aplaudió como nunca antes la habían visto aplaudir, mientras que las otras casas aplaudían con algo menos de entusiasmo, excepto por Cormarc, que incluso había silbado un par de veces por la emoción. Diggory se giró hacia Slytherin y le guiñó el ojo al chico sangre pura, llamando la atención del círculo interno, que miraron al pelinegro con expresión interrogativa.

-¿Qué?-el chico se encogió de hombros de forma indiferente.-Es mi mejor amigo.

Todos asintieron, conformes con la vaga explicación, mientras volvían a mirar a Dumbledore, que siguió con su discurso que nadie realmente escuchaba.

Todos asintieron, conformes con la vaga explicación, mientras volvían a mirar a Dumbledore, que siguió con su discurso que nadie realmente escuchaba

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Unos meses después...

Ya había llegado el día de la primera prueba. Los tres campeones, que se estaban haciendo muy cercanos, estaban igual de nerviosos en la carpa, esperando a que Ludo Bagman fuera a explicarles de qué iba la prueba, aunque los tres lo sabían. Dos de ellos avisados por sus directores, y el tercero avisado por Krum, que parecía muy interesado en el tejón. Cosa que a Orien no le daba muy buena espina, pero que Cedric simplemente descartó con un: "Solo quiere que seamos amigos, nada más." que no acabó de convencer a la joven serpiente.

Ludo Bagman no tardó en entrar.

-Hola, campeones.-les dijo con entusiasmo.-Ahora os explicaré en qué consiste la prueba.-Al decir eso los tres jóvenes se miraron de manera cómplice disimuladamente.-Bien, en esta bolsa hay imitaciones en miniatura de los dragones reales a los que os tendréis que enfrentar ahí fuera. Que cada uno escoja una representación, que será el dragón al que tendrá que enfrentarse.-Los tres asintieron. Ludo miró a los chicos, hizo una mueca y luego cogió a Fleur delicadamente del brazo y la movió hacia su izquierda.-Usted aquí señorita, y ustedes dos, hacia mi derecha, más cerca de mí. Eso es, eso es.-dijo en cuanto Viktor se acercó a él.-Ahora, las damas primero.

Fleur metió la mano en la bolsa y sacó un pequeño Galés Verde con un número 2 en el lomo.

-El Galés Verde, es usted afortunada.-por la cara de Fleur, los dos chicos dedujeron que ella no se sentía muy afortunada en ese momento.-Sigue usted, señor Diggory.

Cedric metió la mano en la bolsa y sacó un pequeño Hocicorto Sueco con un pequeño número 1.

-Vaya, le ha tocado ser el primero en salir, señor Diggory.-Bagman se giró hacia Krum.-Eso solo nos deja una opción para usted, señor Krum.

Krum asintió antes de meter la mano y sacar un Bola de Fuego Chino con un número 3.

-¡Bien!-Exclamó Ludo, cerrando la bolsa y mirando a todos con una sonrisa.-Ahora cada uno se enfrentará a su dragón e intentará quitarle su huevo de oro. ¡Mucha suerte a todos!

Después se fue, dejando a los tres campeones con sus directores. Maxime y Karkarov se llevaron a Krum y Fleur a diferentes esquinas de la carpa, dónde les empezaron a dar consejos para vencer al dragón. Cedric se giró hacia Dumbledore, quién le puso una mano en el hombro y le sonrió como un abuelo bonachón.

-Sé que lo harás excelente, mi muchacho.-Cedric le devolvió la sonrisa.-Estoy seguro de que no necesitas ningún consejo que un viejo como yo pueda darte. Solo recuerda, la mayor debilidad de un dragón son sus ojos.-el viejo le guiñó un ojo al joven y luego sacó una bolsa de un bolsillo de su... peculiar túnica del día.-¿Un caramelo de limón?

Cedric negó.

-No, director, gracias.-los dos se giraron cuando se oyó un cañonazo que daba la señal para que la prueba empezara.

-Ya es hora de que empieces la prueba.-Dumbledore le dio una última sonrisa a Diggory antes de salir de la carpa junto con los otros directores. Pero en el último momento se giró y volvió a mirar al chico.-Suerte, aunque sé que no la necesitarás.

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