Capítulo 52 (Editado)

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Ya había llegado el día de la segunda prueba. Los tres campeones habían logrado descifrar el mensaje del huevo juntos pocos días después del baile de Navidad, por lo que, en teoría, todos estaban preparados para lo que iba a suceder. Pero la verdad era que a los tres les aterraba no poder llegar a tiempo para rescatar a las personas que les importaban.

Los tres tenían una idea de a quién debían rescatar, aunque no sabrían nada seguro hasta que no entrasen al lago.

-Gabrielle...-susurró Fleur, viéndose aterrada al no ver a la pequeña Grabrielle por ningún lado.

Cedric tragó saliva y miró a su alrededor. No había rastros de Orien, Diggory cerró los ojos con temor. Lo sabía.

De repente, el Hufflepuff sintió una mano en su hombro. Abrió los ojos y miró a quien quería llamar su atención. Sonrió con dulzura.

-Hola, Viktor.-susurró. El búlgaro le devolvió la sonrisa.-¿Quién falta?

Viktor entendió la pregunta. Negó con la cabeza y miró al lago con pesar.

-Mila...

La melancolía con la que pronunció su nombre sumada con la tristeza que había en la mirada del buscador le hizo saber a Cedric que era alguien demasiado importante para Krum. Algo dentro del rubio se removió con fuerza. Un sentimiento agresivo que no había sentido nunca antes y que le hizo querer apartarse del tacto del otro chico.

Cedric se sintió muy confundido por un segundo, hasta que se dio cuenta de que lo que sentía eran celos y se sonrojó de manera agresiva al darse cuenta. ¡No podía ponerse celoso de una chica a la que ni siquiera conocía! No sabía ni quién era esa tal Mila ni de qué la conocía Krum. Además, tampoco es como si Viktor y él fuesen algo más que amigos... Amigos que se habían besado... Muchas veces, y besos muuy intensos que casi llevan a... Ejem, bueno, ya me entendéis.

Cedric iba a preguntar quién era Mila cuando aparecieron los tres directores y Viktor tuvo que irse con Karkarov. Ludo Bagman les dio las instrucciones y, después de que sonara el cañonazo que indicaba el comienzo de la prueba, los tres campeones saltaron al agua. Cedric y Fleur usaron el hechizo casco-burbuja, mientras que Viktor transfiguró la mitad superior de su cuerpo al de un tiburón, aunque Cedric supuso que debió haber sido todo el cuerpo pero que algo salió mal. Sin embargo, Diggory no tenía tiempo de preocuparse por Krum, en ese momento debía concentrarse en rescatar a Orien antes de que fuese demasiado tarde.

Le costó avanzar entre las algas del Lago Negro, y tuvo que esquivar al Calamar gigante, pero al final logró llegar al lugar en el que las sirenas custodiaban lo que más valoraban los campeones.

Parecía que las criaturas estaban tranquilas, por lo que Cedric dedujo que no había pasado más de una hora. Miró a los tres cuerpos atados a un roca con un alga... Espera un segundo, ¿tres? Pero si Cedric había visto a Fleur salir hacía un rato...

Diggory abrió los ojos con impresión. Fleur no estaba moviéndose mientras subía, estaba inconsciente. Miró a la niña rubia que había al lado izquierdo de Cormarc, que se encontraba en medio. La reconoció como la hermana pequeña de Fleur. No podía dejar a esa niña ahí, a su suerte. Cedric suspiró, o bueno, lo intentó. Lo suyo no era hacerse el héroe, y Orien muy probablemente le reprocharía por eso luego, pero siempre había tenido una debilidad enorme por los niños.

Se acercó a los tres cuerpos. Antes de empezar a desatar a Cormarc se fijó en la otra chica que había a la derecha de él. Era morena, de pelo y un poco de piel, con facciones algo rudas, parecía un poco mayor que la hermana de Fleur. Una vez acabó de desatar el alga del pie de Cormarc, Cedric se giró hacia Gabrielle, pero un tridente le impidió el paso.

-Solo puedes rescatar a uno.-le dijo una sirena, de una forma muy intimidante. Cedric se asustó, asintió y la sirena se fue.

En ese momento apareció Krum, nadando muy deprisa y llevándose a la chica con él. Se giró un momento a mirar a Cedric, que le indicó a la hermana de Delacour con los ojos. Viktor pareció entender y aminoró el paso, por lo que Cedric soltó a Cormarc, empujándolo hacia el mago mitad tiburón y luego sacó su varita, rompiendo con un hechizo no verbal el alga que mantenía atada a Gabrielle y cogiéndola del brazo para salir nadando a toda prisa en cuento las sirenas empezaron a perseguirlo alteradas. Viktor ya no estaba a la vista, por lo que Cedric pudo respirar tranquilo sabiendo que su mejor amigo estaba a salvo.

Ahora debía centrarse en salir de ahí con la niña, sanos y salvos.

Después de lo que pareció una eternidad, Cedric y Gabrielle salieron a la superficie y cogieron aire con fuerza. Los dos fueron nadando hasta la plataforma de madera en la cual les esperaban los directores y las demás personas que trabajaban en el torneo, como enfermeras, que les cubrieron con mantas y hechizos calefactores en seguida.

-¡Has salvado a mi hegmana!-exclamó Fleur, después de abrazar y besar a Gabrielle, quien le correspondió el gesto. Las dos se giraron hacia Cedric y le sonrieron con agradecimiento.-¡Muchas ggacias!

Orien, quien se había sentado al lado del Hufflepuff nada más encontrarlo le dio un empujón de forma juguetona, provocando una risa en el rubio.

Mientras esperaban para saber las puntuaciones, Viktor y la chica, Mila, se acercaron a ellos. Gabrielle y Fleur se habían quedado con los dos chicos, hablando y conociéndose mejor.

-Hola.-dijo Viktor, con su marcado acento y provocando un gran sonrojo en las mejillas de Cedric. Sonrojo que no pasó desapercibido para Fleur, quien enarcó una ceja con picardía, y Orien le guiñó un ojo con complicidad.

-Hola.-le devolvió el saludo el rubio Hufflepuff.

Mila carraspeó con fuerza cuando el intercambio de miradas de amor fue demasiado incómodo para las demás personas presentes. Lo que hizo que Krum se sonrojara y que la cara de Cedric se volviera roja como un tomate.

En ese momento anunciaban las puntuaciones, pero ninguno de ellos le dio importancia a las puntuaciones, aunque Viktor había quedado primero, Cedric segundo y Fleur última. Todos seguían centrados en el momento.

-Hola.-la chica sonrió de forma seductora, y las mejillas de la hermana pequeña de Fleur tomaron un tono rosa demasiado sospechoso para la rubia mayor.-Me llamo Mila, Mila Krum.-le ofreció su mano a Cedric, quien la aceptó con una mirada llena de confusión.-Este atontado de aquí es mi hermano. Tú debes de ser Cedric. Por todo lo que Vik me habla de ti es como si ya te conociera.-la chica siguió sonriendo cuando alejó su mano de la de Diggory.

Lo que más le sorprendía al Hufflepuff de la chica no era su vínculo con Krum, el cual ya se había imaginado debido al parecido físico entre ambos, sino su dominación del idioma y el hecho de que no se le notara ningún acento al hablar.

-En-Encantado.-susurró Cedric, aún impresionado.

Mila rio con fuerza. Una risa que, después de tener a los alumnos de Durmstrang durante meses en el castillo, todos ahí habían aprendido que era muy búlgara.

-Eres tan mono como mi hermano te ha descrito.-dijo ella, aún entre carcajadas.

-¡Mila!-exclamó Viktor, notándose un sonrojo creciente adornar sus mejillas. Cedric sonrió, le gustaba esta nueva vista de Krum.

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