Cuando dos niños, prácticamente idénticos, nacieron el 31 de julio de 1980 y una profecía fue revelada, el destino del Mundo Mágico quedó sellado por la errónea decisión de dos padres y un director.
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Alrededor de la tan famosa mesa del comedor de la Mansión Slytherin se encontraban sentados Sirius, Regulus, Severus, Narcissa, Bellatrix Remus, Lucius, Cygnus y Corvus, discutiendo sobre un tema de suma importancia.
-¡No ha podido salir simplemente corriendo de la biblioteca!-exclamó Sirius, llevándose las manos a la cabeza con desesperación y tirando con fuerza de su pelo.
-¡Claro que no!-le contestó su prima, Narcissa, dando un fuerte golpe en la mesa, asustando a más de uno.- ¡No es lo que estamos diciendo! ¡¿Pero cómo narices desaparece un cuadro?! ¡Y no solo eso, sino que un cuadro de uno de los cuatro fundadores de Hogwarts!
-Cissy, amor, cálmate. -Bellatrix acarició el brazo de su prometida en un vano intento de tranquilizarla.
-¡No me pidas que me calme, Bellatrix!-Narcissa apartó el brazo del tacto de su hermana con brusquedad.
Todo el mundo se quedó callado tras aquella acción, observando a las mujeres Black, quienes se miraban entre ellas con sorpresa. Narcissa inmediatamente cogió la mano de Bellatrix, que seguía en el aire donde antes había estado acariciando el brazo de la rubia, y la llevó a sus labios para besar su dorso.
-Lo siento, lo siento tanto, hermosa. -Narcissa hundió la cabeza en el hombro de la morena y respiró profundamente.-Es que estoy tan estresada, sé que no es excusa, pero entre la boda, el cuadro, la fiesta de los gemelos... Siento que voy a explotar.
-Shhh...-Bella acarició el cabello de su amada con suavidad.-Tranquila, lo entiendo, todos estamos estresados aquí. No pasa nada.
Severus simplemente suspiró, meció con suavidad a la pequeña Sacharissa, que se encontraba en sus brazos, cuando empezó a balbucear. Sirius inmediatamente los rodeó con sus brazos y besó el hombro de Severus mientras acariciaba con delicadeza la mejilla de su pequeña hija. Severus se apoyó en su marido, el cual se había vuelto muy sobreprotector con Harry, Severus y la bebé desde que Sacha había nacido. El pocionista suspiró y cerró los ojos, recordando el día en que volvieron a casa del hospital por primera vez después de la fiesta de cumpleaños de los gemelos. Harry y los chicos ya habían vuelto al colegio, Severus no volvería hasta Septiembre del año siguiente, por lo que Dumbledore había estado buscando un profesor sustituto para lo que quedaba de año, mientras lo encontraba Severus les había ido poniendo deberes a los alumnos. Deberes que él o la próximo o próxima profesor/a de pociones tendría que corregir. Deseaba profundamente que fuese la segunda opción.
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Hace aproximadamente dos semanas, Mansión Slytherin, Inglaterra, Reino Unido...
Al llegar a la Mansión Slytherin después de pasar tres días y tres noches en San Mungo, lo primero que hicieron todos fue lanzarse en los sofás que había repartidos por toda la planta baja. Durmieron durante horas, hasta que los llantos de Octans y Sacharissa los despertaron. Corvus alimentó a Octans mientras que Severus hacía lo mismo con Sacharissa. Después de eso, todo el mundo se fue por su lado.
