Capítulo 19 (Editado)

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Unas semanas después de que Sirius saliese de su larga depresión y de que Harry los pusiera, tanto a él como a Regulus, al día sobre su vida, Sirius ya podía caminar por sí solo, sin necesidad de usar un bastón. También estaba recuperando, poco a poco, su peso junto con sus chistes y bromas que habían vuelto con una renovada vitalidad.

Regulus y Severus estaban de lo más contentos, pero había algo que aún molestaba a Sirius y en ese mismo momento se lo estaba comentando a su marido.

-Es que quiero estar con él, Sev. Ya hemos perdido mucho tiempo.-estaba diciendo el mayor de los Black. Severus suspiró y le acarició la mejilla con ternura.

-Ya lo sé, cariño, pero qué podemos hacer.-contestó el pocionista.-Tom tiene la custodia de forma oficial y Harry parece muy feliz viviendo con él y con Cygnus y Corvus. Además, ya sabes lo ilusionado que está con Octans.- Su querido ahijado adoraba al pequeño bebé.

Sirius suspiró, en ese instante Regulus estaba entrando a la cocina y miró a su hermano enarcando una ceja.

-Lo sé, pero es que no me basta con verle solo unas pocas horas al día, ¿sabes?-Sirius levantó la mirada a tiempo para ver a su hermano sentarse delante de él mientras Kreacher le servía el desayuno.

Regulus sonrió y carraspeó, llamando la atención del matrimonio delante de él.

-¿Qué ocurre, Reg?-preguntó Severus. Sirius tenía el ceño fruncido, sabía lo que la sonrisa de su hermano significaba, y no sabía si lo que había hecho era bueno o malo.

-Bueno...-empezó, dando una pausa para masticar y tragar, y ya de paso fastidiar un poco a su hermano con la espera.- Puede que yo conozca una forma de pasar todo el día con Harry.

Ambos pelinegros se sorprendieron por las palabras del menor de los hermanos Black.

-¿Cómo?-preguntó Sirius, mostrándose interesado y adelantándose un poco en su silla.

La sonrisa de Regulus se ensanchó aún más, a esta le acompañaba su mirada adornada con un brillo astuto y un poco juguetón.

-Adoptándolo.

Los dos hombres más grandes se miraron sorprendidos. ¡Claro! ¿Cómo no se les había ocurrido? Si lo adoptaban, Harry viviría con ellos y estarían juntos todo el tiempo. Pero...

-Pero hay un problema.-comentó Severus. Regulus enarcó una ceja en su dirección.-Dumbledore.

Los hermanos Black asintieron en comprensión.

-Bueno, Tom, o más bien Chavda, se encargará de eso. Tú solo tienes que hacer lo que él te diga.-contestó Regulus, como quien no quiere la cosa.

-¿Tom?-preguntó el matrimonio con asombro. Pero solo Sirius siguió.-¿Qué sabe él de esto, Reggie?

-Todo.-dijo el ojigris, mientras seguía desayunando tan tranquilo.

-¿Todo?-volvió a preguntar Sirius, consiguiendo, ahora sí, que su hermano dejase de comer y les prestase toda su atención.

-Sí, todo.-contestó, dejando el tenedor en su plato y mirándolos fijamente.-Harry, él y yo llevamos varias semanas trabajando en esto de la adopción de Harry.- El matrimonio se sorprendió. ¿Es que lo sabían todos menos ellos?-Pero Tom ha puesto una condición, y Harry está de acuerdo.

-¿El qué?-preguntó Severus, desesperado.-¿Qué condición?

-Si queréis adoptarlo tenéis que mudaros a la Mansión Slytherin con ellos.-dijo Regulus.-Harry adora vivir ahí y, además, tiene unos problemas de salud o algo así, por los que necesita tener fácil acceso a un bosque con aire limpio, y Grimmauld Place no puede darle eso.

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