Harry despertó unas horas después del incidente. Lo primero que vio al despertar fueron unas túnicas negras, sintió una mano en su frente, como si le estuvieran tomando la temperatura.
Al mirar un poco más arriba vio el rostro pálido de su jefe de casa enmarcado con sus cabellos negros. Los ojos ónix de su profesor chocaron con las esmeraldas de Harry y, en ese instante, Snape hizo algo que Harry creyó que no vería nunca.
Sonrió.
Y su sonrisa era sincera y maternal como lo había sido el abrazo que recibió antes de caer rendido y la voz que escuchó. Entonces todo encajó en la mente de Harry y se levantó exaltado.
-¡Usted me abrazó antes!-exclamó, incrédulo.
Como toda respuesta, Snape solo sonrió un poco más y asintió mientras atraía a Harry en un nuevo abrazo.
-Sí, fui yo.-su voz era un susurro, sonaba calmada y maternal. No sabía cuántas veces había pensado ya en esa palabra relacionándola con el pocionista. Pero no importaba, se sentía seguro entre sus brazos, y no pudo evitar cerrar los ojos y dejarse hacer por el mayor, quien lo estaba acunando entre sus brazos mientras tarareaba una melodía que Harry no había escuchado nunca, pero que le relajaba.- ¿Quieres contarme qué es lo que ha ocurrido?
Harry se tensó y negó con la cabeza. El hombre se estaba comportando de una forma muy familiar con él, pero eso no significaba que fuera a confiar de repente ciegamente en alguien a quien apenas conocía.
Snape suspiró y asintió.
-Entiendo. No confías en mí y es normal, yo tampoco confío en ti.
-Entonces por qué está aquí, tratándome de esta manera.-inquirió Harry, sin moverse de su cómodo lugar en el pecho de Snape.
Su acompañante empezó a acariciarle el cabello con gestos suaves y delicados, como si temiese asustarlo.
-Porque me recuerdas a alguien a quien amo.-contestó el pocionista.
Aquello despertó la curiosidad de la pequeña serpiente.
-¿A quién?-el ojiesmeralda había abierto los ojos y miraba atento al pocionista.
-No contestaré a eso a menos que tú contestes a mi pregunta primero.-rebatió el pocionista, sin alterarse lo más mínimo.
Harry infló sus mofletes y se cruzó de brazos, pero aún sin apartarse del profesor.
-¿Estás haciendo un puchero?-preguntó el pocionista, totalmente divertido con la actitud infantil del niño entre sus brazos.
Jamás había esperado una reacción así de él, con su fachada de genio superdotado muy serio y responsable, había conseguido engañar a todo el mundo, incluso a él mismo.
-No te rías.-protestó Harry, mientras su labio inferior sobresalió un poco hacia delante y sus ojos se agrandaron un poco en un intento de parecer más adorable, lo que no funcionó con Snape, por lo cual se rindió con un puchero.-Era un regalo de mis padres biológicos y mi hermano gemelo.-una risa falsa salió de los labios de Harry.-Aunque más bien sería mellizo ahora, no nos parecemos en nada.
-No sabía que tuvieras un hermano.-le dijo Snape.
-Él tampoco sabe que soy su hermano, ni mis padres que soy su hijo. -Snape enarcó una ceja con curiosidad, pero Harry solo negó y dijo.-Es una historia realmente larga y muy privada. Ahora le toca a usted.
Severus suspiró, sabía que eso era todo lo que lograría sacarle al niño.
-Cuando te vi recordé una ocasión en la que mí, por entonces, novio, cuando estábamos en nuestro quinto año en Hogwarts, recibió un regalo de Navidad de sus padres biológicos, curiosamente igual que tú, que querían arreglar las cosas con él después de que se fugara de casa para irse a vivir con su mejor amigo. -Severus sonrió con nostalgia al recordar como ese imbécil que tenía por marido se había pasado el día enfurruñado por el regalo de sus padres.
-¿Estáis casados ahora?-preguntó Harry.
Severus miró al niño, sabía que si quería ganarse la confianza del chico debía demostrarle que podía confiar en él, y contarle cosas sobre su vida era una manera de conseguirlo.
-Sí, llevamos casados unos 8 años.-dijo, sabía cuál sería la siguiente pregunta del pelinegro así que se adelantó.-Su nombre es Sirius Black.
Harry se quedó sumamente sorprendido al oír aquello.
No recordaba que Snape fuera a visitarlos cuando él aún vivía con los Potter. Se puso a hacer memoria y, como ya sabía, no había ningún recuerdo de Snape en ella.
Frunció el ceño.
Además, si Sirius y Snape estaban juntos desde Hogwarts, por qué tardaron en casarse.
-Quieres saber porqué esperamos tanto para casarnos, ¿verdad?-Snape intuyó lo que el ceño fruncido de Harry significaba, en parte.-Es porque los amigos de Sirius no me tenían en muy alta estima, ya que fui un seguidor de Quién-tú-sabes. Pero para cuando me arrepentí de haberme unido a él ya era demasiado tarde para dar marcha atrás, nadie me creyó cuando dije que me arrepentía, solo Sirius se quedó a mi lado. Y, cuando Quién-tú-sabes desapareció, solo Sirius me apoyó, nadie más estuvo de mi parte. Pero eso le costó caro, su mejor amigo dijo que nunca aceptaría a alguien que está casado con un asqueroso mortífago como yo fuese su amigo y menos que se acercase a su hijo. Su mujer, Lily, también estuvo de acuerdo, a pesar de que solíamos ser mejores amigos hace tiempo. Pero a Sirius no le importó porque su ahijado, el hijo mayor de James y Lily, había sido supuestamente asesinado por Quién-tú-sabes y ninguno lloró mucho su muerte, siguieron con sus vidas, como si el bebé nunca hubiese existido, pero Sirius siempre creyó que el niño estaba vivo. Lo ha estado buscando todos estos años, aunque yo también creo que después de tanto tiempo ya no debería seguir buscando.
Harry estaba muy sorprendido.
Sirius, su padrino, creía que estaba vivo y lo estaba buscando.
Después de tantos años, cualquiera se habría dado por vencido, como Snape estaba diciendo.
Pero Sirius aún creía que estaba vivo.
Las lágrimas, esta vez de felicidad, volvieron a aparecer en los ojos de Harry, el cual abrazó a Snape con entusiasmo, dejando al pobre pocionista muy sorprendido por la actitud de su alumno.
-Y si...-empezó Harry, su voz temblaba, al igual que todo su cuerpo.-Y si te dijera que es posible que Sirius tenga razón, y el primogénito de los Potter siga vivo. Y si te dijera que yo soy ese niño. ¿Me dejarías ver a Sirius?, ¿Me permitirías hablar con él para explicarle todo lo que me ha pasado, para poder estar juntos otra vez? ¿Lo harías?
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Gemelos
FanfictionCuando dos niños, prácticamente idénticos, nacieron el 31 de julio de 1980 y una profecía fue revelada, el destino del Mundo Mágico quedó sellado por la errónea decisión de dos padres y un director. ...